miércoles, 18 de septiembre de 2013

1980 - 1988. La guerra irano - Irakí



1980. El viejo conflicto de fronteras entre Irán e Irak se intensifica y provoca una cruenta guerra que durará ocho años, y que no se resolverá sino hasta la década de 1990 con el fin de la Guerra del Golfo Pérsico.



Contexto
El conflicto entre Irán e Irak por cuestión de fronteras es una herencia de las disputas entre los imperios persa y otomano. Al independizarse, Irak tenía soberanía total sobre el canal de Shatt-al-Arab, donde confluyen los ríos Tigris y Eufrates por un corto trayecto antes de desembocar en el Golfo, único acceso iraquí al mar.
A principios del año 1974 se produjeron fuertes combates en el norte de Irak entre las fuerzas gubernamentales y los nacionalistas kurdos.
Irán, bajo el mandato del sha Reza Pahlevi, proporcionó armamento y material a los kurdos que dirigía Mustafa al-Barzani; esta ayuda cesó cuando Irak hizo importantes concesiones territoriales en la frontera con Irán en 1975 y la revuelta sufrió un duro golpe.
 Con los Acuerdos de Argel, firmados por Reza Pahlevi y Saddam Hussein (entonces vicepresidente de Irak) las fronteras terrestres volvieron a ser las de 1914, y la división del Shatt-al-Arab otorgó a Irán acceso propio para su refinería de Abadán.
La presión que sigue ejerciendo Irán se comprueba unos años más tarde cuando el Ayatollah Khomeini debe dejar su exilio iraquí y refugiarse en Francia.
En 1979, al triunfar la revolución islámica en Irán, el Ayatollah Khomeini se consideró libre del acuerdo firmado por el sha. Los incidentes fronterizos se multiplicaron, y el movimiento chiíta respaldado por Irán comenzó a perpetrar atentados contra las autoridades iraquíes.
Ante esta situación, Irak se sintió libre también del Acuerdo de Argel, y se sintió con derecho de volver a la frontera anterior de 1975, con la soberanía exclusiva de Shatt-al-Arab.
Se inicia la guerra
La guerra comenzó con la invasión de Irán por parte de Irak el 22 de setiembre de 1980.
La creencia del presidente de Irak, Saddam Hussein, de que la potencia militar de Irán se había debilitado en gran medida por la Revolución islámica de 1979, resultó errónea.
Irak contó con el apoyo de Arabia Saudita y Jordania, interesados en frenar la "exportación" de la revolución iraní al resto del Golfo, mientras que Irán tuvo el respaldo de Libia y Siria.
Aunque las fuerzas iraquíes obtuvieron éxitos al principio, Irán contuvo a los invasores, reorganizó sus fuerzas y se lanzó a la ofensiva.
Hacia 1982, las tropas iraquíes habían sido expulsadas de la mayor parte de Irán.
Las múltiples exhortaciones de las Naciones Unidas de cese al fuego fueron sistemáticamente rechazadas por Irán, que continuó la guerra para castigar a Irak.
Entre 1982 y 1987 las fuerzas iraníes organizaron la ofensiva a lo largo de la frontera, fundamentalmente en el sur, donde el principal objetivo era la conquista de Al Basra.
Los ataques iraníes sobre las atrincheradas posiciones iraquíes recordaban a las tácticas de desgaste de la Primera Guerra Mundial. Irak comenzó entonces a utilizar gases tóxicos.
Con la ayuda de grandes donaciones y préstamos de los estados árabes de la región del golfo Pérsico, y el suministro de armamento (entre otros, de la Unión Soviética y Francia) Irak resistió impasiblemente, mientras su fuerza aérea atacaba ciudades iraníes, instalaciones petrolíferas y petroleros en el golfo Pérsico. Irán tomó represalias contra los estados que apoyaban a Irak.
En 1986, Estados Unidos ingresó al Golfo para proteger el transporte de petróleo a sus aliados. Irán minó el estrecho de Ormuz y utilizó lanchas rápidas para realizar esporádicos ataques, pero no pudo evitar el control norteamericano sobre la navegación de la región.
Hacia 1988 Irán deseaba finalizar la guerra, pero las fuerzas iraquíes reanudaron la ofensiva y en julio de 1988, Irán aceptó la resolución de paz 598, adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el 20 de julio de 1987.

 
Finalmente se llegó a la paz el 20 de agosto de 1990, después de la invasión iraquí a Kuwait, durante la guerra del Golfo Pérsico
En ese momento el gobierno de Bagdad accedió a todas las exigencias iraníes, a fin de asegurarse la neutralidad de este país en su actual conflicto con los Estados Unidos.
La Guerra Irano-iraquí causó un millón de muertos (el 60% de ellos iraníes), y casi dos millones de heridos, además de numerosos gastos materiales, que dejaron la economía de ambos combatientes en una situación muy precaria.

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