miércoles, 5 de septiembre de 2012

Arquitectura contemporánea. Bauhaus en Alemania



La Bauhaus en Alemania
La Bauhaus, instalada en Dessau, planificó la construcción de nuevos edificios (1925-1926) que supusieron la codificación definitiva de los principios del movimiento moderno: ventanas horizontales, muro-cortina de vidrio, disposición racional y diseño global de todos los elementos.
Al siguiente año se consolidó a escala internacional con las "viviendas obreras" cerca de Stuttgart, dirigidas por Ludwig Mies van der Rohe y en las que participaron varios arquitectos europeos.
Objetivos sociales de la Bauhaus
Esta temprana versión de la arquitectura contemporánea contó con un programa social, derivado de la crisis económica que vivió Alemania tras la Primera Guerra Mundial y de la gravísima carestía de viviendas en los grandes núcleos urbanos.
Durante la breve República de Weimar (1919-1933), los gobiernos socialistas de muchas ciudades abordaron estos problemas, al igual que numerosos arquitectos progresistas, como lo atestiguan los barrios obreros de Viena, Berlín y Frankfurt. En ellos se investigó con profundidad el concepto del "mínimo espacio habitable", proclamando que los conocimientos técnicos debían aplicarse para mejorar las condiciones ambientales del conjunto de la sociedad y no sólo de una elite.
Desde este punto de vista, los arquitectos con inquietudes sociales emplearon los materiales industriales y rechazaron los materiales caros y exóticos, tratando de aprovechar las cualidades expresivas que brindaban las técnicas económicas. Con las estructuras de acero, por ejemplo, los muros se convirtieron en delgadas membranas, en ocasiones transparentes gracias a los cerramientos de vidrio (muro-cortina). Ya no era necesario que los muros y la tabiquería coincidieran con los pilares, o que las esquinas de los edificios fueran sólidas para resistir el empuje de fuerzas de los elementos sustentados. Se eliminó el principio de simetría y se controlaron con escrupulosidad las proporciones. Los edificios debían responder a sus necesidades programáticas de acuerdo con un sistema proyectual racionalista.
Los arquitectos, pintores, diseñadores y artesanos que formaron parte de la Bauhaus llevaron a cabo una interesante labor teórica dentro del campo de las artes visuales en la sociedad industrial. Mies van der Rohe, director de la Bauhaus a partir de 1930, se desvió en algunos casos de la línea más comprometida socialmente. En su pabellón alemán de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, reflejó la búsqueda de lo elemental a través de estructuras de acero y delgadas membranas de vidrio combinadas con muros de ónice y un pódium de travertino, utilizando un sistema compositivo en el que la influencia de De Stijl se hace patente.



De la misma manera, en la casa Tugendhat (1930) en Brno (República Checa), la nobleza de los materiales y la aplicación del principio de economía expresiva que inspira su famoso lema ‘menos es más’ se convirtieron en los rasgos distintivos de su obra.

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