miércoles, 29 de mayo de 2013

Panorama de la literatura en Europa del Este. Décadas del 50 al 80



Checoslovaquia
El florecimiento de una actitud liberal en todos los terrenos llegó a su fin en agosto de 1968, con la invasión soviética de Checoslovaquia.
Algunos escritores salieron del país y continuaron publicando sus obras en el extranjero. Josef Škvorecky, por ejemplo, narra las vivencias de sus compañeros de exilio en Canadá en "La historia del ingeniero de almas humanas". Milan Kundera llegó a Francia en 1975; algunas de sus novelas, como "La broma" (1967) y "El libro de los amores ridículos" (1968) tratan ingeniosa e irónicamente de las paradojas de la vida contemporánea, mientras que "La insoportable levedad del ser" es una historia en clave de humor negro, ambientada en la Praga de nuestros días.
Jaroslav Seifert, considerado como uno de los más sobresalientes poetas de toda la literatura checa continuó, en cambio, en su patria, y en 1984 se convirtió en el primer autor checo galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Su primer libro de poemas, "La ciudad en lágrimas", apareció en 1920, mientras "Vestida de luz" (1940), centrado en la vida en Praga durante la guerra, es quizá su obra más conocida. Por su oposición al régimen político de su país, sus últimas obras -como "La fundición de las campanas"- se podían leer sólo en ediciones clandestinas o en traducciones a otras lenguas. De hecho, sus memorias se publicaron en Canadá, aunque en checo, en 1981.
Yugoslavia
La internacionalización de la literatura yugoslava se produjo, sobre todo, en el período de entreguerras.
Aunque los eslavos meridionales se unificaron en 1918, las diferentes literaturas continuaron desarrollándose separadamente.
Este período se caracterizó por una gran productividad y por una versatilidad hasta entonces desconocida, por parte de los pocos escritores destacados del momento, entre los cuales se encontraban el serbio Ivo Andric, ganador del Premio Nobel de Literatura de 1961 por su obra acerca de Bosnia, en especial "El puente de Drina" (1945) y "La historia de Bosnia" (1945), otro novelista serbio, Milosš Crnjanski, y Miroslav Krleza, el más importante de los escritores croatas.
La Segunda Guerra Mundial provocó cambios drásticos en el país y en su literatura.
En la década de 1950, después de un período de gran concientización política, los escritores comenzaron a perseguir de nuevo metas artísticas individuales. Así, los temas relacionados con la guerra dejaron paso a temas cotidianos y a una gran experimentación estilística, especialmente en el terreno de la poesía lírica. Respecto a la narrativa sobresalen los serbios Mihailo Lalic, autor de "La montaña de los gemidos" (1957), Dobrica Csiç, cuya tetralogía "Tiempo para morir" (1954-1961) revisa la historia serbia, y Mescaron Selimoviç, autor de" El derviche y la muerte" (1966).
Tras siglos de permanecer silenciada, la literatura macedonia, en especial la poesía, ha podido salir por fin a la luz, mientras que Milovan Djilas, un autor montenegrino, ha dejado un relato de primera mano sobre la situación política de la Yugoslavia de posguerra en su ensayo "La nueva clase" (1957), "La ejecución" (1958) y "Subida y bajada" (1983), que trata de sus propias experiencias políticas.
Polonia
La Segunda Guerra Mundial debilitó la actividad literaria, pero no la suprimió por completo, pues durante los últimos cincuenta años, Polonia ha continuado creando una literatura de considerable riqueza y diversidad tanto artística como ideológica.
Entre los más destacados escritores de esa época se encuentran el poeta y filósofo Leopold Staff, que había comenzado a escribir durante el período de la Joven Polonia y, más adelante, publicó numerosos libros de poesía de corte clásico, como "Los árboles altos" (1931); el también poeta Julian Tuwim, particularmente interesado en los fenómenos lingüísticos, dejó varios conjuntos de poemas líricos caracterizados por su dinamismo y espontaneidad, entre los que se cuentan Al acecho de Dios (1918), y Sócrates baila (1920); Konstanty Ildefons Galczynski, el cual se basó en motivos clásicos para componer su poema Niobe (1951), y que creó, además, numerosas obras líricas de tono irónico y grotesco. Por otro lado, Wladyslaw Broniewski continuó la tradición de la poesía revolucionaria en las colecciones de poemas "Humo en la ciudad" (1927) y "El último grito" (1939).
