miércoles, 29 de mayo de 2013

Panorama de la literatura en Europa del Este. Décadas del 50 al 80



Checoslovaquia
El florecimiento de una actitud liberal en todos los terrenos llegó a su fin en agosto de 1968, con la invasión soviética de Checoslovaquia.
Algunos escritores salieron del país y continuaron publicando sus obras en el extranjero. Josef Škvorecky, por ejemplo, narra las vivencias de sus compañeros de exilio en Canadá en "La historia del ingeniero de almas humanas". Milan Kundera llegó a Francia en 1975; algunas de sus novelas, como "La broma" (1967) y "El libro de los amores ridículos" (1968) tratan ingeniosa e irónicamente de las paradojas de la vida contemporánea, mientras que "La insoportable levedad del ser" es una historia en clave de humor negro, ambientada en la Praga de nuestros días.
Jaroslav Seifert, considerado como uno de los más sobresalientes poetas de toda la literatura checa continuó, en cambio, en su patria, y en 1984 se convirtió en el primer autor checo galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Su primer libro de poemas, "La ciudad en lágrimas", apareció en 1920, mientras "Vestida de luz" (1940), centrado en la vida en Praga durante la guerra, es quizá su obra más conocida. Por su oposición al régimen político de su país, sus últimas obras -como "La fundición de las campanas"- se podían leer sólo en ediciones clandestinas o en traducciones a otras lenguas. De hecho, sus memorias se publicaron en Canadá, aunque en checo, en 1981.
Yugoslavia
La internacionalización de la literatura yugoslava se produjo, sobre todo, en el período de entreguerras.
Aunque los eslavos meridionales se unificaron en 1918, las diferentes literaturas continuaron desarrollándose separadamente.
Este período se caracterizó por una gran productividad y por una versatilidad hasta entonces desconocida, por parte de los pocos escritores destacados del momento, entre los cuales se encontraban el serbio Ivo Andric, ganador del Premio Nobel de Literatura de 1961 por su obra acerca de Bosnia, en especial "El puente de Drina" (1945) y "La historia de Bosnia" (1945), otro novelista serbio, Milosš Crnjanski, y Miroslav Krleza, el más importante de los escritores croatas.
La Segunda Guerra Mundial provocó cambios drásticos en el país y en su literatura.
En la década de 1950, después de un período de gran concientización política, los escritores comenzaron a perseguir de nuevo metas artísticas individuales. Así, los temas relacionados con la guerra dejaron paso a temas cotidianos y a una gran experimentación estilística, especialmente en el terreno de la poesía lírica. Respecto a la narrativa sobresalen los serbios Mihailo Lalic, autor de "La montaña de los gemidos" (1957), Dobrica Csiç, cuya tetralogía "Tiempo para morir" (1954-1961) revisa la historia serbia, y Mescaron Selimoviç, autor de" El derviche y la muerte" (1966).
Tras siglos de permanecer silenciada, la literatura macedonia, en especial la poesía, ha podido salir por fin a la luz, mientras que Milovan Djilas, un autor montenegrino, ha dejado un relato de primera mano sobre la situación política de la Yugoslavia de posguerra en su ensayo "La nueva clase" (1957), "La ejecución" (1958) y "Subida y bajada" (1983), que trata de sus propias experiencias políticas.
Polonia
La Segunda Guerra Mundial debilitó la actividad literaria, pero no la suprimió por completo, pues durante los últimos cincuenta años, Polonia ha continuado creando una literatura de considerable riqueza y diversidad tanto artística como ideológica.
Entre los más destacados escritores de esa época se encuentran el poeta y filósofo Leopold Staff, que había comenzado a escribir durante el período de la Joven Polonia y, más adelante, publicó numerosos libros de poesía de corte clásico, como "Los árboles altos" (1931); el también poeta Julian Tuwim, particularmente interesado en los fenómenos lingüísticos, dejó varios conjuntos de poemas líricos caracterizados por su dinamismo y espontaneidad, entre los que se cuentan Al acecho de Dios (1918), y Sócrates baila (1920); Konstanty Ildefons Galczynski, el cual se basó en motivos clásicos para componer su poema Niobe (1951), y que creó, además, numerosas obras líricas de tono irónico y grotesco. Por otro lado, Wladyslaw Broniewski continuó la tradición de la poesía revolucionaria en las colecciones de poemas "Humo en la ciudad" (1927) y "El último grito" (1939).
En la siguiente generación de poetas polacos, las figuras más sobresalientes fueron las del moralista y autor teatral Tadeusz Ró!ewicz, conocido por sus protestas contra las crueldades de la guerra, y Zbigniew Herbert, uno de los mejores poetas modernos polacos, que trató especialmente los problemas asociados a la civilización y la historia actuales, y que es conocido en Occidente, sobre todo, por su poema 'La elegía de Fortimbrás'.
El papa Juan Pablo II (Karol Jozef Wojtyla), nacido en Polonia, es también por otro lado un destacado escritor de lengua polaca, que ha publicado obras de poesía religiosa, como Vigilia de Pascua y otros poemas (1978) y algunas obras teatrales.
Entre los más destacados autores de prosa se encuentran Zofia Nalkowska, autora de novelas centradas en temas sociales y psicológicos, como "La frontera" (1935) y "Medallones" (1946), en la que se trata la ocupación nazi de Polonia; y Jerzy Andrzejewski, autor, entre otras, de dos novelas, "Cenizas y diamantes" (1948), -adaptada más tarde al cine por Andrzej Wajda-, sobre la realidad polaca tras la Segunda Guerra Mundial, y la satírica "Helo aquí que viene saltando sobre las piedras" (1963).
De gran importancia son, asimismo, Jaroslaw Iwaszkiewicz, creador de una novela autobiográfica, "Fama y gloria" (1956-1962), conocido también como poeta y autor de relatos breves; Kazimierz Brandys, escribió un ciclo de novelas psicológicas, titulado "Entreguerras" (1947-1951), un ajuste de cuentas con los intelectuales polacos y una novela en forma de diario, "Cartas a la señora Z" (1958-1960).
