miércoles, 12 de septiembre de 2012

El apogeo del cómic



Pese a que la primera historieta nació en mayo de 1885, es a partir de la segunda década del siglo XX cuando esta cobra vigor y se populariza.

La primera historieta fue el "Yellow Kid", un niño bocón y de orejas apantalladas creado por Richard Fenton Outcault, que aparecía en el diario New York World.
Estados Unidos ofreció con el cambio de siglo el medio adecuado para que los cómics se desarrollaran como un fenómeno artístico y comercial.
 La creciente población, incrementada por muchos europeos inmigrantes, adoptó los cómics como una diversión barata, como un espejo de su vida, y hasta como un modo de aprendizaje del inglés para adultos y niños. Los periódicos proliferaban y sus editores estaban dispuestos a invertir en talentos creativos y tecnología de impresión para incrementar sus lectores. Las tiras cómicas, los cómics, proporcionaban ingresos extra al ser vendidas a otros periódicos por medio de cadenas de prensa, y también como juguetes y dibujos animados, y para programas de radio. Finalmente a los dibujantes con talento se les concedió plena libertad para realizar páginas enteras a todo color.

El año 1929 fue significativamente productivo para la historieta: aparecieron "Tintin", joven y curioso periodista creado por el belga Hergé; "Popeye", de EC Segar; "Mickey Mouse", de Walt Disney; "Tarzán" de Edgar Rice Burrougs (dibujado originalmente por Hal Foster, el creador del Príncipe Valiente).

El período que va desde 1930 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial es el conocido como "la edad de oro del cómic". En esos 15 años surge la gran mitología clásica de la historieta: "Dick Tracy", "Flash Gordon", "Spirit", "Batman", "El Fantasma", "La Antorcha Humana", "Linterna Verde", "Mujer Maravilla", "Capitán América". Es en este período (1938) que el cielo de Metrópolis comienza a ser surcado por el gran héroe blanco del cómic estadounidense: Superman


"Flash Gordon", creado en 1934 en Estados Unidos por Alex Raymond, aparece en un universo de ciencia ficción, que mezcla elementos muy diferentes (desde el gótico hasta el año 2000, pasando por los años 1930). Atlético, rubio, seductor, es una especie de anticipo de Superman o de Tarzán que, tras un accidente de avión, es enviado por un científico hacia un planeta lejano, donde tendrá que combatir contra todo tipo de enemigos. Dio lugar a una saga interplanetaria que alcanzará el éxito internacional en diferentes soportes, los habituales del cómic (periódicos, revistas o libros), pero también en la televisión y el cine.

Las tiras diarias
Humorísticas y con asuntos para adultos, las tiras diarias dirigidas a los lectores de periódicos pronto se convirtieron en el vehículo perfecto para el "suspense" cotidiano, con "Wash Tubbs", de Roy Crane, "Anita la huerfanita", de Harold Gray, "Thimble Theater", de E. C. Segar, donde apareció "Popeye" por primera vez, y muchos más.

En 1916, surge la primera tira diaria en Argentina, "El negro Raúl", de Arturo Lanteri, y en 1921, "Don Cantarino", en México. Unos años después, también en México, se haría muy famosa la tira cómica familiar titulada "La familia Burrón", mientras que en España gozó de popularidad durante muchos años "La familia Ulises", de Benejam.

Más tarde aparecieron personajes no humorísticos, como el detective "Dick Tracy", de Chester Gould, y el astronauta "Buck Rogers".
En busca de mayor realismo en las tiras de aventuras, el estilo caricaturesco dio paso en los años treinta al encanto ilustrativo de "Flash Gordon", de Alex Raymond, y al claroscuro de Milton Caniif en "Terry y los piratas".
Dentro del cómic de mayor calidad artística hay que situar "El príncipe Valiente", de Harold Foster, mientras que "Blondie" -en español Lorenzo Parachoques y Pepita-, de Chic Young, o "Li'l Abner" (Chiquito Abner), de Al Capp, incidían en los aspectos de la vida cotidiana.

Las revistas de cómics
En contra de la creencia general, no fueron los estadounidenses, sino los japoneses quienes publicaron las primeras revistas de cómics baratas y producidas masivamente en los años veinte. Impresas por lo general en color y distribuidas cada mes, recurrían en principio a material estadounidense, pero ya en los años treinta empiezan a incluir material original y de mérito artístico. El formato tuvo tanto éxito en Japón que dio origen a la aparición de librerías especializadas exclusivamente en cómics, que continúan disfrutando, y ya a escala global, de una gran aceptación. La primera revista estadounidense de cómics apareció en 1933, regalada por un producto comercial con fines de promoción. Al año siguiente se publicó la primera revista de cómics comercial, "Famous Funnies 1", que incluía reimpresiones de tiras cómicas. 


Según aparecían más revistas de cómics, los editores no contaban con suficientes tiras para reimprimir y se vieron en la necesidad de producir material nuevo y barato, encargado por lo general a dibujantes muy jóvenes. Después de cinco años de rechazos, dos jóvenes de Cleveland, el guionista Jerry Siegel y el artista Joe Shuster, consiguen vender su héroe, "Superman", a las páginas de "Action Comics", en las que se publica por primera vez en 1938, convirtiéndose en un éxito inmediato. Este éxito de Superman hizo que surgieran numerosísimos imitadores.
Cuando Estados Unidos empezó a participar en la Segunda Guerra Mundial, la legión de superhéroes se había virtualmente apoderado de los cómics. Muchos no valían la pena, pero unos cuantos lograron sobrevivir, como "Batman", de Bob Kane y Bill Finger, seguido por "La antorcha humana", "Sub-Mariner", "The Flash", "Capitán América", que constituyeron todo un ejército propagandístico de personajes con superpoderes que luchaban contra Alemania y Japón.
En 1943, un artículo de la revista Newsweek calculaba que entre niños y adultos se leían 25 millones de revistas de cómics mensualmente. Hacia 1950, la cifra se había doblado a 50 millones, alcanzando la cima en 1954 cuando se publicaban 150 millones al mes.

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