En la siguiente generación de poetas polacos, las figuras más sobresalientes fueron las del moralista y autor teatral Tadeusz Ró!ewicz, conocido por sus protestas contra las crueldades de la guerra, y Zbigniew Herbert, uno de los mejores poetas modernos polacos, que trató especialmente los problemas asociados a la civilización y la historia actuales, y que es conocido en Occidente, sobre todo, por su poema 'La elegía de Fortimbrás'.
El papa Juan Pablo II (Karol Jozef Wojtyla), nacido en Polonia, es también por otro lado un destacado escritor de lengua polaca, que ha publicado obras de poesía religiosa, como Vigilia de Pascua y otros poemas (1978) y algunas obras teatrales.
Entre los más destacados autores de prosa se encuentran Zofia Nalkowska, autora de novelas centradas en temas sociales y psicológicos, como "La frontera" (1935) y "Medallones" (1946), en la que se trata la ocupación nazi de Polonia; y Jerzy Andrzejewski, autor, entre otras, de dos novelas, "Cenizas y diamantes" (1948), -adaptada más tarde al cine por Andrzej Wajda-, sobre la realidad polaca tras la Segunda Guerra Mundial, y la satírica "Helo aquí que viene saltando sobre las piedras" (1963).
De gran importancia son, asimismo, Jaroslaw Iwaszkiewicz, creador de una novela autobiográfica, "Fama y gloria" (1956-1962), conocido también como poeta y autor de relatos breves; Kazimierz Brandys, escribió un ciclo de novelas psicológicas, titulado "Entreguerras" (1947-1951), un ajuste de cuentas con los intelectuales polacos y una novela en forma de diario, "Cartas a la señora Z" (1958-1960).
La parodia, el humor absurdo y el gusto por lo grotesco son tres de las características más destacadas de la literatura polaca contemporánea, en particular en la producción de Stanislaw Ignacy Witkiewicz, autor de numerosas novelas y obras de teatro experimentales en las que expresa sus teorías antirrealistas y también en la de Witold Gombrowicz, con novelas como Ferdydurke (1937) y Cosmos (1965), por la que ganó en 1967 el Premio Internacional de Literatura.
Además de la producción de obras largas, la literatura contemporánea polaca se caracteriza por la popularidad de géneros como la fábula, la parábola filosófica, el ensayo y el aforismo. El más destacado de los autores de este último género es Stanislaw Jerzy Lec.
URSS
La cuestionada Asociación Rusa de Escritores Proletarios (RAPP) encargada -durante el gobierno los primeros años de la época estalinista- de ejercer el control político sobre la actividad literaria  fue disuelta en 1932 y sustituida por la Unión de Escritores Soviéticos.
El festival que habría de inaugurar la nueva época, el Primer Congreso de los Escritores Soviéticos (1934), parecía auspiciar una nueva atmósfera de tolerancia. En el discurso de apertura, sin embargo, el miembro del Politburó, Yrei Alexándrovich Zhdánov definió la nueva doctrina literaria, el realismo socialista, y anunció que un sutil y omnicomprensivo sistema de controles ajustables vendría a reemplazar a la cruda coacción de la RAPP.
Leónov permaneció dentro de los límites de las fórmulas propuestas por el partido en "Hacia el océano" (1935), pero consiguió edificar en ella una historia de gran complejidad narrativa y alto contenido filosófico en su retrato del universo espiritual de un comisario político moribundo, mientras que la novela en cuatro volúmenes de Shólojov, "El Don apacible" (1928-1940), es considerada por lo general como la obra maestra en prosa de la época soviética. Las confusas idas y venidas del cosaco protagonista de la novela en busca de una verdad moral viable a través del caos de la revolución y de la guerra civil, terminan por comprometerle con las dos facciones políticas y, separado violentamente de las certezas de su vida en medio de la naturaleza, se encamina hacia un trágico final al estilo clásico.