La parodia, el humor absurdo y el gusto por lo grotesco son tres de las características más destacadas de la literatura polaca contemporánea, en particular en la producción de Stanislaw Ignacy Witkiewicz, autor de numerosas novelas y obras de teatro experimentales en las que expresa sus teorías antirrealistas y también en la de Witold Gombrowicz, con novelas como Ferdydurke (1937) y Cosmos (1965), por la que ganó en 1967 el Premio Internacional de Literatura.
Además de la producción de obras largas, la literatura contemporánea polaca se caracteriza por la popularidad de géneros como la fábula, la parábola filosófica, el ensayo y el aforismo. El más destacado de los autores de este último género es Stanislaw Jerzy Lec.
URSS
La cuestionada Asociación Rusa de Escritores Proletarios (RAPP) encargada -durante el gobierno los primeros años de la época estalinista- de ejercer el control político sobre la actividad literaria  fue disuelta en 1932 y sustituida por la Unión de Escritores Soviéticos.
El festival que habría de inaugurar la nueva época, el Primer Congreso de los Escritores Soviéticos (1934), parecía auspiciar una nueva atmósfera de tolerancia. En el discurso de apertura, sin embargo, el miembro del Politburó, Yrei Alexándrovich Zhdánov definió la nueva doctrina literaria, el realismo socialista, y anunció que un sutil y omnicomprensivo sistema de controles ajustables vendría a reemplazar a la cruda coacción de la RAPP.
Leónov permaneció dentro de los límites de las fórmulas propuestas por el partido en "Hacia el océano" (1935), pero consiguió edificar en ella una historia de gran complejidad narrativa y alto contenido filosófico en su retrato del universo espiritual de un comisario político moribundo, mientras que la novela en cuatro volúmenes de Shólojov, "El Don apacible" (1928-1940), es considerada por lo general como la obra maestra en prosa de la época soviética. Las confusas idas y venidas del cosaco protagonista de la novela en busca de una verdad moral viable a través del caos de la revolución y de la guerra civil, terminan por comprometerle con las dos facciones políticas y, separado violentamente de las certezas de su vida en medio de la naturaleza, se encamina hacia un trágico final al estilo clásico.
Con la muerte de Iósiv Stalin en 1953, pareció producirse una cierta apertura, que se manifestó en los debates críticos que se produjeron y en la publicación de algunas novelas poco convencionales, como "El deshielo" (1954) de Iliá Grigórievich Ehrenburg. En ella se cuestionaban importantes aspectos de la vida en la Unión Soviética, pero no alcanzaron la talla de la literatura rusa anterior. Durante este período se prohibieron muchas obras, por lo que numerosos e interesantes autores de relatos cortos, que cultivaban un estilo más o menos análogo al de Chéjov, eliminaron o redujeron significativamente los contenidos políticos de sus obras, a la vez que dirigieron su atención a los elementos dramáticos de las gentes de los rincones más apartados del país.
El renombrado poeta Eugueni Yevtushenko volvió a inyectar cierta pasión moral a una moribunda tradición poética y su contemporáneo Yrey Voznesenski aportó vitalidad al lenguaje poético; utilizó recursos como la metáfora y el ritmo para dar respuesta a las demandas del mundo contemporáneo con una voz genuina y refrescante.
El único recurso que les quedaba a muchos escritores soviéticos era publicar sus obras en el extranjero.
"Doctor Zhivago" (1957) de Boris Pasternak lo publicó por primera vez el editor italiano Feltrinelli en italiano y desde este idioma se hicieron las traducciones que se publicaron en otros países, no pudo leerse en ruso hasta 1987.
Doctor Zhivago, que narra la historia del viaje de un solitario individualista a través del caos de la guerra civil en busca de una experiencia auténticamente humana, restablece muchos de los temas tradicionales de los escritores del siglo XIX y cuestiona los resultados prácticos del sistema soviético. En 1958, a Pasternak se le concedió el Premio Nobel de Literatura pero, sometido a poderosas presiones oficiales, no lo aceptó.
A comienzos de la década de 1960, el ya establecido crítico y erudito Yrey Siniavski publicó una sucesión de brillantes obras bajo el seudónimo de Abram Tertz, entre las que se encontraba un artículo salvajemente irónico titulado '¿Qué es el realismo socialista?', en el que atacaba los fundamentos intelectuales de esa doctrina, además de una serie de historias fantásticas, y una colección de sombrías meditaciones filosóficas en las cuales hizo pública su fe católica. En 1966, fue condenado, junto con otro escritor, Yuli Markóvich Daniel, a trabajos forzados por difamar a la Unión Soviética.
El renombrado novelista Alexandr Solzhenitsin traspasó a menudo la línea que separaba lo permitido de lo prohibido. En 1963, como consecuencia de una intervención personal de Nikita Sergéievich Kruschév, pudo publicar su novela breve, "Un día en la vida de Iván Denisóvich", que trata de la vida en los campos de concentración, aunque sus dos novelas más importantes, "El primer círculo" (1968) y "El pabellón del cáncer" (1968-1969), no se salvaron de la censura en su país y en contra de la voluntad de su autor, se publicaron posteriormente en Occidente.
La narrativa de Solzhenitsin recapitula su propia vida, primero como veterano del ejército y, más tarde, como condenado en los campos de concentración de su país y víctima de cáncer. Su versión dramatizada de estas experiencias constituyó una profética llamada a la limpieza moral de su tierra, y una vuelta a un "socialismo" ético y a un mundo en el que prevalecieran la verdad y la decencia. Sus protestas contra la censura, contra su propia expulsión de la Unión de Escritores y contra la práctica de confinar a los intelectuales disidentes en sanatorios mentales, constituyeron algunos de los compromisos morales de toda su obra narrativa. Solzhenitsin vivió en los Estados Unidos y regresó a Rusia en 1994. Luego decidió irse a vivir a Suecia. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1970, gesto que el gobierno y la Unión de Escritores Soviéticos condenaron con dureza.
Mijaíl Bulgákov comenzó a escribir en 1928 su más importante novela "El maestro y Margarita", en la que llevaba a cabo una sátira del gobierno, pero no pudo publicarla en la URSS hasta 1967, aunque en una versión muy recortada.

