En las Olimpíadas de 1936
celebradas en la Alemania nazi, Hitler se sale de quicio: Jesse Owens, el
corredor negro nacido en Alabama arrebata cuatro medallas de oro a la raza
aria.
Jesse Owens (1913-1980), atleta estadounidense
considerado uno de los deportistas más grandes de todos los tiempos, nació en
Danville, Alabama, Estados Unidos, y estudió en la universidad estatal de Ohio.
En la escuela secundaria destacó en salto largo, en la carrera de 100
metros y la de 220 yardas. Como miembro del equipo de atletismo de la
universidad estatal de Ohio, en 1935, estableció un récord del mundo en salto
de longitud con 8,13 metros y al año siguiente batió un nuevo récord en los 100
metros lisos con una marca de 10,2 segundos.
En 1936, como integrante del equipo de atletismo de
Estados Unidos que participó en los Juegos Olímpicos celebrados en Berlín, Owens
ganó cuatro medallas de oro, estableció tres nuevos récords olímpicos en 200
metros, salto de longitud (8,05 m) y 4 × 100 relevos (39,8 segundos), 2
mundiales (200 metros y 4 × 100 relevos) e igualó el récord olímpico anterior
de los 100 metros (10,3 segundos). A pesar de sus destacadas actuaciones en
atletismo, Hitler se negó a reconocer las victorias olímpicas de Owens debido
al color de su piel.
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