lunes, 29 de octubre de 2012

1950 - 1953. La guerra de Corea



El conflicto bélico librado en la península de Corea desde junio de 1950 a julio de 1953, se inició como una guerra entre Corea del Sur y Corea del Norte, y constituyó un enfrentamiento derivado de la Guerra fría.


Partición de la posguerra
Poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la URSS acordaron la división de Corea por el paralelo 38 con el propósito de aceptar la rendición de las tropas japonesas. Sin embargo, ambas potencias utilizaron su presencia para lograr gobiernos aliados.
La URSS suprimió a los nacionalistas moderados en el norte y apoyó a Kim II Sung, un comunista que había dirigido guerrillas anti-japonesas en Manchuria. En el sur existía un movimiento izquierdista bien organizado, con varios grupos nacionalistas de derechas en la oposición. Al no poder encontrar un mediador apropiado que pudiera reconciliar ambas fuerzas, Estados Unidos terminó por suprimir las fuerzas de izquierda, apoyando a Syngman Rhee, un nacionalista que se había opuesto a los japoneses y había vivido en el exilio en Estados Unidos. Todos los coreanos esperaban la unificación, pero en el marco de la Guerra fría, las conferencias de unificación americano-soviéticas (1946, 1947) acabaron en mutua desconfianza. En 1947 ambas potencias comenzaron a organizar gobiernos separados. Estados Unidos convocó elecciones en 1948, con la supervisión de las Naciones Unidas, dirigidas a la creación de la República de Corea en agosto de 1948. En septiembre de 1948 el norte estableció la República Democrática Popular de Corea. El 25 de junio de 1950, las fuerzas de la República Popular cruzaron el paralelo 38, iniciando así la guerra de Corea.
La Guerra
La Guerra de Corea -conflicto bélico librado en la península de Corea desde junio de 1950 hasta julio de 1953- se inició como una guerra entre Corea del Sur (República de Corea) y Corea del Norte (República Democrática Popular de Corea) después de que esta última invadiera los territorios de la primera.
El conflicto rápidamente se convirtió en una guerra internacional limitada que involucró a Estados Unidos y a otras 19 naciones. Desde un punto de vista general, la guerra de Corea fue un enfrentamiento derivado de la Guerra fría.
Los motivos de Corea del Norte para invadir Corea del Sur tuvieron que ver con la frontera establecida entre ambas repúblicas en el paralelo 38, así como con las propias circunstancias internacionales. Al contrario de lo afirmado en la época, Corea del Norte aparentemente atacó a Corea del Sur sin conocimiento de la Unión Soviética ni de la República Popular China. La Unión Soviética, que esperaba la guerra en un momento posterior, boicoteó la acción de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuando se produjo el ataque. El gobierno comunista de China, mientras tanto, esperaba invadir la isla de Taiwan sin que Estados Unidos respondiera militarmente.
La lucha establecida al sur del paralelo 38 y la creciente oposición al presidente de Corea del Sur, Syngman Rhee, convencieron al presidente de Corea del Norte, Kim Il Sung, de que sería bien recibido por muchos surcoreanos como liberador y reunificador de las dos Coreas.
La guerra se inició el 25 de junio cuando el ejército norcoreano cruzó el paralelo 38 e invadió Corea del Sur. Estados Unidos respondió inmediatamente enviando suministros a Corea del Sur, y pronto aumentó su implicación en el conflicto. El 27 de junio, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con la ausencia voluntaria de la Unión Soviética, aprobó una resolución presentada por Estados Unidos que imponía sanciones militares a Corea del Norte. Tres días después, el presidente estadounidense Harry S. Truman, ordenó que las divisiones estacionadas en Japón se trasladaran a Corea. Las fuerzas estadounidenses, las surcoreanas y otros contingentes de tropas de Australia, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Etiopía, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Filipinas, Suráfrica, Tailandia y Turquía, con unidades médicas de Dinamarca, India y Suecia, fueron puestas bajo un mando unificado de la ONU dirigido por el general estadounidense Douglas MacArthur. Las fuerzas de tierra de estas naciones, Estados Unidos y Corea del Sur se agruparon en el Octavo Ejército estadounidense, en lo que fue la primera intervención conjunta de la ONU.
Incluso después de que Truman involucrara a las divisiones de Estados Unidos en Corea, la guerra siguió un curso negativo. Antes de que los norcoreanos se detuvieran en agosto, habían tomado Seúl y las tropas estadounidenses y surcoreanas habían sido expulsadas del pequeño perímetro alrededor de la ciudad portuaria de Pusan situada en el sur. Los refuerzos estadounidenses pudieron mantener esta pequeña área y el 15 de setiembre de 1950, el general MacArthur lanzó una invasión anfibia sobre la ciudad de Inchon en la costa occidental de Corea del Sur. En un movimiento coordinado, las fuerzas de la ONU rompieron el perímetro de Pusan. Rápidamente los norcoreanos fueron conducidos y obligados a traspasar el paralelo 38.
Percibiendo una oportunidad no sólo para detener la expansión comunista sino también para eliminarla, el presidente Truman aprobó las órdenes para que las fuerzas de la ONU cruzaran el paralelo 38 y empujaran al enemigo hacia la frontera de China. A pesar de las repetidas advertencias chinas de que entrarían en guerra si los estadounidenses llegaban cerca del río Yalu, las fuerzas de la ONU cruzaron a territorio norcoreano el 7 de octubre y conquistaron Pyongyang, su capital. Hacia el 25 de octubre algunas unidades avanzadas llegaron al río Yalu; allí entraron en combate con tropas chinas que habían entrado en Corea del Norte.
El 26 de noviembre la potente ofensiva china cerró la línea de retirada al noreste de Corea a las tropas de la ONU. Los comunistas reconquistaron Pyongyang el 5 de diciembre y Seúl el 4 de enero de 1951. La ofensiva comunista se detuvo el 15 de enero a lo largo de un frente al sur de Seúl.
El temor a una guerra abierta con China y la Unión Soviética hizo que el presidente estadounidense abandonara su objetivo de reunificar por las armas Corea y retomara su objetivo original de detener la 'agresión comunista' en Corea.
El Octavo Ejército estadounidense inició la ofensiva el 25 de enero, y todo el mando de Naciones Unidas participó en el potente ataque conocido como 'Operación Asesino' el 21 de febrero que provocó que los chinos se retiraran lentamente de Corea del Sur. Seúl cayó de nuevo en poder de las fuerzas de la ONU el 14 de marzo. Hacia el 22 de abril, éstas habían ocupado posiciones al norte del paralelo 38 a lo largo de una línea que se estableció hasta el final de la guerra. Mientras tanto, el 11 de abril, el general MacArthur, que había defendido públicamente una estrategia militar de enfrentamiento abierto con China fue relevado del mando por Truman. Con su sucesor, el general Matthew Ridgway, durante los dos años siguientes las fuerzas de la ONU se implicaron principalmente en acciones defensivas.
Aunque los comunistas no podían llevar a cabo una ofensiva importante, sus fuerzas, bien atrincheradas, hacían que la estrategia de defensa activa de la ONU fuera muy costosa. Algunas de las batallas más desesperadas se produjeron en las colinas denominadas Old Baldy, Capital, Pork Chop, T-Bone y Heartbreak Ridge.
Durante la guerra de Corea el espacio aéreo desempeñó un papel decisivo, siendo la primera ocasión en que entraron en combate aviones supersónicos (MiG-15 chinos y F-86 Sabres estadounidenses).
En junio de 1951, a medida que las operaciones bélicas se iban convirtiendo en una guerra de posiciones, el delegado soviético en la ONU propuso formalmente que los beligerantes iniciaran conversaciones para el alto el fuego. El 10 de julio de 1951, comenzaron las negociaciones de tregua en Kaesong (Corea del Norte) que continuaron de forma intermitente durante dos años.
Aunque llevadas a cabo en un ambiente de sospecha mutua, las negociaciones finalmente dieron como resultado un acuerdo que no resolvió un tema importante: el rechazo comunista a aceptar el principio, defendido por la ONU, de que un prisionero de guerra no sería entregado a su ejército contra su deseo. Las negociaciones se rompieron en octubre de 1952 y no se reiniciaron hasta abril de 1953. Al final de la primavera, ambas partes acordaron que los prisioneros que no desearan regresar a sus países fueran custodiados por una comisión neutral durante 90 días después de la firma del armisticio. Durante este periodo, cada nación podía intentar persuadir a sus ciudadanos para que regresaran a su país. Ambas partes acordaron mantener una conferencia de paz de alto nivel dentro de los tres meses siguientes a la fecha efectiva del armisticio, pero que, hasta abril de 1954, se pospuso.
En julio de 1953, se firmó el acuerdo de tregua en Panmunjom. Así, pendiente del último acuerdo en la conferencia de paz planificada, la guerra de Corea finalizó después de más de tres años de conflicto y de aproximadamente cuatro millones de bajas (entre muertos y heridos). El daño económico y social de la guerra de Corea fue incalculable.