jueves, 23 de mayo de 2013

Panorama de la literatura europea décadas 50 al 80.



Panorama de la literatura europea
Alemania
El ascenso del nacionalsocialismo con Adolf Hitler la cabeza significó la virtual destrucción de la cultura alemana.
Los nazis impusieron en la literatura un realismo trivial y un fanatismo nacionalista.
Muchos escritores se vieron obligados a abandonar Alemania víctimas de la persecución o porque no querían vivir bajo una dictadura opresiva. Sin embargo, tras el colapso del régimen de Hitler, tuvo lugar una renovación considerable de la literatura alemana. Muchos escritores continuaron su tarea en la novela del siglo XX y en la poesía moderna.
De la nueva generación de novelistas alemanes que empezaron a tener éxito tras la Segunda Guerra Mundial sobresalen Heinrich Böll, ganador del Premio Nobel de Literatura de 1972, Uwe Johnson, Günter Grass y Lenz, miembros del Grupo 47, un grupo de jóvenes y dinámicos escritores comprometidos a liberar la expresión y en desacuerdo con las actitudes complacientes con la guerra.
"Billar a las nueve y media" (1959) de Böll indaga en la historia de Alemania a través de la peripecia de una familia a lo largo del último medio siglo.

Una trilogía semiautobiográfica de Johnson, "Aniversarios" (1970-1973), presenta los problemas morales y políticos en los Estados Unidos de la década de 1960 y en la Alemania de los años treinta.
Gunter Grass


Entre las innovadoras novelas de Grass, que tratan a menudo del conflicto entre la sociedad moderna y sus críticos, se encuentran "El tambor de hojalata" (1959), una desenfadada sátira sobre la Alemania nazi, llevada al cine en 1979;  "El rodaballo" (1976) y "Partos mentales" (1980). Obras en la que mezcla lo fantástico y lo macabro.
Inglaterra
Han aparecido pocas tendencias claramente distinguibles en la narrativa inglesa de después de la Segunda Guerra Mundial, al margen de los llamados jóvenes airados de los años cincuenta y sesenta.

Este grupo incluía a los novelistas Kingsley Amis, John Wain, Alan Sillitoe y John Braine, que atacaron los valores superados que quedaban del período de preguerra.

Iris Murdoch realizó análisis cómicos de la vida contemporánea en sus muchas novelas, empezando por "Bajo la red" (1954), hasta las más recientes: "El príncipe negro" (1973) o "El buen aprendiz" (1986).
Anthony Burgess se hizo famoso por su novela sobre la violencia juvenil, "La naranja mecánica" (1962), y John LeCarré ganó gran popularidad por su ingeniosas y complejas novelas de espionaje, como "El espía que surgió del frío" (1963) o "La casa Rusia" (1989).

William Golding explora el mal del ser humano en la alegórica "El señor de las moscas" (1954), y obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1983.
Durante los años sesenta el realismo social de escritores como Martin Amis, Braine y Alan Sillitoe, con su énfasis en el restrictivo provincianismo inglés, dio paso a influencias más internacionales.

V. S. Pritchett y Doris Lessing, desde posturas muy distintas, se hicieron muy conocidos. Lessing destacó por las novelas donde se ocupa del papel de la mujer en la sociedad actual, como ocurre en "El cuaderno dorado" (1962). Debe subrayarse también el humor negro altamente estilizado de escritores como Angus Wilson y Muriel Spark.
Un autor a destacar en esta época es John Ronald Reuel Tolkien, (1892-1973), especialista en historia medieval, filólogo y escritor fantástico británico de origen sudafricano.
Dio clases de literatura inglesa medieval en la Universidad de Oxford. Los conocimientos que sobre esta materia poseía resultan evidentes en sus obras de carácter épico, que se desarrollan en un mundo fantástico creado por él mismo y llamado "Tierra Media". Escribió El Hobbit (1937) para sus hijos. Su continuación, la trilogía titulada "El señor de los anillos" (1954-1955), es un cuento imaginativo y profundo acerca de la lucha entre las fuerzas del bien y del mal por la posesión de un anillo mágico en un mundo de elfos, hadas y dragones. El Silmarillion (1977), que relata los comienzos mitológicos de la Tierra Media, y Relatos incompletos (1980), que contiene cuentos que no se incluyeron en sus otros libros, fue recopilado y publicado por su hijo, Christopher Tolkien.

 
Tolkien, al igual que otros escritores contemporáneos, inventó un mundo, pero lo que lo destaca de forma sorprendente es el haber creado con tanta especificidad y detalle no sólo un mundo con sus distintas regiones geográficas, climas, y sus respectivos mapas; sino también una variedad de razas y personajes con sus particulares características físicas, psicológicas, e incluso idiomáticas.
En los años sesenta, con los llamados "Jóvenes airados", se inició una nueva fuerza en el teatro inglés. Destacan entre ellos John Osborne, Arnold Wesker, Shelagh Delaney y John Arden, que centraron su atención en las clases trabajadoras, retratando la monotonía, mediocridad e injusticia de sus vidas.

Aunque Harold Pinter y el irlandés Brendan Behan escribieron también obras que se desarrollaban en ambientes de clase trabajadora, se mantienen al margen de los jóvenes airados.

Fuera de cualquier tendencia, el novelista y dramaturgo irlandés Samuel Beckett, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1969, residente en Francia, escribió obras lacónicas y simbólicas en francés y las tradujo al inglés, como la obra de teatro "Esperando a Godot" (1952) y la novela "Cómo es" (1964).

España
La mayoría de los escritores españoles marcharon al exilio después de la derrota en la Guerra Civil española (1936-1939) y, regresados o no a España, vivieron con ese carácter hasta la muerte de Francisco Franco (1975).

La mayor parte de ellos se afincaron en países hispanoamericanos, aunque también en Estados Unidos (Jorge Guillén, Federico de Onís, Américo Castro, Pedro Salinas), en París (Jorge Semprún), en la Unión Soviética y en otros países.
La actividad de estos exilados fue múltiple: creación literaria, fundación de revistas y editoriales, cátedras universitarias, periodismo, orientación de grupos y renovación de tendencias. Su ámbito lingüístico fue mayoritariamente español, pero hubo también escritores en gallego (Eduardo Blanco Amor, Rafael Dieste, Alfonso Rodríguez Castelao) o en catalán (Josep Carner, Joaquín Xirau).
Entre las revistas literarias y de pensamiento fundadas por exiliados cabe recordar: en México, "Nuestra España", "La España peregrina", "Taller" (dirigida por el mexicano Octavio Paz), "Romance", "Ultramar", "Cuadernos Americanos"; en Argentina, "Pensamiento español", "Correo literario", "Realidad", "Galeuzca"; en Cuba, "Atentamente"; en Colombia, "Espiral"; en Venezuela, "España"; en Chile, "España libre"; en Uruguay, "Temas"; en París, "Libre", "Cuadernos de Ruedo Ibérico".
En materia de editoriales, en México, aparece Séneca y en cierta medida, el Fondo de Cultura Económica; en Cuba, La Verónica; en Argentina, Losada, Sudamericana, Emecé, Santiago Rueda y Bajel.
La lista de escritores emigrados sería interminable, y se han publicado algunos censos y obras de carácter bibliográfico, que recogen algunas listas, casi todas ellas incompletas.
En el exilio republicano estuvieron representantes de todas las formas literarias, corrientes y estilos, de todas las escuelas y tendencias. En poesía, se exiliaron la mayor parte de los componentes de la generación del 27.

También se exiliaron algunos que, sin tomar decidido partido por algún bando en pugna, se alejaron de la España en conflicto: José Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañón, Azorín, Pío Baroja. Caso especial es el de Antonio Machado, que permaneció fiel a la República hasta el último momento y encerrado en un campo de concentración, murió en Francia a poco de llegar.
Algunos de estos escritores, aparte de seguir cultivando su memoria personal y colectiva y el recuerdo, intelectivo o apasionado de la patria lejana, produjeron obras de tema americano como Max Aub, Francisco Ayala o Ramón Sender.
Francia
En la década de 1940, bajo el liderazgo del filósofo, dramaturgo y novelista Jean-Paul Sartre, una dimensión negativa y pesimista desarrolló el movimiento filosófico y literario llamado existencialismo.
Jean Paul Sartre

La tesis general -expuesta en "El ser y la nada" (1943) de Sartre- plantea básicamente que la existencia humana es inútil y frustrante, y que el individuo es solamente un cúmulo de experiencias personales.

En sus obras dramáticas "Las moscas" (1943), "A puerta cerrada" (1944), y "Las manos sucias" (1948), Sartre se extendió en temas que ya habían sido tratados antes de la guerra en su libro de cuentos "El muro" (1939).
En su trilogía "Los caminos de la libertad" (1945), intentó mostrar al individuo sin ilusiones y consciente de la necesidad de participar en todas las instancias de la sociedad.

