1976.
El descontento general a nivel político, social y económico en el Reino Unido
sirvió de caldo de cultivo para el surgimiento del movimiento punk. Con el uso
de una vestimenta y peinados extravagantes proclamaban la anarquía y el
"no future" de una sociedad, que para ellos no tenía salida.
El movimiento Punk
La expresión englobó a un conjunto de bandas (Sex
Pistols, The Clash, The Damned, Johnny Thunders Heartbreakers, Richard Hell,
Flowers of Romance, The Vibrators, Siouxsie and The Banshees, entre otras)
surgidas en Londres y cuyo epicentro se encontraba en la tienda de moda que
desde 1971 regenteaba en King´s Road, Chelsea, el promotor y veterano
simpatizante del movimiento suprematista Malcolm McLaren y la diseñadora Vivianne
Westwood.
El punk no se limitó a ser tan sólo un estilo musical.
Primero porque sus primeras manifestaciones poseen un carácter más general y
purista al afirmar y rechazar la decadencia del rock profesionalizado y
desvirtuado en aquella época por los intereses comerciales de las grandes
compañías discográficas.
Este impulso de rebelión se intensificó asimismo por el
periodo de penuria económica que el Reino Unido sufrió durante la era
thatcheriana, que agudizó las desigualdades sociales y condujo a la frustración
y el desempleo a amplios sectores de la población afectando de forma especial a
los jóvenes.
La
subida brutal del petróleo después de la guerra áraba-israelí de 1973,
significó un duro golpe para las naciones occidentales. Gran Bretaña ve como
los últimos bastiones de su economía se van desmoronando: la industria del
automóvil roza la quiebra, y la crisis se extiende al sector textil, las
industrias del carbón y la
metalurgia. El congelamiento del salario y la suba de
precios, sumada a la alta tasa de desempleo extiende la desesperación a amplios
sectores de la población.
Como ingrediente extra, el conflicto con Irlanda del Norte se
intensifica, y los atentados del IRA conmueven a la población.
Pero
queda el ocio como elemento de evasión: el fútbol, como institución nacional,
conoce su mejor momento. Los apostadores son cada vez más numerosos, asi como
los prestamistas; una gran cantidad de ociosos forzosos, marginados del sistema
por la crisis, prueba suerte en juegos de azar. Pero para los jóvenes no hay
nada. La ausencia de expectativas promueve la idea de que no hay futuro.
Su
habitual fuente de evasión e inspiración, el rock, también les ha fallado. En
otros tiempos cristalizaba una toma de conciencia, una rebelión, una forma de
distraerse un poco. Una