La Alemania de posguerra


Los años de Adenauer
Desde 1949 hasta 1963 el gobierno de Alemania Occidental fue dominado por la Unión Demócrata Cristiana. Su líder, Konrad Adenauer, fue elegido canciller de la república en 1949.

Como máximo dirigente de Alemania del Oeste, Adenauer intentó transformar el país de una zona ocupada militarmente en una nación plenamente independiente aceptada por los demás países. El objetivo de la independencia fue más fácil de alcanzar después de que Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia reconocieran que Europa Occidental no podía aguantar la presión soviética sin la ayuda de un Estado alemán fuerte. En consecuencia, la ocupación militar de la República Federal de Alemania concluyó oficialmente en 1952 tras la Conferencia de Berlín.

  
Cooperación europea
En 1955 Alemania Occidental fue reconocida internacionalmente como Estado de pleno derecho. Una vez que se permitió su rearme, se unió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que se había fundado en 1949. Alemania Occidental también formó parte en la creación de la Comunidad Europea para el Carbón y el Acero (CECA), la Comunidad Europea para la Energía Atómica (ERATOM) y del Consejo de Europa. Como indemnización parcial por los crímenes de guerra y como contrapartida a la ayuda económica prestada por Estados Unidos durante la posguerra (Plan Marshall), la República Federal asumió obligaciones de ayuda a Israel y otras naciones en vías de desarrollo. Aunque no fue miembro de Naciones Unidas (ONU) oficialmente hasta 1973, la RFA participó en muchos de sus organismos colaborando económicamente en numerosos proyectos.
Resurgimiento económico
En los asuntos internos, Adenauer y Ludwig Erhard, su ministro de Economía, fomentaron la recuperación económica de acuerdo con principios liberales, dirigiendo la producción al mercado de consumo tanto nacional como extranjero. Se promovió el crecimiento industrial con leyes fiscales que favorecían fuertes inversiones privadas y limitaban las reivindicaciones sindicales. La fuerza laboral aumentó gracias a un gran flujo de emigrantes calificados, entre los que se encontraban más de once millones de refugiados de Alemania Oriental y de las anteriores zonas alemanas de Europa, y más tarde, gracias a los procedentes de Italia, España y Turquía. El resultado fue un periodo de rápida expansión y prosperidad industrial conocido como "milagro alemán". Basado en su creciente riqueza industrial, el gobierno formó un ejército y expandió el sistema de bienestar social.
Los socialdemócratas en el poder
Cuando Adenauer se retiró en 1963 a los 87 años, fue sucedido en el puesto de canciller por Erhard (1963-1966) y por Kurt Georg Kiesinger (1966-1969), también democratacristianos, que dirigieron gobiernos de coalición.
En 1969, una victoria del Partido Socialdemócrata condujo a Willy Brandt, antiguo alcalde de Berlín Occidental, a la cancillería. Inició la Ostpolitik ('política oriental') con el fin de mejorar relaciones políticas y comerciales con el bloque soviético. En 1970 firmó tratados de no agresión con la URSS y Polonia que confirmaron las fronteras existentes. Invirtiendo la política de Adenauer sobre Alemania Oriental, alcanzó un acuerdo con la República Democrática en 1972, que mejoraba el acceso de personas de Alemania Occidental a Berlín Occidental. En 1973 los dos países se concedieron el reconocimiento diplomático mutuo y fueron admitidos en Naciones Unidas.
La República Democrática de Alemania
La República Democrática de Alemania ocupaba las zonas que actualmente forman los estados alemanes de Berlín, Brandeburgo, Mecklemburgo-Pomerania Anterior, Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia. La república designó a Berlín Este como su capital, decisión que otras potencias se negaron a reconocer. En el momento de la reunificación, la república tenía cerca de 16 millones de habitantes.
El nuevo Estado surgió en 1949 como respuesta al establecimiento de Alemania Occidental, el Estado patrocinado por los aliados, a partir de los territorios administrados por la Unión Soviética, según los acuerdos de Yalta y Potsdam, y siguiendo los principios del socialismo soviético. A pesar de las demandas soviéticas de importantes indemnizaciones, desarrolló una potente economía y mantuvo una posición destacada en el bloque soviético.