Con la muerte de Iósiv Stalin en 1953, pareció producirse una cierta apertura, que se manifestó en los debates críticos que se produjeron y en la publicación de algunas novelas poco convencionales, como "El deshielo" (1954) de Iliá Grigórievich Ehrenburg. En ella se cuestionaban importantes aspectos de la vida en la Unión Soviética, pero no alcanzaron la talla de la literatura rusa anterior. Durante este período se prohibieron muchas obras, por lo que numerosos e interesantes autores de relatos cortos, que cultivaban un estilo más o menos análogo al de Chéjov, eliminaron o redujeron significativamente los contenidos políticos de sus obras, a la vez que dirigieron su atención a los elementos dramáticos de las gentes de los rincones más apartados del país.
El renombrado poeta Eugueni Yevtushenko volvió a inyectar cierta pasión moral a una moribunda tradición poética y su contemporáneo Yrey Voznesenski aportó vitalidad al lenguaje poético; utilizó recursos como la metáfora y el ritmo para dar respuesta a las demandas del mundo contemporáneo con una voz genuina y refrescante.
El único recurso que les quedaba a muchos escritores soviéticos era publicar sus obras en el extranjero.
"Doctor Zhivago" (1957) de Boris Pasternak lo publicó por primera vez el editor italiano Feltrinelli en italiano y desde este idioma se hicieron las traducciones que se publicaron en otros países, no pudo leerse en ruso hasta 1987.
Doctor Zhivago, que narra la historia del viaje de un solitario individualista a través del caos de la guerra civil en busca de una experiencia auténticamente humana, restablece muchos de los temas tradicionales de los escritores del siglo XIX y cuestiona los resultados prácticos del sistema soviético. En 1958, a Pasternak se le concedió el Premio Nobel de Literatura pero, sometido a poderosas presiones oficiales, no lo aceptó.
A comienzos de la década de 1960, el ya establecido crítico y erudito Yrey Siniavski publicó una sucesión de brillantes obras bajo el seudónimo de Abram Tertz, entre las que se encontraba un artículo salvajemente irónico titulado '¿Qué es el realismo socialista?', en el que atacaba los fundamentos intelectuales de esa doctrina, además de una serie de historias fantásticas, y una colección de sombrías meditaciones filosóficas en las cuales hizo pública su fe católica. En 1966, fue condenado, junto con otro escritor, Yuli Markóvich Daniel, a trabajos forzados por difamar a la Unión Soviética.
El renombrado novelista Alexandr Solzhenitsin traspasó a menudo la línea que separaba lo permitido de lo prohibido. En 1963, como consecuencia de una intervención personal de Nikita Sergéievich Kruschév, pudo publicar su novela breve, "Un día en la vida de Iván Denisóvich", que trata de la vida en los campos de concentración, aunque sus dos novelas más importantes, "El primer círculo" (1968) y "El pabellón del cáncer" (1968-1969), no se salvaron de la censura en su país y en contra de la voluntad de su autor, se publicaron posteriormente en Occidente.
La narrativa de Solzhenitsin recapitula su propia vida, primero como veterano del ejército y, más tarde, como condenado en los campos de concentración de su país y víctima de cáncer. Su versión dramatizada de estas experiencias constituyó una profética llamada a la limpieza moral de su tierra, y una vuelta a un "socialismo" ético y a un mundo en el que prevalecieran la verdad y la decencia. Sus protestas contra la censura, contra su propia expulsión de la Unión de Escritores y contra la práctica de confinar a los intelectuales disidentes en sanatorios mentales, constituyeron algunos de los compromisos morales de toda su obra narrativa. Solzhenitsin vivió en los Estados Unidos y regresó a Rusia en 1994. Luego decidió irse a vivir a Suecia. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1970, gesto que el gobierno y la Unión de Escritores Soviéticos condenaron con dureza.
Mijaíl Bulgákov comenzó a escribir en 1928 su más importante novela "El maestro y Margarita", en la que llevaba a cabo una sátira del gobierno, pero no pudo publicarla en la URSS hasta 1967, aunque en una versión muy recortada.

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