domingo, 8 de diciembre de 2013

1997: la primera clonación

Uno de los descubrimientos más espectaculares de la biotecnología se llevó adelante por primera vez en la historia: un equipo de científicos en Escocia pudo clonar con éxito a un mamífero adulto. "Dolly" es la réplica exacta de otra oveja con la que comparte la totalidad de sus genes.

Dolly: la primer oveja clonada en la historia de la humanidad
El descubrimiento de la clonación de genes en la década de 1960 logra su primer éxito revolucionario en 1997, cuando mundialmente se conoce la primera clonación exitosa de una oveja, genéticamente igual a otra.
El procedimiento para conseguir la copia fue el siguiente: se extrajo una célula de la glándula mamaria de la oveja "madre" y se introdujo su ADN en un óvulo al que previamente se había vaciado de su ADN original. Una vez que el embrión logró desarrollarse en las condiciones especiales de un laboratorio, los investigadores lo implantaron en otra oveja que hizo el papel de madre de alquiler, y finalmente dio a luz a la pequeña Dolly en junio de 1996.
Poco después, un análisis de ADN de la recién nacida confirmó que, en efecto, Dolly era una reproducción exacta de la oveja original.
Muchos científicos llevaban años intentando clonar animales adultos. En anteriores ocasiones, la técnica se había probado con ranas, pero siempre morían cuando aún eran renacuajos.
Dolly, sin embargo, está sana y salva. Sus creadores tiene pensado, incluso, aparearla con algún macho para comprobar si es capaz de ser madre. Le pusieron Dolly en homenaje a la cantante Dolly Parton.
El doctor Ian Wilmut, jefe del equipo de investigadores del Roslin Institute de Edimburgo, justifica la clonación de animales diciendo que podría servir para liberar a la humanidad  de muchas enfermedades. Gracias a esta técnica, por ejemplo, se podrían clonar ovejas que producirían proteínas eficaces con las que conbatir enfermedades como la hemofilia.
En primer lugar, se manipularían los genes de una célula de oveja de tal forma que produjesen una proteína anti-hemofílica. Luego se clonaría esta célula  utilizando el mismo
proceso con el que fue clonada Dolly, y de esta manera nacerían ovejas que fabricarían en su leche fármacos con los que combatir la hemofilia.
La misma técnica podría utilizarse también para engendrar animales que naciesen con enfermedades humanas, como la fibrosis quística. Los animales clonados se utilizarían para probar la eficacia de diferentes terapias. El procedimiento podría emplearse también para crear animales que naciesen con hígados o corazones de diseño humano, que podrían transplantarse a personas enfermas que los necesitaran.
Para la ingeniería genética todo es posible, y esto genera diversas polémicas a nivel ético y religioso.
En los últimos años, los científicos lograron ratones sin cabeza, moscas bisexuales con 14 ojos, gusanos nonagenarios, ratas con mal de Parkinson, ratones con una oreja humana injertada y un largo etcétera de criaturas de laboratorio. El mundo futurista planteado por el escritor Aldous Huxley en su novela "Un mundo feliz" es una realidad.
El experimento que llevó a la creación de Dolly conmocionó tanto a biólogos  como a expertos en ética.
Wilmut afirmó que "sería repugnante" hacer clones de seres humanos, y añadió que desea fervientemente que a nadie se le ocurra siquiera intentarlo. No son pocos los que sostienen que la clonación de seres humanos será inevitable, a pesar de que haya países que la prohíban. Sobre todo cuando la tecnología esté más desarrollada.
Patrick Dickson, autor del libro "La revolución genética", señaló que la normativa  sobre experimentación genética no está regulada en todos los países, y que sería posible que se llegara a experimentar con humanos. El investigador contó que una semana antes de la difusión del experimento lo llamó "una mujer cuyo padre había muerto, y quería saber si podría conseguir una reproducción clónica". "Quería regresarlo al mundo como un bebito, quizás incluso llevarlo en su vientre. Al saber de este experimento, le envié un mensaje de que su sueño está más cerca de lo que se pueda pensar".
El científico agregó que "probablemente podremos recuperar a los muertos de sus cuerpos antes de que mueran. De este modo un padre podría reproducir una copia idéntica de un hijo muerto trágicamente"
Para muchos integrantes de la comunidad científica, estas prácticas atentan contra la biodiversidad de la especie, y están al filo de lo éticamente permitido. La eugenesia -la aplicación biológica de las leyes de la herencia al perfeccionamiento de la raza- pueden producir alteraciones para la vida, además de quitar lo más valioso de ellas, la individualidad y -por ende- la diversidad de las especies.
El riesgo de la clonación humana es una realidad, e incluso muchas podrían ser clonadas sin su consentimiento, ya que para ello sólo son necesarias unas cuantas células para obtener una réplica exacta de un ser humano. Y si actualmente existen bancos de semen que comercializan los espermatozoides de grandes personalidades, no sería extraño que alguien estuviese interesado en adoptar un niño réplica de un gran pensador, un famoso futbolista o una top model.
Conscientes de los problemas éticos que el éxito de la experiencia trajo consigo, el equipo de investigadores encabezado por Wilmut, ha puesto a disposición de especialistas en ética y a la Autoridad Embriológica Humana, toda la información sobre el tema.
Como otras veces en la historia de la humanidad, descubrimientos científicos han sido puestos en tela de juicio debido a su posible mala utilización. El desarrollo científico tiene estas contradicciones, pero el avance en el conocimiento no tiene nunca un signo negativo. El problema, como siempre, es el hombre, y el uso que incorrectamente haga de ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te gusta el fútbol, entrá aquí: