viernes, 2 de noviembre de 2012

1948 - La creación del Estado de Israel



1948. Tras el holocausto sufrido por el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial, la antigua reivindicación de tener un lugar en el mundo es escuchada. La ONU legitima entonces la creación del Estado de Israel en Palestina.
 

La creación del Estado de Israel
 La creación del Estado de Israel legitimada por parte de las Naciones Unidas en 1948, como consecuencia del holocausto sufrido por la población judía europea en la Segunda Guerra Mundial, constituía una reivindicación específica desde fines del siglo XIX.
El fundamento ideológico del Estado, de la mayor parte de sus partidos e instituciones políticas contemporáneas y de los individuos que las han establecido proviene del movimiento sionista, que adoptó como objetivo principal el crear "para el pueblo judío una patria en Palestina, afianzada por el derecho público".

El período anterior a la independencia
A comienzos del siglo XX no había muchos judíos en Palestina; su número en esta zona aumentó de 12.000 en 1845. hasta aproximadamente 85.000, en 1914.
La mayoría de los habitantes de Palestina eran árabes musulmanes y cristianos. El respaldo al movimiento sionista procedía sobre todo de los judíos de Europa y Estados Unidos.


Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) el movimiento sionista consiguió el respaldo de Gran Bretaña, que buscaba el apoyo del pueblo judío en su lucha contra Alemania. El gobierno británico manifestó sus intenciones en 1917 en forma de carta del ministro de Asuntos Exteriores Arthur James Balfour a los dirigentes sionistas en Gran Bretaña. Según este documento, el gobierno británico aprobaría el establecimiento en Palestina de una patria para el pueblo judío y no regatearía esfuerzos para facilitar la consecución de este objetivo, quedando muy claro que nunca se haría nada que perjudicara los derechos religiosos y civiles de las comunidades no judías existentes en Palestina o los derechos y el estatus político de los judíos residentes en el extranjero.
Tras la Primera Guerra Mundial, los términos de la Declaración de Balfour se incluyeron en el Mandato de Palestina aprobado por la Sociedad de Naciones en 1922. El Mandato encargó a Gran Bretaña la gestión de Palestina y le confió la tarea de ayudar a los judíos para "reconstituir su patria en ese país".
Durante el periodo del Mandato británico, que duró hasta 1948, comenzaron a realizarse asentamientos judíos de gran envergadura y a desarrollarse grandes empresas agrícolas e industriales sionistas. La comunidad judía se multiplicó por diez durante este periodo, especialmente en la década de 1930, en la que un gran número de judíos huyeron de las persecuciones nazis en Europa. Tel Aviv se convirtió en la comunidad judía más importante del país, se fundaron docenas de ciudades y pueblos y se establecieron centenares de colectividades agrícolas judías (kibbutzim) y de cooperativas.
La comunidad judía amplió sus instituciones representativas y democráticas tras la Guerra Mundial. Entre estas instituciones figuraba una asamblea electiva, el Consejo Nacional, que se ocupaba de los asuntos cotidianos de la comunidad en lo referente a educación, salud, servicios sociales, asistencia y otros servicios.
La vida religiosa judía la controlaba un Consejo de Rabinos que supervisaba y se ocupaba de matrimonios, divorcios y otros asuntos familiares. Las instituciones del gobierno local también se desarrollaron para administrar la vida de Tel Aviv y de otros pequeños pueblos judíos. El sistema educativo, que cultivaba la lengua y la cultura hebreas, se expandió y se fundó la Universidad Hebrea de Jerusalén. La Organización Sionista Mundial y la Agencia Judía de Palestina ayudó a la comunidad, consiguiendo fondos en el extranjero, reclutando inmigrantes judíos y buscando el apoyo político de los gobiernos occidentales.
Revueltas árabes y judías
Los funcionarios británicos, dependientes del Alto Comisionado para Palestina, nombrados por el gobierno de Londres, eran los responsables de la defensa y la seguridad, de la inmigración, del servicio de correos, del transporte y de las instalaciones portuarias. Eran la máxima autoridad y los responsables del gobierno del país.
Los británicos intentaron mantener el frágil equilibrio entre los intereses y reivindicaciones de la comunidad judía y los de la población predominantemente árabe del país.
La oposición árabe al gobierno británico y al sionismo fue creciendo a medida que aumentaba la inmigración judía a Palestina y se extendían los asentamientos judíos. Durante el Mandato británico, el estallido de numerosos alzamientos de carácter nacionalista culminó con un levantamiento árabe (1936-1939) que fue finalmente reprimido por el Ejército británico en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
Con el ascenso del nazismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los líderes sionistas se percataron de las dimensiones de la persecución y de los asesinatos de judíos realizados por la Alemania nazi; como consecuencia directa se intensificaron sus reivindicaciones para conseguir un régimen de autogobierno y facilitar la inmigración a Palestina que permitiera el asentamiento de judíos en esta tierra.
En Palestina, la comunidad judía se unió a esta postura oponiéndose a las autoridades británicas e intentando favorecer la inmigración de refugiados (a la que Gran Bretaña se oponía) provenientes de una Europa destrozada por la guerra. Al finalizar la guerra, la mayor parte del "Yishuv"(comunidad judía) se levantó contra la dominación británica.

La consecución de la independencia 

En 1947, Gran Bretaña, exhausta tras siete años de guerra, decidió abandonar Palestina y recurrió a las Naciones Unidas (ONU) en busca de asesoramiento.
Como respuesta, la ONU convocó su primera sesión especial en 1947 y el 29 de noviembre de 1947 adoptó un Plan de Partición que proyectaba la división de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, con Jerusalén como zona internacional bajo la jurisdicción de la ONU; ambos tendrían una organización económica conjunta.
La resolución de la división fue aprobada en el seno de la ONU por 33 votos favorables frente a 13 en contra, y contó con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Soviética. Los británicos se abstuvieron.
En Palestina, las protestas árabes contra la partición estallaron con violencia, se produjeron ataques contra los asentamientos judíos que pronto adquirieron las dimensiones de una auténtica guerra.
Cuando quedó claro que los británicos tenían la intención de abandonar el país, hacia el 15 de mayo, los líderes del Yishuv decidieron llevar a cabo la parte del plan que tenía como finalidad establecer un Estado judío. En Tel Aviv, el 14 de mayo de 1948, el Consejo Provisional del Estado, antiguo Consejo Nacional, en representación del pueblo judío de Palestina y del movimiento sionista mundial, proclamó el establecimiento del Estado judío de Palestina, que se llamaría Medinat Israel (Estado de Israel) y estaría abierto a la inmigración de judíos dispersos por todo el mundo.

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