Los años de Ulbricht
Walter Ulbricht, presidió el destino de Alemania del Este durante más de 25 años. Determinado a transformar el país, arrasado por la Segunda Guerra Mundial, siguiendo planteamientos comunistas, Ulbricht diseñó una política exterior para estrechar relaciones con otros estados comunistas.
En 1950 Alemania Oriental formalizó un tratado con Polonia ratificando la frontera Oder-Neisse, y uniéndose con las demás naciones comunistas en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON).

 En 1954 la importancia internacional de la república aumentó cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) desistió de sus demandas de indemnización y concedió a la República Democrática de Alemania el reconocimiento político.

Al año siguiente Alemania del Este participó en la fundación del Pacto de Varsovia, respuesta soviética a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y en 1956 creó su propio ejército.

Ulbricht firmó un pacto con la URSS en 1964 que estrechaba las relaciones económicas, políticas y militares entre ambos países. La presencia de tropas de Alemania del Este en el Pacto de Varsovia obligó a su participación en la represión de levantamientos antisoviéticos en el bloque oriental, como ocurrió en 1968 en la antigua Checoslovaquia ('primavera de Praga').
Relaciones con Alemania Occidental
En la década de 1950, las relaciones de Alemania Oriental con la capitalista Alemania Occidental se hicieron tensas después de que el presidente de la República Federal de Alemania Konrad Adenauer afirmara que todos los alemanes formaban una sola nación e insistiera en tratar con el Partido Socialista Unificado en lugar de hacerlo con el gobierno de Alemania del Este. 
Las relaciones se hicieron incluso más tensas con la división de Berlín en dos zonas separadas. Aunque Berlín se encontraba dentro del territorio de la República Democrática de Alemania, había sido dividido en el sector este (soviético) y oeste (aliados occidentales). Para detener la corriente de alemanes orientales insatisfechos con la nueva situación que escapaban a Occidente, situación que reducía la mano de obra calificada de Alemania Oriental, Ulbricht estableció un corredor bien protegido a lo largo de la frontera occidental del país, dejando a Berlín como única ruta práctica de escape. Ulbricht finalmente bloqueó esa salida en 1961 ordenando la construcción del Muro de Berlín, una barrera de cemento muy fortificada que separaba Berlín Oriental de Berlín Occidental; en 1968 Ulbricht impuso nuevas restricciones al ya limitado paso de Alemania Occidental a Berlín Occidental.

Estricto control del Partido
En política interior, la primera preocupación de Ulbricht era reconstruir la destrozada economía de Alemania del Este.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el país tan sólo pudo disponer de una cuarta parte de sus recursos anteriores a la guerra y la URSS solicitó que pagara tres cuartas partes de las indemnizaciones alemanas totales para ayudar a la recuperación soviética. Ulbricht consiguió este objetivo imponiendo una disciplina de hierro comparable a la del líder soviético Iósiv Stalin. El Partido Socialista Unificado controló completamente el gobierno, que ya había nacionalizado toda la industria pesada y la agricultura y que gradualmente también lo hizo con todas las empresas pequeñas. Se dio especial importancia a la producción de industria pesada para satisfacer los requisitos soviéticos. En 1953 el aumento de las cuotas de producción y los recortes en los alimentos provocaron revueltas laborales que fueron sofocadas con la ayuda de tropas soviéticas.
Con el nuevo sistema económico de 1963, política caracterizada por la descentralización parcial y la planificación informatizada, la recuperación económica de Alemania del Este se aceleró. Los ingresos y los beneficios de los trabajadores mejoraron y a muchos de ellos se les facilitó una educación tecnológica avanzada. En 1968 se adoptó una nueva constitución completamente socialista, con el Partido Socialista Unificado en el poder.

