La Bauhaus en
Alemania
La
Bauhaus, instalada en Dessau, planificó la construcción de nuevos edificios
(1925-1926) que supusieron la codificación definitiva de los principios del
movimiento moderno: ventanas horizontales, muro-cortina de vidrio, disposición
racional y diseño global de todos los elementos.
Al siguiente año se consolidó
a escala internacional con las "viviendas obreras" cerca de
Stuttgart, dirigidas por Ludwig Mies van der Rohe y en las que participaron
varios arquitectos europeos.
Objetivos sociales de la Bauhaus
Esta
temprana versión de la arquitectura contemporánea contó con un programa social,
derivado de la crisis económica que vivió Alemania tras la Primera Guerra
Mundial y de la gravísima carestía de viviendas en los grandes núcleos urbanos.
Durante la breve
República de Weimar (1919-1933), los gobiernos socialistas de
muchas ciudades abordaron estos problemas, al igual que numerosos arquitectos
progresistas, como lo atestiguan los barrios obreros de Viena, Berlín y
Frankfurt. En ellos se investigó con profundidad el concepto del "mínimo
espacio habitable", proclamando que los conocimientos técnicos debían
aplicarse para mejorar las condiciones ambientales del conjunto de la sociedad
y no sólo de una elite.
Desde
este punto de vista, los arquitectos con inquietudes sociales emplearon los
materiales industriales y rechazaron los materiales caros y exóticos, tratando
de aprovechar las cualidades expresivas que brindaban las técnicas económicas.
Con las estructuras de acero, por ejemplo, los muros se convirtieron en
delgadas membranas, en ocasiones transparentes gracias a los cerramientos de
vidrio (muro-cortina). Ya no era necesario que los muros y la tabiquería
coincidieran con los pilares, o que las esquinas de los edificios fueran
sólidas para resistir el empuje de fuerzas de los elementos sustentados. Se
eliminó el principio de simetría y se controlaron con escrupulosidad las
proporciones. Los edificios debían responder a sus necesidades programáticas de
acuerdo con un sistema proyectual racionalista.
Los arquitectos, pintores, diseñadores y artesanos que
formaron parte de la Bauhaus
llevaron a cabo una interesante labor teórica dentro del campo de las artes
visuales en la sociedad industrial. Mies
van der Rohe, director de la Bauhaus a partir de 1930, se desvió en algunos
casos de la línea más comprometida socialmente. En su pabellón alemán de la Exposición Internacional
de Barcelona de 1929, reflejó la búsqueda de lo elemental a través de
estructuras de acero y delgadas membranas de vidrio combinadas con muros de
ónice y un pódium de travertino, utilizando un sistema compositivo en el que la
influencia de De Stijl se hace
patente.
De
la misma manera, en la casa Tugendhat (1930)
en Brno (República Checa), la nobleza de los materiales y la aplicación del
principio de economía expresiva que inspira su famoso lema ‘menos es más’ se
convirtieron en los rasgos distintivos de su obra.
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