La discípula más acérrima de Sartre fue su compañera de toda la vida Simone de Beauvoir, que escribió, entre otras muchas obras, la novela "Los mandarines" (1954), que trata de un modo encubierto las relaciones personales de algunos de los principales existencialistas franceses. Su obra "La ceremonia del adiós" (1981) es un homenaje a Sartre.
Albert Camus podría haber sido englobado en el existencialismo, particularmente por su obra "Calígula" (1944); aunque en sus dos novelas más importantes, "El extranjero" (1942) y "La peste" (1947), reconoció la conveniencia y la necesidad del esfuerzo humano.
En la década de 1950, dos escuelas de literatura experimental surgieron en Francia.
El teatro del absurdo y el antiteatro cuyo claro ejemplo son las obras del rumano de nacimiento Eugène Ionesco, de Samuel Beckett y de Jean Genet.
La popular "Esperando a Godot" (1948) de Beckett, "Los negros" (1959) y "Los biombos" (1961) de Genet son claros ejemplos de esta escuela, opuesta al análisis psicológico y al contenido ideológico del existencialismo.

A la vez que el antiteatro, surgió la antinovela o nouveau roman (un término aplicado por primera vez por Sartre a una novela de Nathalie Sarraute) que ha llamado mucho la atención, principalmente en las novelas y teorías de Sarraute, Claude Simon, Alain Robbe-Grillet y Michel Butor.

Al igual que los dramaturgos, los nuevos novelistas se oponen a las formas tradicionales de la novela psicológica, enfatizando el mundo puro y objetivo de las cosas.

Las emociones y los sentimientos no se describen como tales; más bien, el lector debe imaginarse como son, siguiendo la relación entre los personajes y a través de los objetos que tocan y ven. La novela de Sarraute "Retrato de un desconocido" (1949) abrió el camino, seguido de obras tales como "¿Los oye usted?" (1972) y anterior a ésta, la de Robbe-Grillet "La celosía" (1957) y la de Butor "La modificación" (1957).

Simon escribe novelas históricas muy densas, utilizando la técnica expresiva del monólogo interior. Su obra más importante es "La ruta de Flandes" (1960).
Una nueva escuela de crítica literaria, el estructuralismo, basada en parte en el trabajo del antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, surgió en Francia a partir de la década de 1960. El máximo exponente de esta escuela fue Roland Barthes. Su obra "Elementos de semiología" (1964) es una introducción a la semiótica; sus "Ensayos críticos" y "Nuevos ensayos críticos" fueron publicados en 1964 y 1972 (respectivamente). La última tendencia crítica es la conocida por desconstrucción, cuyo pionero es el filósofo y crítico Jacques Derrida.

Italia
Después de la Segunda Guerra Mundial, una gran cantidad de autores italianos alcanzaron fama universal.
En el género Poesía, Giuseppe Ungaretti, que ocupa, junto a Eugenio Montale, un lugar preeminente dentro de la literatura europea del siglo XX.

Sus obras, caracterizadas por un impactante uso del vocabulario y por una gran habilidad para crear vívidas imágenes de inusual intensidad lírica, fueron recopiladas en un solo volumen titulado"Vita di un uomo" (1958), que contiene, entre otros, los poemas de los libros "Alegría de naufragios" (1919), "Ocasiones" (1935) y "La tierra prometida" (1945).
Los poemas más importantes de Eugenio Montale, en cambio, se encuentran reunidos en tres volúmenes titulados respectivamente "Huesos de sepia" (1925), "Las ocasiones" (1939) y "El vendaval y otras cosas" (1956). Su lírica, por la que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1975, resulta a veces extremadamente concisa y hermética y contiene una ácida e inteligente crítica de la vida que, en ocasiones, la tiñe de pesimismo.
Salvatore Quasimodo es otro de los poetas destacados de estos años. Sus obras, entre las que se cuentan "Y enseguida anochece" (1942), "Día" (1942), "La vida no es sueño" (1949) e "Il falso e vero verde" (1953), revelan una apasionada y lírica consciencia de la condición trágica de nuestra época. En 1959 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
A nivel de la narrativa, pocos años después del final de la guerra apareció en Italia un nuevo tipo de realismo ligado, en especial, al cine, que atravesó un período de creatividad antes desconocido, hasta el punto de que empujó a la crítica a acuñar un término nuevo para describirlo: neorrealismo.

Entre las figuras literarias que se adscribieron a ese importante movimiento se encuentran Carlo Levi, que expuso los sufrimientos de los campesinos de sur de Italia en su conocida novela "Cristo se detuvo en Éboli" (1946); Elio Vittorini, autor de "Conversaciones en Sicilia" (1941); y Vasco Pratolini, que escribió "Crónicas de pobres amantes" (1947).

Otras destacadas personalidades de las letras de este período fueron Mario Soldati, conocido por su obra "Cartas de Capri" (1954); el poeta, ensayista y narrador Cesare Pavese, autor de "Entre mujeres solas" (1949); "El diablo entre las colinas" (1949) y "La luna y las hogueras" (1950); y Vitaliano Brancati, agudo crítico de la sociedad siciliana, como dejó patente en "El bello Antonio" (1949).

Hubo, además una novela aclamada unánimemente y que dio origen a la película dirigida por Lucchino Visconti con el mismo título, "El gatopardo". Escrito en 1958 por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, se desarrolla en la Sicilia rural, desde el desembarco de las tropas garibaldinas hasta final del siglo XIX.
Alberto Moravia es, quizá, junto a Pirandello, el escritor italiano moderno más conocido.

