jueves, 14 de noviembre de 2013

1991. Guerra en los Balcanes: desintegración de Yugoslavia. II.

Guerra en Bosnia: partición y "limpieza" étnica
El caso de Bosnia-Herzegovina es el del surgimiento de una nueva nación a pesar de sí misma, o mejor dicho, en contra de su voluntad.
Para Macedonia y Bosnia - Herzegovina, étnicamente mezcladas, la formación de una entidad balcánica de estados soberanos era vital, ya que, fuera de ese marco estaban amenazadas de desmembramiento, como efectivamente sucedió. Paradógicamente, significaba también el inminente estallido de la guerra en Sarajevo.
Para los serbios, que pese a la "contención" de Tito, dominan el ejército y el aparato estatal, el desmembramiento de Yugoslavia anunciaba la hora de la creación de la "Gran Serbia", despertando una vocación nacional largamente postergada.
Algo similar sucede con los croatas que, siguiendo los pasos del gobierno serbio, se aprestan a devorar las zonas bosnias, donde su población es mayoritaria. El conflicto, provocado para propiciar una "República Serbia" en el territorio bosnio, mientras los croatas hacían lo propio en el oeste, tuvo como costo la muerte de más de 250.000 personas en su mayoría musulmanes a mano de las guerrillas serbias, que actuaron dentro de este conflicto en su afán de realizar la " limpieza étnica".
La capital de Bosnia, Sarajevo, que había representado durante siglos el símbolo de sociedad abierta, multiétnica y multicultural, sucumbió a la guerra fratricida entre serbios, croatas y musulmanes.
Serbia y Milosevic
Quizás a Slobodan Milosevic le hubiera gustado aparecer como el sucesor de Tito en una Yugoslavia unida. Pero en la medida que creció su popularidad con la población serbia, aumentó el rechazo por parte de los demás pueblos, sobre todo de croatas y eslovenos.

En base a la Constitución de Tito cada república tenía el mismo peso en la Federación, pero algo estaba comenzando a cambiar. Declaraciones de Milosvevic un año antes de que estallara la guerra, demostraban su intención a favor de una Serbia lo más grande posible (anexando las áreas de Croacia con mayoría serbia), mientras que el generalato del ejército exigía el mantenimiento de la unidad de Yugoslavia como estado multiétnico.
Milosevic logró que se despidiera a casi cien generales, imponiéndose políticamente a las fuerzas armadas, a las que casi inutilizó para la guerra. De esta manera, Milosevic destapaba una Caja de Pandora, que una vez abierta, sería muy difícil volver a cerrar.
Los serbios que vivían en Croacia  y Bosnia se hicieron cargo de armas, equipamientos y una parte de los mandos del Ejérito Yugoslavo del Pueblo.
En Croacia crearon la "República Serbia de Krajina", en Bosnia-Herzegovina la "República de los Serbios". Durante los años siguientes los parlamentos de ambas formaciones intentaron varias veces la unificación con Serbia y lo que quedó en Yugoslavia, las repúblicas de Serbia y Montenegro). Sin embargo, el liderazgo de Belgrado no estaba totalmente convencido si ello lo favorecería.
En los hechos, tras la guerra los serbios no solo perdieron posiciones a nivel territorial, en los que sus antiguos pobladores ya no volverán a vivir, sino también que económica y moralmente su imagen se vio seriamente dañada.
Ante los pedidos de Europa y el Vaticano, Estados Unidos bajo la presidencia de Bill Clinton  decide intervenir, con el auspicio de la OTAN, en 1993.

Los medios favorables a Milosevic recuerdan que, ya en el verano de 1993 y, más enérgicamente, en agosto de 1994 éste se pronunció a favor del fin de la guerra. Si en aquel momento los líderes serbios de Croacia y Bosnia hubiesen aceptado  esta idea, su situación hubiese estado menos comprometida. Los serbios no sólo se hubiesen quedado en Krajina, sino que hubiesen disfrutado de una amplia autonomía. Dentro de Bosnia las fronteras se hubiesen fijado casi igual, pero en aquel momento los serbios hubiesen aceptado un plan de compromiso, por lo cual el punto de partida para su "entidad" dentro del Estado común hubiese sido mejor.
Con el fin de la guerra en 1995, el presidente serbio se mantuvo en el poder. Ahora se trataría de privatizar la economía y de democratizar al país.
En esta fase, y hasta los acuerdos de Dayton del 21 de noviembre de 1995 sobre la soberanía de Bosnia, la intervención de Estados Unidos y de la OTAN se presentaba con un buen coeficiente de legitimidad: no se manejaban prejuicios a favor de tal o cual etnia y levantaban el estandarte de los derechos humanos.
Pero, a partir de la crisis de Kosovo (dos años después de Dayton) entre la policía serbia y los guerrilleros kosovares del Ejército de Liberación de Kosovo, las intervenciones de Estados Unidos van todas a favor de los albaneses. Por eso es que los acuerdos de Rambouillet son firmados sólo por una de las partes, el UCK (Ejército de liberación de Kosovo).

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