domingo, 28 de octubre de 2012

Enfrentamiento URSS - EEUU: La guerra fría


La "Guerra fría", constituyó la disputa que enfrentó después de 1945 a Estados Unidos y sus aliados, de un lado, y al grupo de naciones lideradas por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), del otro.
No se produjo un conflicto militar directo entre ambas superpotencias, pero surgieron intensas luchas económicas y diplomáticas. Los distintos intereses condujeron a una sospecha y hostilidad mutuas enmarcadas en una rivalidad ideológica en aumento.
Antecedentes
Estados Unidos y Rusia iniciaron sus enfrentamientos en 1917, cuando los revolucionarios tomaron el poder, creando la Unión Soviética, y declararon la guerra ideológica a las naciones capitalistas de Occidente. Estados Unidos intervino en la Guerra Civil rusa enviando unos 10.000 soldados entre 1918 y 1920 y después se negó a reconocer el nuevo Estado hasta 1933.
Los dos países lucharon contra Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, pero esta alianza comenzó a disolverse en los años 1944 y 1945, cuando el líder ruso Iósiv Stalin, buscando la seguridad soviética, utilizó al Ejército Rojo para controlar gran parte de la Europa Oriental. El presidente estadounidense Harry S. Truman se opuso a la política de Stalin y trató de unificar Europa Occidental bajo el liderazgo estadounidense. La desconfianza aumentó cuando ambas partes rompieron los acuerdos obtenidos durante la Guerra Mundial. Stalin no respetó el compromiso de realizar elecciones libres en Europa Oriental. Truman se negó a respetar sus promesas de envío de indemnizaciones desde la Alemania derrotada para ayudar a la reconstrucción de la Unión Soviética, devastada por la guerra.
Los funcionarios estadounidenses, preocupados por la presión soviética en Irán y Turquía, interpretaron un discurso de 1946 realizado por Stalin como la declaración de la guerra ideológica a Occidente. En 1947 el presidente propuso la denominada Doctrina Truman, que tenía dos objetivos: enviar ayuda estadounidense a las fuerzas anticomunistas de Grecia y Turquía, y crear un consenso público por el cual los estadounidenses estarían dispuestos a combatir en un supuesto conflicto. Alcanzó ambos objetivos. Ese mismo año, el periodista Walter Lippmann popularizó el término "Guerra fría" en un libro así titulado. En el Congreso estadounidense hubo una serie de interrogatorios a los que se dio gran publicidad sobre las actividades procomunistas en Estados Unidos. El investigador más conocido, el senador Joseph Raymond McCarthy, dio nombre a una era de intenso anticomunismo.
Cuando en 1948, Estados Unidos propone el Plan Marshall (Programa de Recuperación Europea), dotado de 22.000 millones de dólares para reconstruir Europa, la Unión Soviética responde aumentando su control sobre Europa Oriental y amenazando la posición de Occidente en Alemania.
La joven Organización de las Naciones Unidas (ONU) era incapaz de imponer medidas unánimes en medio de la lucha de intereses de las dos potencias.
Tras el ensayo de la primera bomba atómica rusa, Europa occidental decide crear junto a Estados Unidos una alianza militar -la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)- y reforzar a Alemania Occidental como país independiente con capacidad para armarse, para frenar el avance soviético.
La OTAN, que garantizaba una mutua protección en Europa y América del Norte, estaba  encargada de asegurar el funcionamiento de un ejército común, colocado bajo un mando único; a tal efecto, cada nación-miembro se comprometía a aportar contingentes militares en proporción a sus posibilidades. La preponderancia de los Estados Unidos en dinero y fundamentalmente por la posesión de armas atómicas, le dio mayor poder que ninguno de los demás estados miembros y los norteamericanos pudieron seguir dominando militarmente a Europa.
El enfrentamiento con la Unión Soviética comprendía también otras dos organizaciones o bloques de aliados que fueron creando un cerco al bloque comunista.
La CENTO (Organización del Tratado Central), con sede en Ankara, fue creada con el nombre de Pacto de Bagdad, en febrero de 1955, por Turquía e Irak, entrando sucesivamente en él Gran Bretaña, Irán, Pakistán y los Estados Unidos. En esta organización los estadounidenses dirigen las comisiones económica y antisubversiva del mismo.
La SEATO (Organización del tratado del Sudeste Asiático), con sede en Bankok, capital de Thailandia, fue fundada en virtud del tratado de Manila, en setiembre de 1954, y mantiene enlace con la CENTO y la OTAN. Son miembros de esta organización Australia, Francia, nueva Zelanda, Pakistán, Filipinas, Thailandia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
De este modo, los norteamericanos trataron desde los comienzos de la guerra fría de ir cercando a la URSS mediante la OTAN -países europeos y atlánticos- la CENTO -Cercano Oriente- y la SEATO -Asia suboriental y Pacífico- en un amplísimo centro geográfico, mediante países satélites, subvencionados y con gobiernos simpatizantes.
En Japón -paralelamente- bajo control estadounidense, se aceleró el desarrollo económico para luchar contra el comunismo asiático. Cuando Corea del Norte, comunista, invadió Corea del Sur en 1950, Truman envió al ejército estadounidense a la acción. El conflicto, conocido como guerra de Corea, concluyó tres años después con una tregua que dejó la frontera anterior a la guerra.
Unión Soviética y Pacto de Varsovia
La Unión Soviética, por su parte, sintiéndose amenazada, promovió a su vez el llamado Pacto de Varsovia, (oficialmente, Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua), alianza militar compuesta por ocho países comunistas europeos, creada para contrarrestar el rearme de Alemania Occidental, y su ingreso en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El tratado fue firmado en Varsovia (Polonia) el 14 de mayo de 1955 por Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, República Democrática de Alemania, Hungría, Polonia, Rumania y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La alianza estaba dominada por la URSS, que mantenía un estricto control sobre los otros estados firmantes del pacto. En 1961 Albania rompió relaciones diplomáticas con la URSS a causa de diferencias ideológicas y en 1968 abandonó el Pacto de Varsovia.