Autor de novelas y relatos cortos en los que narra situaciones humanas contemporáneas, escribió en una prosa realista, impactante, sobre los dilemas morales de hombres y mujeres atrapados en situaciones complicadas tanto social como emocionalmente. Su obra más conocida es "La campesina" (1957), la historia de una madre y una hija en la Italia desgarrada por la guerra, llevada al cine por Vittorio de Sica e interpretada por Sofía Loren. Otro film exitoso se basó en la novela de Giorgio Bassani, escrita en 1962, "El jardín de los Finzi-Contini", que narra los avatares de una familia judía de Ferrara, ciudad natal del autor, durante los años del fascismo.

Otro de los novelistas más destacables de la postguerra, Dino Buzzatti, escribió textos alegóricos entre los cuales destacan la novela "El desierto de los tártaros" (1940) y la obra teatral "Un caso clínico" (1953). Por otro lado, Elsa Morante, cuya narrativa contiene elementos épicos y místicos, fue la autora de "Mentira y sortilegio" (1948), la vida de una familia del sur de Italia, y de "La historia" (1974), que describe la odisea de una pequeña familia formada por una madre asustada, un muchacho y un niño en la Roma de la Segunda Guerra Mundial. Otra escritora, Natalia Ginzburg, poeta y novelista, se ganó el reconocimiento de la crítica por su sensible aproximación a las mujeres y los niños de la Italia de su tiempo, relegados a papeles preestablecidos dentro de las familias. Entre sus obras destacan "Las palabras de la noche" (1961) y "Léxico familiar" (1967).

martes, 14 de mayo de 2013

La música en América Latina a partir de los años 50.



Señalamos aquí dos estilos musicales que no solo marcaron época en sus respectivos países, sino que alcanzaron una importantísima repercusión a nivel mundial.

El Bolero
El bolero supuestamente tiene su origen en Cuba, y pasa a desarrollarse en toda América logrando su apogeo en la década de 1950, en México.
La base musical del bolero la componen dos guitarras y un requinto para las melodías, a lo que se suman dos voces que realizan las armonías.
Así lo idearon Los Panchos en 1944. Su aire sentimental y romántico, acompañado a su baile en pareja, marcó toda una época en la cultura popular latinoamericana.


 Si bien el bolero ha tenido modificaciones a lo largo de los años, el contenido de sus letras ha tratado siempre sobre amores imposibles o inútiles.
 
Bossa-nova
La bossa-nova es un estilo musical brasileño de finales de la década de 1950 que tuvo una gran repercusión sobre otras formas musicales de Brasil como el samba, y que alcanzó popularidad y fama internacionales.
En el lenguaje callejero de Brasil, la palabra bossa podría traducirse como 'habilidad especial'.
Si bien su estructura rítmica tiene sus orígenes en el folclore y el samba clásico, la música de bossa-nova también se caracteriza por su complejidad melódica y armónica.
Sus creadores son el compositor Antonio Carlos Jobim y el cantante y guitarrista João Gilberto. La primera grabación importante de este estilo fue 'Cega de saudade' en 1959.


Lo que diferencia a la bossa-nova de las anteriores formas musicales es la manera de situar al mismo nivel varios elementos de la canción, tales como la melodía o el ritmo. Incluso se logró integrar la colaboración de un cantante, con un aire característico de delicadeza y un sonido ligeramente nasal. La guitarra suele desempeñar un papel importante, tanto en el aspecto rítmico como en el melódico. Gilberto ha desarrollado por su cuenta un estilo propio conocido como violao gago (guitarra balbuceante).


Generalmente el nombre de bossa-nova suele estar asociado al del jazz. Quizá ello se deba a las colaboraciones de Gilberto y Jobim con artistas de jazz estadounidenses como el saxofonista Stan Getz, pero sus raíces son brasileñas. Y la típica voz nasal puede tener sus orígenes en la música rural tradicional del caboclo.
Su fama internacional se vio afianzada con la popularidad alcanzada por canciones como 'Samba de una nota so' (Samba de una nota sola), 'A garota de Ipanema' (La chica de Ipanema) y 'Desafinado', con Vinicius de Moraes como otro de sus máximos exponentes.


Tango sinfónico

Hablar de tango sinfónico significa hablar de Astor Piazzolla.

Astor Piazzolla, es uno de los rarísimos casos en que un autor se desenvuelve de forma extraordinaria tanto en el mundo de la música popular, con sus tangos porteños, como en el de la música culta o clásica. Fue el creador de un nuevo género llamado tango sinfónico.
Músico, bandoneonista, pianista, director, compositor, arreglador. Sin distinción de épocas o de tendencias, es el músico más completo, el artista más discutido y, en suma, una de las personalidades mas originales del Tango. Es considerado el mayor creador de la música argentina con proyección americana y mundial.
Renovó de forma decisiva el tango, introduciendo nuevas estructuras armónicas y rítmicas tomadas de la música clásica y del jazz; lo que se dio en llamar "música contemporánea de Buenos Aires".

Dentro de su obra podemos señalar: Rapsodia porteña, para orquesta (1952), la sinfonía en tres movimientos Buenos Aires (1953), Oda íntima a Buenos Aires (para recitante, canto y orquesta), Tango sinfónico, Tangata (para orquesta), un concierto y una suite para bandoneón y orquesta y La serie del ángel.
Dentro del tango, destacan títulos tan conocidos como 'Balada para un loco' (1953), 'La muerte del ángel', 'Adiós nonino' y 'Verano porteño'. 



