domingo, 3 de noviembre de 2013

El camino de Alemania hacia la reunificación. I



La política hacia Alemania oriental iniciada por Willy Brand, sumada a los cambios que se estaban produciendo en la Unión Soviética con la Perestroika, facilitaron el proceso de unificación de las dos Alemanias. La caída del muro de Berlín en 1989 será su símbolo más significativo.
 


El camino de Alemania hacia la reunificación
En 1969, la victoria del Partido Socialdemócrata (PSD) condujo a Willy Brandt, antiguo alcalde de Berlín Occidental, a la cancillería.
Éste inició la Ostpolitik ('política oriental') con el fin de mejorar relaciones políticas y comerciales con el bloque soviético. En 1970 firmó tratados de no agresión con la URSS y Polonia que confirmaron las fronteras existentes. Invirtiendo la política de Adenauer sobre Alemania Oriental, alcanzó un acuerdo con la República Democrática en 1972, que mejoraba el acceso de personas de Alemania Occidental a Berlín Occidental.
En 1973 los dos países se concedieron el reconocimiento diplomático mutuo y fueron admitidos en Naciones Unidas. Al año siguiente, Brandt dimitió cuando se descubrió que un miembro de sus empleados personales era un espía alemán oriental. Fue sucedido por Helmut Schmidt.
Schmidt se enfrentó a problemas internos que habían estado latentes desde finales de la década de 1960. La economía frenó su crecimiento como consecuencia de la crisis económica mundial de 1973 y aumentó el desempleo y la inflación. El país también se enfrentó al descontento estudiantil y a una ola de atentados, secuestros y asesinatos por organizaciones terroristas tales como el grupo Baader-Meinhof. En asuntos exteriores, Schmidt mantuvo la Ostpolitik de Brant en las relaciones con Alemania Oriental.

El gobierno de coalición socialdemócrata-liberal presidido por Schmidt ganó las elecciones de 1976 y 1980, pero en 1982 el Partido Liberal lo abandonó formando una nueva coalición liderada por el democristiano Helmut Kohl.
Helmut Kohl
En la década de 1980, la República Federal de Alemania surgió como un importante poder económico, junto con Japón y Estados Unidos. El liderazgo internacional de Alemania Occidental se hizo más destacado a finales de dicha década. La República Federal apoyó tanto el proceso unificador de Europa Occidental en la Comunidad Europea (actualmente denominada Unión Europea) como el nacimiento de las nuevas democracias en Europa Oriental. La coalición política de Kohl venció en las elecciones de 1983 y 1987. Las dos repúblicas alemanas alcanzaron mejores relaciones gracias a nuevos acuerdos financieros y de movilidad de la población en 1984, y el presidente de Alemania Oriental Erich Honecker realizó en 1987 su primera visita oficial a Alemania Occidental.
Reunificación
Con las reformas sociales y de la economía soviética introducidas por el líder soviético Mijaíl Gorbachov a finales de la década de 1980, los regímenes respaldados por los soviéticos en Europa Oriental comenzaron a perder el control sobre su población.
El gobierno comunista de la República Democrática de Alemania cayó en 1989, acontecimiento que alteró profundamente las relaciones entre las dos repúblicas alemanas.
Con la caída del Muro de Berlín y otras barreras a la emigración, más de 200.000 alemanes del Este entraron en Alemania Occidental. El gobierno de Alemania Occidental no sólo ayudó a los nuevos emigrantes sino que también realizó una gran inyección de capital para reforzar la enferma economía de Alemania Oriental. Ambas Alemanias unieron sus sistemas financieros en julio de 1990 y en octubre, la República Democrática de Alemania (Alemania Oriental) se disolvió y formó parte de la nueva República Federal de Alemania.
La coalición democratacristiana, dirigida por Kohl, obtuvo una victoria decisiva en las elecciones de diciembre de 1990 para el nuevo gobierno de la Alemania unificada, y Kohl se convirtió en canciller. El recién elegido Bundestag (órgano legislativo del parlamento alemán) representante de ambas Alemanias, nombro el 20 de junio de 1991 a Berlín capital de Alemania.
Para financiar los programas de inversión que mejoraran la situación social en el Este, el gobierno subió los impuestos, generando la oposición entre los ciudadanos. El influjo de más de 200.000 alemanes llegados de los países europeos orientales en busca de asilo en Alemania también limitó el crecimiento económico. Hacia 1992 la tasa de desempleo regresó prácticamente al índice normal en los países occidentales aunque se mantuvo por encima del 15% en los estados de la antigua Alemania Oriental.

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