Según los términos del tratado, el Comité Político Consultivo coordinaba todas las actividades, excepto las puramente militares, y el Mando Unificado de las Fuerzas Armadas ejercía la dirección sobre las tropas asignadas a éste por los estados miembros. Se acordó que el Mando Unificado quedara bajo dirección soviética. La única acción militar del Pacto de Varsovia fue dirigida contra un Estado miembro: Checoslovaquia. (En el otoño de 1956, la URSS llevó a cabo de forma unilateral la invasión de Hungría, otro Estado miembro del Pacto de Varsovia). En agosto de 1968, como respuesta a una serie de reformas liberalizadoras promulgadas por el gobierno checoslovaco, conocidas como la primavera de Praga, tropas de la URSS, Polonia, Hungría, Bulgaria y Alemania Oriental invadieron Checoslovaquia y forzaron el retorno a un régimen afín a la ortodoxia soviética. Rumania se opuso a la invasión, por lo que no participó en ella, pero continuó siendo miembro del Pacto.
En 1953 Stalin murió y Truman abandonó su cargo, pero ambas partes siguieron su lucha por Europa. La URSS intentó proteger a la Alemania Oriental comunista de una importante pérdida de población construyendo el que pasaría a ser denominado Muro de Berlín en 1961. Cada superpotencia también intentó influir en las nacientes naciones de Asia, África, Oriente Próximo y Latinoamérica. En América del Sur, el Caribe y en América Central tanto los movimientos insurgentes como los permanentes golpes de Estado estuvieron, muchas veces, enmarcados en este conflicto. La Doctrina de la Seguridad Nacional surgida en la década de 1960 influyó en toda Sudamérica, produciendo permanentes violaciones de los derechos humanos. En 1962 surgió una grave crisis cuando la URSS instaló misiles en Cuba, por aquellos años su nuevo aliado. El presidente John Fitzgerald Kennedy amenazó con represalias nucleares y los soviéticos retiraron los misiles a cambio de la promesa de aquél de no invadir Cuba. La crisis de los misiles produjo desencuentros en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Calmados por esta crisis, los soviéticos también se debilitaron cuando los dirigentes chinos se separaron de Moscú y los europeos del Este comenzaron a mostrar su descontento. El nacionalismo demostraba ser más fuerte que el comunismo. Mientras tanto, Estados Unidos estaba luchando en la guerra de Vietnam, sangrienta acción militar en un fallido esfuerzo por conservar Vietnam del Sur. Además, la superioridad económica de posguerra de Estados Unidos fue retada por Japón y Alemania Occidental. Hacia 1973 las dos superpotencias enfrentadas acordaron una política de distensión; fue un intento de detener la costosa carrera armamentista y frenar su competencia política, militar y económica en el Tercer Mundo.
La Organización de Países No Alineados
La alineación en torno a los bloques de poder constituyó una constante en las acciones políticas de los países por estas décadas. Hubo quienes, sin embargo, optaron por alinearse dentro de un nuevo grupo; la Organización de Países No-Alineados.
Los no alineados constituían una agrupación de estados que, durante la Guerra fría, no tenían alianza formal con ninguno de los dos bloques hegemónicos liderados por Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La formación de un grupo conocido formalmente como Movimiento de Países No-Alineados se originó con la división del mundo en los bloques comunista y capitalista después de la Segunda Guerra Mundial. Fundamental para su surgimiento resultó la Conferencia de Bandung (1955), que sancionó el derecho a la lucha de los países del Tercer Mundo para lograr su independencia frente a cualquier poder colonial o hegemónico, y que anticipó la Conferencia de Belgrado (1961) en que la Organización de Países No-Alineados celebró su primera reunión para definir sus objetivos esenciales. En este papel destacaron el primer ministro de la India, Sri Pandit Jawaharlal Nehru y los presidentes Achmed Sukarno de Indonesia, Gamal Abdel Nasser de Egipto, Kwame Nkrumah de Ghana, Sékou Touré de Guinea, y Josip Broz (Tito) de Yugoslavia.
La política de "no alineamiento" adoptada fue diferente de la de neutralidad en tanto que implicaba una participación activa en la política internacional y un punto de vista basado en las características de una cuestión más que en una posición predeterminada. Por ejemplo, una gran mayoría de los países no alineados se opuso a Estados Unidos durante la guerra de Vietnam y a la URSS después de la invasión soviética de Afganistán. En la práctica, sin embargo, muchos de los países no alineados se inclinaban claramente por alguno de los dos bloques. Tal fue el caso de Cuba desde que la revolución llevara al poder a Fidel Castro, cuyo régimen político no tardó en acercarse a posturas prosoviéticas.
Los países no alineados se consideraban como un importante amortiguador entre las dos alianzas militares rivales, con lo que disminuían la posibilidad de un conflicto grave. Sin embargo, cualquier ambición de constituir una fuerza se vio frenada por la variedad de gobiernos, que iban desde posturas izquierdistas hasta ultraderechistas, y por su debilidad económica y militar, que les obligaba a depender de la ayuda de las grandes potencias.
La Coexistencia Pacífica
El 23 de junio de 1951 el representante soviético en la ONU, J.A. Malik, aludió a la posibilidad de llegar a una relación de "coexistencia pacífica" entre las dos potencias mundiales y por consiguiente entre los dos bloques encabezados por las mismas. Era una fórmula que suponía haber alcanzado un equilibrio a escala mundial, no modificable a corto plazo. La guerra fría trajo todos los resultados que se esperaron de ella.

