Los
artistas, tanto en Francia como en Alemania, compartieron el interés por el
arte de los pueblos primitivos.
Ello había motivado la estadía de Gauguin en
Bretaña y las islas polinesias de Tahití y Domínica; Vlaminck afirmaba ser uno
de los primeros artistas europeos en descubrir la escultura africana.
En
Alemania, un grupo de jóvenes artistas conocido como Die Brücke (El puente) visitaban regularmente el Museo Etnológico
de Dresde y, como los fauvistas, se inspiraron en la energía y la fortaleza del
arte indígena. Entre sus miembros destacan Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff y Emil Nolde. Conocidos también como los expresionistas alemanes, desarrollaron un estilo simplificador.
Un segundo grupo de artistas, Der Blaue Reiter (El jinete azul), apareció en Munich en 1911 con los pintores Wassily Kandinsky (un emigrante ruso) y Franz Marc. También inspirados por el arte primitivo, el fauvismo y el arte popular, su expresionismo perdió el contenido figurativo y evolucionó hacia la pintura abstracta.
Van Gogh funda su arte en el color, pero el color
utilizado como medio de expresión personal. En este óleo captura la atmósfera
nocturna sin usar el color negro: sólo azul, violeta, verde y amarillo.
Café nocturno (1888) Vincent Van Gogh
"Nave, Nave Moe: La fuente del Goce” (1894) – Paul Gauguin
Aunque las raíces de Paul Gauguin están en el impresionismo, él buscaba bajo la superficie, un mundo nuevo, el mundo del mito en el que cobran cuerpo las experiencias elementales de la existencia humana. Un mundo primitivo así lo encontró en Tahití. En sus cuadros se revela el sentimiento de un hombre moderno que intenta redescubrir un paraíso perdido en la fuente misma de la vida humana.
Ernst
Kirchner fue el jefe del grupo Die Brücke, que en 1906 desbrozó en
Alemania el camino para el expresionismo. Los colores estridentes y la
perspectiva deformada caracterizan la obra de los miembros del grupo.
Desnudo en una habitación" (1907) Ernst L. Kirchner
Emil
Nolde intenta insuflar un nuevo espíritu al mundo familiar y conocido,
por medio de un personal derramamiento dionisíaco de color. Se le usaba
no para describir las cosas tal como son, sino para animar estas cosas
con su propia energía innata.
"Baile entre velas” (1912) – Emil Nolde
Franz Marc revitaliza el arte a través de un sentimiento de la naturaleza profundamente religioso. En su pintura se aprecia un amor panteísta y universal por las criaturas naturales y por los escenarios de este mundo. Este sentimiento vital lo expresó a través de la fuerza simbólica del color.
Venados en el bosque II” (1914) – Franz Marc
"Caballos rojos y azules" es parte de una serie de obras que Franz Marc realizó a principios de la década de 1900. En ellas buscaba reflejar más la esencia que el aspecto exterior de los animales, expresando así su filosofía de que existe una conexión espiritual con la naturaleza.
Caballos rojos y azules. Franz Marc