La revolución del rock: el rock en Inglaterra. The Beatles



En Inglaterra, a comienzos de la década del '50, la música estaba monopolizada por grandes orquestas con sus cantantes, en el cual los editores podían mediante un simple arreglo publicitario con la radio o la TV, conseguir que un artista triunfara o no.

El rock logró que ese monopolio se derrumbara estrepitosamente.
Su música, su propuesta, sus artistas, y sobre todo, sus managers, hicieron del mundo de la música algo nuevo e inesperado.

El primer rockero inglés fue el marinero neozelandés Tommy Steele. Su actuación consistía en una parodia de Elvis Presley, con aullidos y movimientos de cadera hasta el agotamiento. Con una carrera muy bien llevada por su manager (también neozelandés) John Kennedy, con más de una docena de éxitos hasta 1961, se dedicará luego a la balada y a la comedia musical.
Paralelamente a la importación del rock & roll norteamericano, llegó también un country-folk que, mezclado con elementos de jazz tradicional dio como resultado un ritmo simple y alegre que se denominó "skiffle".
Para tocar skiffle no se necesitaba ser gran músico, y pese al rápido auge que tuvo, su éxito duro poco, y en 1961 ya casi ni se lo recordaba.


Sin embargo, en el noroeste de Inglaterra, más precisamente en la ciudad de Liverpool, algo se estaba gestando.
Liverpool era una ciudad favorecida por el constante arribo de barcos que traían lo último sobre blues, jazz y rock & roll. En la mitología británica, Liverpool era famosa por tres cosas: el fútbol, la lucha y los cómicos, pero todo esto se vio opacado por la música. Para millones que nunca habían oído hablar de esta ciudad, e incluso para los que la conocían, Liverpool es ahora famosa por ser el lugar de nacimiento del grupo más importante en la historia del rock & roll: The Beatles.

The Beatles
Desde principios de los sesenta el factor más destacado en el panorama del rock estriba en lo que ha venido a denominarse la 'respuesta británica', expresión que engloba las numerosas formas en que los músicos ingleses asumieron las rutilantes novedades procedentes de Estados Unidos.
La aparición de The Beatles en 1962, tras diversas intentonas previas para formar una banda estable, estimuladas por el inquieto John Winston Lennon (tuvo nombres como The Quarrymen o Johnny and the Moondogs, 1956-1959; Long John and the Silver Beatles, 1960; Beat Brothers o The Cavern, 1961, y The Silver Beatles, 1962) a quien secundaban de una forma regular Paul McCartney y George Harrison y con menor frecuencia el bajista Stu Sutcliffe y el batería Pete Best, supuso el germen de la 'revolución británica del rock'.
Estos jóvenes de Liverpool realizaron diversas giras por Escocia y Alemania, grabaciones como grupo de apoyo de figuras de segunda categoría, hasta hallar en Brian Epstein al productor idóneo e idílico que llevará su carrera al estrellato.
A partir de ese momento, guiados por Epstein, con un nuevo y potente baterista llamado Ringo Starr, graban en los dos años siguientes más de 60 temas.
El punto de partida es el simple 'Love me Do', que ocupa el puesto nº 17 del ranking británico, y del que se venden más de 10.000 copias. Su segundo disco "Please, please me" trepará al puesto nº 2 del ranking.
Será un doce de octubre de 1963  el día en que los Beatles pasan a ser noticia absoluta, y a partir de allí se consolidará la "Beatlemanía" que se había iniciado unos meses antes. Ese día encabezaban el cartel en el London Palladium, en un show de televisión que se transmitió como "Sunday night at the London Palladium". Se calcula que unos 15.000.000 de televidentes vieron a los Beatles aquella noche.


"She loves You" salió a fines de agosto de 1963, y subió al primer puesto, siguiendo la pauta de los dos simples anteriores. Ya en el mes de junio y antes de que se supiese suquiera el título, miles de fans habían pedido el próximo disco simple de los Beatles. El día antes de que se pusiese a la venta habían pedido por adelantado unos 500.000 ejemplares.
La Beatlemanía empezó en Gran Bretaña y desde allí se extendió al mundo entero. Adolescentes histéricos lanzaban chillidos y yeh-yehs ahogando todo otro sonido, incluso la música de los Beatles. Era una excitación colectiva: emocional, mental y sexual.
El paso siguiente será el cine, de la mano del realizador Richard Lester ("Qué noche la de aquel día", 1964 y "Help!", 1965), en un tono muy distinto al que caracterizó la variable y populista carrera de Elvis en este campo.
En 1964 el poeta beat Allen Ginsberg declarará que "la conciencia universal de la humanidad se encuentra ahora en Liverpool".
El éxito de los cuatro jóvenes británicos trajeados de negro y con característico flequillo -nombrados en 1965 caballeros de la Orden del Imperio Británico- es absoluto y desborda a los componentes de la banda.
"Cada vez tocábamos peor -dice Ringo-. Los gritos del público lo ahogaba todo... No oía nunca lo que tocaba por culpa del ruido, ni siquiera por los amplis." "al final estábamos hartos de gira. Cuando tienes que fabricar, malo. Hay que dar para recibir. Aquello no podía ser. No dábamos nada. Decidimos parar antes de que a los demás dejase también de gustarles".


La decisión de parar con las giras representaba un acto de valentía pocas veces visto. Significaba detener las actuaciones en público en el punto más alto de su éxito.
En 1967, tras una época de intensa dedicación a doctrinas orientales y sus primeras experiencias con LSD (ácido lisérgico), realizan los excelentes discos "Revolver" y 'Yellow Submarine'.
En pleno éxito de "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band", donde emplean en sus composiciones música electrónica y cantan letras emblemáticas ('Lucy in the Sky with Diamonds' es la más famosa de sus composiciones psicodélicas), se produce la muerte de Brian Epstein, y ésta coincide con el estallido de las diferencias intestinas de la banda, que emprende al cabo de un año la aventura de la productora Apple, concebida para apoyar en diferentes campos artísticos (cine, ropa, música) la revolución pop de la que "The Beatles" se sentían portadores privilegiados.
Apple fue cerrada en 1969, anticipando dos años la ruptura definitiva de los componentes de los Beatles, cuyos integrantes emprendieron a partir de 1971 caminos en solitario, con distinta suerte.
Las composiciones de Lennon y Mc Cartney eran renovadoras para la época, frescas y divertidas, rítmicas y pegadizas; su compenetración vocal resultaba estimulante y sus actuaciones en público eran de alto voltaje.
Los Beatles impusieron la modalidad de grupo en el rock, que tuvo pronto una continuación en la "avanzada británica", con los Rollings Stones entre otros, acabando con el predominio norteamericano de los vocalistas.
Culturalmente, los Beatles constituyeron una revelación y se convirtieron en los músicos de la contracultura.
La sofisticación musical y verbal de los Beatles fue creciendo. "Sgt. Pepper's lonely hearts club band" (1969) -considerado por muchos como el mejor disco de rock de la historia- fue el primer "álbum conceptual" (una serie de temas interrelacionados en lugar de una colección de canciones sueltas) que incorporó el sonido electrónico, una orquesta de cuarenta instrumentos, además de elementos en ese momento novedosos como su introducción en clima de ensayo, aparición de aplausos y frases habladas en el medio.


 Como escribió García Marquez: "tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar. Todo cambió entonces. Los hombres se dejaron crecer el cabello y la barba, las mujeres aprendieron a desnudarse con naturalidad, cambió el modo de vestir y de amar y se inició la liberación del sexo y de las drogas para soñar. Fueron los años fragorosos de la guerra de Vietnam y la rebelión universitaria. Pero, sobre todo, fue el duro aprendizaje de una relación distinta entre los padres y los hijos, el principio de un nuevo diálogo entre ellos que había parecido imposible durante siglos."

The Rolling Stones
El ansia por imprimir un cambio radical a las formas de vida, a través del rock and roll, quedó de manifiesto con la aparición en escena de The Rolling Stones, nombre tomado de un tema de Muddy Waters.
Se presentaron en público el 12 de julio de 1962 en el Marquee de Londres, cuando todavía sus componentes eran una formación insegura.
Representaban la esperanza británica del rhythm and blues británico y blanco y en poco tiempo lograron celebridad como áspera respuesta, procedente de la marginalidad, a la beatlemanía.
No obstante, sería absurdo aceptar esta visión de la historia del rock, pues según acreditados testimonios (entre ellos los de un ayudante del manager de The Beatles), los líderes de la banda, Keith Richards y Mick Jagger solicitaron en 1963, por la vía de la amistad, una composición a sus directos rivales: el esbozo compuesto en un rato por McCartney y John Lennon se convertiría, según los mismos testimonios, en el tema "I Wanna be Your Man", que algunos consideran el primer el primer éxito de los Stones.


Los medios de comunicación británicos, sin embargo, insistirían en esta confrontación, que al parecer se agudizaría a finales de los sesenta: todos los temas del álbum "Aftermath" (1966) pertenecían a los miembros de la banda -a la sazón Richards, Jagger, Brian Jones, Bill Wyman, Charlie Watts e Ian Stewart-, marcando un momento de asombrosa madurez y personalidad propia.

A partir del año siguiente se inicia la leyenda negra de los Stones, con las detenciones de Jones, Jagger y Richards acusados de posesión de estupefacientes.
Al tiempo en que se edita "Beggar's Banquet", Jones abandona la banda: es junio de1969 y al cabo de un mes se hallaría su cadáver en la piscina de su residencia privada. En ese mismo año se producen otros incidentes durante la gira que la banda emprende por Estados Unidos, destacando la tragedia de Altamont (California) cuando mientras Jagger canta su polémico tema 'Sympathy for Devil', un miembro del servicio de seguridad del concierto, perteneciente a la banda de motoristas "Ángeles del Infierno", apuñala a un espectador exaltado, que moriría a causa de las heridas.
El alejamiento de los Stones respecto al público se prolongaría durante años, aun cuando no dejaran de editar álbumes: el que daría fama mundial al diseño del emblema de la banda, realizado por Andy Warhol a costa de los abultados labios de Jagger, Sticky Fingers (1970).
Desde finales de los años sesenta el rock no ha dejado de aportar variantes y novedades respecto a las corrientes pioneras, hasta el punto de que resulta imposible su enumeración y ha perdido vigencia el planteamiento crítico según el cual un estilo se identificaba en función de una influencia dominante en un periodo de tiempo concreto. Pero a medida que se ha prolongado la historia del rock, se han multiplicado sus formas y orientaciones, muy a menudo mediante artificios comerciales, la recuperación de antiguas esencias, la reelaboración de viejos sonidos y la ampliación de los ámbitos de acción de las bandas.

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