La fórmula de la coexistencia caracterizó el período comprendido entre 1952 y 1956, sobre todo en Europa, y se vio favorecida por la propia desaparición de los protagonistas de la guerra fría. En los EEUU las elecciones presidenciales de 1952 fueron ganadas por el general Eisenhower; y en la Unión Soviética la muerte de Stalin y el paso a una "dirección colegial" con el establecimiento de la nueva presidencia norteamericana; pero la transición se prolongó hasta 1955.

La renovación de esta política partió de la llamada "Cumbre mundial", en la que participaron tres personalidades, que en sus distintos ámbitos, iniciaron un viraje de mutua comprensión. La presencia de Nikita Kruschev, en la Unión Soviética; John F. Kennedy en los Estados Unidos y el papa Juan XXIII, en el Vaticano, significó un giro hacia el entendimiento y una apertura a la esperanza, y aunque su acción personal fue demasiado breve, su huella ha marcado de manera indeleble la historia contemporánea.

sábado, 27 de octubre de 2012

El Plan Marshall y la recuperación económica de Europa


Abandonado definitivamente el aislacionismo que había prevalecido durante el período de entreguerras, los Estados Unidos toman conciencia de sus intereses mundiales y deciden intervenir en cualquier lugar amenazado por las revoluciones y el comunismo, y propagar el ideal del American Way of Life.
Europa Occidental constituía una posición clave, que debía ser mantenida a toda costa, ya que de otra manera el equilibrio mundial se rompería en detrimento de los Estados Unidos.
En 1947, los recursos del FMI se agotaban, y los 8 millones de dólares en ayudas diversas no habían producido los resultados deseados.
Estados Unidos, que tenía el 56% de la producción mundial de acero, y el 87% de la producción de automóviles, se dirige a toda Europa y plantea un plan de recuperación en cuatro años, a través de una ayuda de 22 mil millones de dólares para el período 1948-1951.
El Programa de Reconstrucción Europea (European Recovery Program), es más conocido como Plan Marshall, debido a su promotor: el secretario de Estado estadounidense George Catlett Marshall.
Tras la guerra, la producción agrícola y carbonífera europea era casi inexistente, con el consiguiente perjuicio para la población. Los europeos tampoco tenían los dólares necesarios para comprar las materias primas y la maquinaria estadounidense que les permitiera reconstruir sus maltrechas economías.
Estados Unidos reaccionó ante estos hechos por cuatro razones:
En primer lugar, Europa había sido su principal y mayor mercado, y sin una Europa próspera, Estados Unidos sufriría una profunda depresión económica.
En segundo lugar, sin la ayuda del Plan Marshall, Europa Occidental podría haberse orientado hacia posturas comunistas, por lo que los líderes estadounidenses veían amenazada su seguridad.
En tercer lugar, Europa Occidental parecía estar dispuesta a dejarse influenciar por la URSS, potencia que Estados Unidos empezaba a considerar como su principal rival en el planeta.
Y cuarto, Alemania Occidental, que históricamente había sido el eje industrial del contintente, tenía que convertirse en el freno a la expansión soviética. El miedo que los europeos tenían hacia su enemigo durante la Segunda Guerra Mundial sólo desaparecería si se conseguía integrar a Alemania en una Europa unida.
A pesar de que el Plan Marshall constituía un acto intervencionista por parte de los Estados Unidos, es indudable que Europa necesitaba de esa inyeccción económica para superar la crisis y ahuyentar el peligro del ascenso de los partidos comunistas y socialistas en sus respectivos países.
El Plan Marshall se convirtió de este modo en un instrumento más de la guerra fría entre el Este y el Oeste desde el momento en que tanto Francia como Inglaterra habían decidido despreciar la oposición rusa y reunir en torno suyo, con objeto de examinar la propuesta norteamericana, a Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Italia, Portugal, Islandia, Grecia, Irlanda, Suiza, Turquía, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega. Como era de esperar, los países adheridos al sistema comunista rehusaron la invitación de reunirse en París.
España no fue invitada a causa de la dictadura franquista, como tampoco Alemania Occidental, aún cuando este último país estuviera allí representado por los comandantes en jefe de las respectivas zonas de ocupación. El apoyo especial -como consecuencia de la guerra fría- a Alemania Occidental con una ayuda de mil quinientos millones de dólares en concepto de donación, colaboraron de manera importante al llamado "milagro alemán".
Los "dieciseis" redactaron un informe que fijaba los elementos esenciales de un programa de recuperación global y mutua: un vigoroso esfuerzo de producción y de estabilidad financiera, una cooperación lo más estrecha posible, y la aceptación de la ayuda norteamericana para colmar el déficit de las balanzas de pago europeas.
De esta manera, los países firmantes crean una organización permanente encargada de llevar a la práctica el Plan Marshall: la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE, primer antecedente de la actual Unión Europea).
La OECE alcanzó pronto resultados positivos. Desde el 1º de octubre de 1948 entró en vigor un acuerdo sobre pagos intraeuropeos, que permitiría a determinados países acreedores normalizar sus cuentas con otras naciones de Europa, sin tener que movilizar para ello reserva de oro o dólares.
Puede señalarse también la ayuda concedida por los Estados Unidos dando "salida" a determinados excedentes exportables. Los países de la OECE se dirigían a los de la zona del dólar para obtener entregas suplementarias de abastecimeitnos y suministros. Por encima de estos detalles concretos, lo importante era el nacimiento de una mentalidad nueva. Los pueblos de la Europa occidental parecían haber tomado conciencia de sus intereses comunes.
Dicha toma de conciencia se desarrollaba en el mismo momento en que la eclosión popular revolucionaria, secuela inevitable de la guerra, y apoyada por la Unión Soviética, cobraba los caracteres más agudos en Asia.
El programa cumplió con sus objetivos a corto y largo plazo: cuando se acabó en 1952, el peligro de control comunista sobre Europa Occidental había desaparecido, la producción industrial era un 35% superior a la de antes de la guerra, Alemania Occidental era independiente y su economía se estaba recuperando con gran rapidez.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Los juicios de Nuremberg



Los procesos más importantes tuvieron lugar en Nuremberg (Alemania), revestidos de autoridad por dos instrumentos: el Acuerdo de Londres, firmado el 8 de agosto de 1945 por los representantes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Unión Soviética, y la llamada Ley número 10, promulgada por el Consejo Aliado en Berlín, el 20 de diciembre de 1945.
El Acuerdo de Londres preveía el establecimiento de un Tribunal Internacional Militar, compuesto por un juez y otro sustituto de cada uno de los Estados signatarios, para enjuiciar los crímenes de guerra. Estos fueron clasificados en tres bloques: crímenes contra la paz, esto es, los que consistían en la planificación, inicio y desarrollo de la guerra; crímenes de guerra, es decir, violaciones de las leyes de la guerra, contenidas en la Convención de Viena y reconocidas por los ejércitos de las naciones civilizadas, y crímenes contra la humanidad, tales como el exterminio de grupos étnicos o religiosos, así como otras atrocidades cometidas contra la población civil.
El 18 de octubre de 1945 se fijó la acusación de 24 personas, que incluía una gran variedad de crímenes y atrocidades tales como la deliberada instigación de contiendas, el exterminio de grupos raciales y religiosos, asesinatos, malos tratos, torturas y deportaciones de cientos de miles de habitantes de los países ocupados por Alemania durante la guerra.

Entre los acusados figuraban Hermann Wilhelm Göring y Rudolph Hess, líderes del partido nazi, el diplomático Joachim von Ribbentropp, el fabricante de armas Gustav Krupp von Bohlen und Halbach, el mariscal de campo Wilhelm Keitel, el gran almirante Erich Raeder, y otros dieciocho líderes militares y civiles. Siete organizaciones que formaban parte del Gobierno nazi fueron también acusadas. Entre ellas estaban las SS, la Gestapo o Policía Secreta, las SA, las SD o Servicio de Seguridad y el alto mando de las Fuerzas Armadas alemanas.
El juicio comenzó el 20 de noviembre de 1945. Muchas de las pruebas aportadas consistieron en documentos militares y diplomáticos que habían llegado a manos de las potencias aliadas tras la caída del Gobierno alemán.
La sentencia del Tribunal Internacional Militar fue dictada a comienzos de octubre de 1946. Una de las conclusiones más importantes fue la de que, conforme al Acuerdo de Londres, planificar o provocar una guerra es un crimen que atenta contra los principios del Derecho internacional.
El tribunal rechazó las argumentaciones de la defensa de que tales actos no estaban definidos con antelación como crímenes en Derecho internacional, con lo que la condena de los acusados violaría el principio de no retroactividad de la ley penal. Se rechazó la argumentación de que parte de los acusados no era responsable de sus actos porque actuaron por obediencia debida, pues "lo importante no era la existencia de las órdenes superiores inmorales, sino si la no ejecución de las mismas era de hecho posible o no."
En relación con los crímenes de guerra y con los crímenes contra la humanidad, el tribunal apreció una aplastante evidencia de sistemática violencia, brutalidad y terrorismo llevados a cabo por el Gobierno alemán en los territorios ocupados por sus ejércitos. Millones de personas habían sido asesinadas en campos de concentración, muchos de los cuales estaban equipados con cámaras de gas para el exterminio de judíos, gitanos y otros miembros de grupos étnicos o religiosos. Más de cinco millones de personas habían sido deportadas de sus hogares y tratadas como mano de obra barata o esclava. La mayoría de ellas murieron por los tratos inhumanos recibidos.
De las siete organizaciones acusadas, fueron encontradas culpables las SS, la Gestapo y las SD. De los acusados, 12 fueron condenados a morir ahorcados, siete fueron condenados a penas de prisión desde 10 años hasta cadena perpetua, y tres -incluidos el político y diplomático Franz von Papen y el presidente del Banco Central Alemán Hjalmar Greeley Schacht- fueron absueltos. Los condenados a muerte fueron ejecutados el 16 de octubre de 1946. Göring se suicidó en la cárcel poco antes de la hora prevista para su ejecución.
Después del primer juicio de Nuremberg, se celebraron otros 12 bajo la autoridad de la Ley 10 del Consejo, y en ellos se enjuiciaron los crímenes cometidos en cada una de las cuatro zonas de la Alemania ocupada. Hubo 185 acusados. Entre ellos, los médicos que habían llevado a cabo experimentos sobre enfermos y prisioneros de los campos de concentración, jueces que habían cometido asesinatos y otros delitos encubiertos bajo la apariencia de un proceso legal, industriales que habían participado en el saqueo de los países ocupados y en el programa de mano de obra forzada. Otros acusados fueron los miembros de las SS que habían dirigido los campos de concentración, administrado las leyes racistas nazis u organizado el exterminio de judíos y otros grupos en los territorios del este de Europa; también altos mandos civiles y militares, así como autoridades policiales del Tercer Reich. Algunos médicos y líderes de las SS fueron condenados a muerte, y unos 120 fueron condenados a prisión. Sólo 35 fueron absueltos.

El problema alemán
El momento culminante de la crisis de identidad alemana correspondió a los Juicios de Nuremberg, celebrado mientras una multitud de fugitivos del este se esparcía por el país: millones de alemanes que, arrojados de sus lares tradicionales en Prusia Oriental, de los territorios situados al otro lado de la línea de los ríos Oder y Neisse, se refugiaron en las zonas occidentales de ocupación. Los soviéticos no perdonaban la matanza de más de 10 millones de personas entre su población civil.
Hacia finales de 1946, la crisis de identidad estaba ya en trance de superarse.
Los alemanes comenzaron por convencerse de que su aparente complicidad respecto del régimen nazi debía más bien entenderse como fidelidad a la patria y reaccionaron contra la tesis de la responsabilidad global. De ahí el silencio de todo lo sucedido, aduciendo ignorancia de los hechos. Afloraba de esta manera la nueva conciencia nacional de la Alemania contemporánea, que aceptaba la realidad de la guerra perdida de modo diferente que en tiempo de Versalles; pero rechazaba la culpa colectiva y el consiguiente castigo de la ocupación por tiempo indefinido, la privación de la soberanía, la parcelación del país y las considerables amputaciones territoriales, que contradecían el principio de las nacionalidades y la autodeterminación.

Juicios de Tokio y otros
Otros juicios por crímenes de guerra fueron celebrados bajo la autoridad internacional en Tokio. El Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente fue constituido por el general Douglas MacArthur, comandante supremo de las Fuerzas Aliadas, el 19 de enero de 1946, y lo compusieron representantes de 11 países. Muchas decisiones se basaron en argumentos extraídos del Acuerdo de Londres.
El juicio de Tokio comenzó el 3 de mayo de 1946, y finalizó el 12 de noviembre de 1948, con decisiones parecidas a las adoptadas en los juicios de Nuremberg. De los 28 acusados, siete fueron condenados a muerte, y los restantes, excepto dos, sentenciados a cadena perpetua.
Muchos otros juicios sobre crímenes de guerra se celebraron en países que habían sido ocupados por Alemania o Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Además, los tribunales militares de las zonas de ocupación británica y estadounidense en Alemania juzgaron a los alemanes bajo leyes de guerra. Numerosos procesos de oficiales militares se celebraron en Filipinas y Australia por tribunales militares estadounidenses constituidos en suelo japonés. La mayor parte fueron juicios basados en alegaciones de violación de las leyes de la guerra, y no se estimaron los crímenes contra la paz ni contra la humanidad que habían constituido la parte esencial de los juicios de Nuremberg.
Incluso mucho tiempo después de los juicios celebrados al término de la Segunda Guerra Mundial fueron llevados ante tribunales criminales de guerra. Es el caso de Adolf Eichmann, miembro de las SS alemanas y organizador de actividades antisemitas, que fue capturado en 1960 en Argentina por agentes israelíes, trasladado a Jerusalén, juzgado y condenado a muerte. Su ejecución tuvo lugar en 1962.
Consecuencias
Los juicios de Nuremberg y Tokio supusieron un paso de gran importancia en la evolución del Derecho penal internacional. Su credibilidad habría sido mayor si los procedimientos no hubieran sido llevados a cabo en exclusiva bajo los auspicios de los países que habían ganado la guerra, con lo que sólo fueron juzgados nacionales de Alemania y Japón. Sin embargo, los principios aplicados en Nuremberg y Tokio han colaborado a robustecer el Derecho internacional y sus mecanismos.

RECOMENDACIÓN
Una película de ficción interesantísima, que reflexiona sobre la situación de los alemanes tras la guerra es "Alemania Año Cero" de Roberto Rossellini, realizada en 1947.

