sábado, 17 de agosto de 2013

1973. La crisis del petróleo



En 1973 se produce la segunda gran conmoción mundial después de la caída de la bolsa en 1929. La crisis del petróleo provocada por el aumento del precio del barril, se tradujo en recesión y crisis en todo el mundo occidental.

LA CRISIS DEL PETRÓLEO DE 1973
 El conflicto acerca de la regulación de precios del crudo entre las transnacionales y los países petroleros organizados en torno a la OPEP (Organización Países Exportadores de Petróleo), se resolvió en 1973, cuando las trasnacionales perdieron el poder de fijar los precios.


La breve guerra árabe-israelí de octubre condujo a un embargo de las ventas de crudo árabe a Israel y sus aliados. El aumento de la demanda  condujo a nuevas alzas y el 16 de octubre, en Kuwait, la OPEP decidió, por primera vez, fijar ella los precios. A fin de año el barril ya costaba 11,65 dólares.
En 1974, se consolidaron las conquistas de los países petroleros, que recibieron la solidaridad unánime del Tercer Mundo en su lucha por la recuperación del poder adquisitivo de sus riquezas, después de 14 años de precios congelados. Pero también empezaron las campañas anti OPEP de los países industrializados.


Directamente relacionada con el mercado petrolero, la situación mostraba el serio enfrentamiento de los países árabes con los Estados Unidos, debido al apoyo de éste a Israel. Los árabes exigían que se les devolviera los territorios ocupados tras "la Guerra de los Seis Días". De esta forma, la posición norteamericana le valió un embargo petrolero por el cual, los países productores del Oriente Medio dejaron de proveerlo del vital consumo energético.

Mientras las acciones, tanto militares como diplomáticas, se ejecutaban en el hemisferio norte y en EEUU se sustanciaba el escándalo "Watergate", en el sur las cosas tampoco estaban tranquilas.
La economía mundial se contrajo violentamente: se redujo el comercio, creció la inflación, tambalearon las divisas, subieron las tasas internacionales de interés. La recesión se instaló y demandó más de una década superar el choque violento de la primera crisis petrolera, a la que se sumó una segunda en 1979. La situación se agravó en el resto de los países del Tercer Mundo, que tenían una economía dependiente de las grandes metrópolis, y pese al apoyo otorgado a la OPEP, no lograron concretar precios preferenciales para sus países. Un problema para concretarlo era que la distribución en dichos países estaba en manos de los
grupos transnacionales, las cuales podrían darle otro destino al petróleo subvencionado. El único acuerdo estipulado para este fin -el acuerdo de San José- entre México y Venezuela para favorecer a los países más empobrecidos de América, tuvo entre otras consecuencias, la de revender el petróleo subvencionado en el mercado libre, como fue el caso de Haití, que vendió su petróleo subvencionado al régimen racista de Sudáfrica.

En 1976, la OPEP se dividió: 11 países volvieron a aplicar 10% de aumento, mientras que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (los dos miembros del grupo con mayores inversiones de petrodólares en el mundo occidental) sólo aumentaron 5%. En 1977, después de arduas negociaciones, se llegó a un compromiso. Arabia Suadita y los Emiratos volvieron a subir el precio, hasta igualar los 12,70 dólares por barril de los restantes y éstos -a su vez- se comprometieron a un congelamiento. De hecho, esos dos países producen 30% del petróleo de la OPEP, lo que los coloca en una fuerte posición negociadora.

Los efectos combinados de las medidas de ahorro que se aplicaron en las naciones consumidoras de petróleo y de la recesión económica hicieron disminuir la demanda. La presión a la baja de los precios se vio potenciada por el hallazgo de nuevos campos petroleros y por la incapacidad de varios miembros de la OPEP de cumplir con las cuotas de producción impuestas por la organización con el fin de defender los precios. A comienzos de 1986 el precio del barril había descendido a menos de 10 dólares. Los precios subieron más tarde, aunque rara vez han pasado de 20 dólares el barril, excepto durante el periodo (1986-1991) que culmina en la guerra del Golfo Pérsico, en el que los precios aumentaron de forma temporal hasta alcanzar los 25 dólares el barril.
Con esta dramática reducción de sus ingresos comenzaron a recortarse las grandes obras faraónicas en países del Golfo Pérsico y la mayoría de los miembros de la OPEP volvieron a enfrentarse con su triste realidad de países pobres: ocho de los trece miembros de la OPEP se volvieron deudores del mercado internacional y no tienen condiciones de pagar el servicio de sus deudas.

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