 

Creación de los organismos internacionales de carácter mundial: ONU, OTAN, FMI, Banco Mundial


Como consecuencia de las dimensiones que tuvo la Segunda Guerra Mundial, con el fin del conflicto se crearon una serie de organismos internacionales para regular las relaciones entre los distintos países.
La necesidad de establecer determinados acuerdos de paz duradera así como mecanismos para impedir enfrentamientos tan dolorosos como los vividos, impulsó a varios países a reformular una sociedad de naciones. Por otra parte, los recientes crímenes de guerra debían ser juzgados, y para ello también era necesario la instrumentación de un gobierno de carácter internacional.

La ONU: Organización de las Naciones Unidas
Los orígenes
El primer compromiso para establecer una nueva organización internacional se recogió en la Carta del Atlántico, firmada por el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt y el primer ministro británico sir Winston Churchill el 14 de agosto de 1941, en una conferencia celebrada a bordo de un buque de guerra frente a las costas de Terranova. Ambos dirigentes se comprometieron a establecer un "sistema permanente y más amplio de seguridad general" y expresaron su deseo de "conseguir la máxima colaboración de todas las naciones en el plano económico."
Los principios de la Carta del Atlántico fueron aceptados por las Naciones Unidas de forma más general en su Declaración, firmada el 1 de enero de 1942 por los representantes de las 26 naciones aliadas contra las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio durante la Segunda Guerra Mundial. Fue en este documento donde por primera vez se utilizó de modo oficial el término Naciones Unidas, que había sido sugerido por Roosevelt.
En 1943, en una conferencia celebrada en Moscú, se iniciaron las gestiones para crear una nueva organización. El 30 de octubre de ese año, representantes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Reino Unido, China y Estados Unidos firmaron una declaración en la que reconocían la necesidad de establecer "en el tiempo más breve posible una organización general internacional".
En un encuentro celebrado en Teherán (Irán) un mes más tarde, Roosevelt, Churchill y el máximo dirigente soviético, Stalin, reafirmaron "la suprema responsabilidad que recae sobre nosotros y sobre todas las Naciones Unidas de crear una paz que destierre el azote y el terror de la guerra."
Tras la declaración de Moscú, representantes de las cuatro potencias se reunieron en Dumbarton Oaks (Washington, Estados Unidos), en el otoño de 1944, para estudiar una serie de propuestas destinadas a la creación de una organización internacional. Aprobaron un borrador de carta constitutiva que especificaba sus fines, estructura y métodos operativos, pero no lograron ponerse de acuerdo en el método de votación del Consejo de Seguridad propuesto, que sería el órgano que habría de tener la mayor responsabilidad en cuestiones relativas al mantenimiento de la paz y la seguridad.
El problema de las votaciones quedó resuelto en la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), última cumbre negociadora a la que asistirían Roosevelt, Churchill y Stalin en el último de sus encuentros durante la contienda. En síntesis, el líder soviético aceptaba la postura británica y estadounidense, que limitaba las prerrogativas de las grandes potencias en asuntos de procedimiento, pero mantenía el derecho al veto en cuestiones esenciales. Al mismo tiempo, los líderes aliados plantearon que se celebrase una conferencia de las Naciones Unidas para preparar la Carta constitutiva de la nueva organización.
Delegados procedentes de 50 naciones se reunieron en la ciudad estadounidense de San Francisco el 25 de abril de 1945 para la oficialmente denominada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional. Durante dos meses elaboraron una carta de 111 artículos basada en el borrador realizado en Dumbarton Oaks. La Carta fue aprobada el 25 de junio y firmada al día siguiente. Entró en vigor el 24 de octubre de 1945, tras ser ratificada por la mayoría de los signatarios. Los vínculos surgidos de la alianza bélica contra enemigos comunes aceleraron el acuerdo para establecer esta nueva organización.
Considerada la sucesora de la Sociedad de Naciones, la Organización de las Naciones Unidas fue el nombre que se dio a la organización internacional de naciones basada en la igualdad soberana de sus miembros.
Según su Carta fundacional, la ONU fue establecida para "mantener la paz y seguridad internacionales", "desarrollar relaciones de amistad entre las naciones", "alcanzar una cooperación internacional fundada sobre las relaciones de amistad entre las naciones", "alcanzar una cooperación internacional en la solución de problemas económicos, sociales, culturales o humanitarios" y "fomentar el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales". Sus miembros se comprometen a cumplir las obligaciones que han asumido, a resolver disputas internacionales a través de medios pacíficos, a no utilizar la amenaza o el uso de la fuerza, a participar en acciones organizadas en concordancia con la Carta y a no ayudar a un país contra el que la ONU haya dirigido estas acciones, y a actuar de acuerdo con los principios de la Carta.
Los nuevos miembros son admitidos por propuesta del Consejo de Seguridad y tras ser aceptados por una mayoría de dos tercios en la Asamblea General. Desde 1945, el número de sus miembros ha sobrepasado en más de tres veces el inicial, sobre todo debido a la admisión de muchos países africanos y asiáticos que alcanzaron la independencia con posterioridad a la fundación de la Organización. En mayo de 1994, la ONU contaba con 184 miembros.
Organización
La Carta de la ONU estableció seis órganos principales: la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Tutela o de Administración Fiduciaria, el Tribunal Internacional de Justicia y la Secretaría General.
Todos los estados miembros están representados en la Asamblea General, que es el principal organismo deliberativo de la ONU.
La Asamblea se reúne anualmente en sesiones regulares y en sesiones especiales a petición de una mayoría de sus miembros o del Consejo de Seguridad. La Asamblea no tiene autoridad para hacer cumplir sus resoluciones. Éstas son recomendaciones que se hacen a los estados miembros, pero que carecen de poder de aplicación directa. La Carta, no obstante, permite a la Asamblea establecer agencias y programas que lleven a cabo sus recomendaciones. Entre las más importantes se encuentran: el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El Consejo de Seguridad, reunido en sesión permanente, es el órgano central para el mantenimiento de la paz. El Consejo cuenta con 15 miembros, 5 de ellos permanentes: China, Francia, Reino Unido, Rusia y Estados Unidos. Con carácter periódico se han elaborado propuestas para integrar nuevos miembros permanentes (como, por ejemplo,

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