jueves, 20 de febrero de 2014

Panorama del arte en las últimas décadas del siglo XX: el posmodernismo

El Posmodernismo
El hedonismo, la seducción continua, el funcionamiento del sistema por inercia, sin adhesión ni rechazo, y cada vez más controlado por especialistas, son características propias del posmodernismo.

Dice Lipovetsky citando a Nietszche: "Dios ha muerto, las grandes finalidades se apagan, pero a nadie le importa un bledo, ésta es la alegre novedad (...). El vacío del sentido, el hundimiento de los ideales no han llevado, como cabía esperar, a más angustia, más absurdo, más pesimismo".
Lo que gana es la apatía.
"Hoy ya es posible vivir sin objetivo ni sentido, en secuencia-flash". "Es mejor cualquier sentido que ninguno" decía Nietszche; hasta esto ya no es verdad hoy.

El posmodernismo, como corriente artística de la segunda mitad del siglo XX, se caracteriza, a grandes rasgos, por el empleo de materiales, formas y técnicas modernas combinadas según las sutilezas compositivas y simbólicas de los estilos clásicos.
En arquitectura supuso una reacción contra el dogmatismo del movimiento moderno. En el resto de las artes puede entenderse como un cambio de postura ante la filiación abstracta y conceptual de las primeras vanguardias del siglo XX, o también como una "evolución" desde el Pop Art, cuyo eclecticismo y populismo explotó el valor simbólico de los objetos cotidianos.
Como defendía Charles Jencks, teórico de este movimiento, el espíritu posmodermo "es al mismo tiempo la continuación de lo moderno y su superación". El término también se aplica obviamente a la literatura y a la danza.
Arquitectura
El posmodernismo ha dominado una etapa de la arquitectura de finales del siglo XX, especialmente durante las décadas de 1970 y 1980, cuando sus representantes más destacados (Robert Venturi, Michael Graves, James Stirling, Ricardo Bofill, Aldo Rossi, Charles Moore, Hans Hollein, Arata Isozaki, Mario Botta, Rob y León Krier, Robert A. M. Stern y Óscar Tusquets, entre otros) gozaron de un gran prestigio en el ámbito teórico y obtuvieron importantes encargos institucionales.
Su obra, dotada de un cierto carácter manierista [artificioso], se ha difuminado en infinidad de estilos, desde el clasicismo a la modernidad.


Este eclecticismo ha pretendido reflejar la pluralidad esencial de la sociedad postindustrial, un factor decisivo para la arquitectura pública, que debe representar a una gran variedad de personas con gustos y referencias culturales dispares. Su actitud contra la modernidad se resume en la máxima de Robert Venturi, que desafió con su "Less is a bore" (menos es un aburrimiento) a la famosa consigna de Ludwig Mies van der Rohe "Less is more" (menos es más).
El deseo de agradar a las clases medias ha inducido a los arquitectos posmodernos a insertar en sus obras referencias y motivos decorativos de los estilos históricos.
Una muestra de ello es el edificio de James Stirling y Michael Wilford para la Staatsgalerie de Stuttgart (1977-1984), donde ciertos elementos coloristas (como los pasamanos o las marquesinas) adornan un edificio que también contiene referencias académicas a la arquitectura clasicista, en concreto a la obra del alemán Friedrich Schinkel


Staatsgalerie de Stuttgart

Este carácter populista se opone al espíritu del movimiento moderno, cuyas composiciones austeras sólo puede disfrutar (según los posmodernistas) una escasa élite cultural.

Staatsgalerie de Stuttgart
Staatsgalerie de Stuttgart














De acuerdo con este razonamiento crítico, la preocupación de las vanguardias históricas por las formas abstractas también olvidaba el papel que desempeñan las asociaciones simbólicas en nuestra percepción de la arquitectura.

Estas connotaciones culturales o históricas se han aplicado en la realización de numerosos edificios culturales, como el Museo de Arte romano de Mérida, de Rafael Moneo, la Staatsgalerie de Stuttgart o la nueva ala Sainsbury de la National Gallery en Londres, obra de Robert Venturi y Denise Scott-Brown.

Otro argumento fundamental es la valoración del genus loci o genio del lugar, un concepto asociado a los contextos urbano, físico e histórico en los que se inscribe cualquier obra arquitectónica.

La ironía sobre los estilos históricos también se aprecia como motivo recurrente del posmodernismo. En el edificio bautizado como Las Escalas del Barroco (París, 1979-1986), de Ricardo Bofill, las fachadas vítreas de los interiores de las viviendas conforman una enorme columnata dórica, rematada por un entablamento gigante de piezas prefabricadas en hormigón armado. Una inspiración semejante se puede encontrar en el Portland Public Service Building (Portland, 1980-1982) de Michael Graves, un edificio de oficinas en el que, sobre una moderna fachada de muro-cortina, se dibujan dos pilastras acanaladas que simulan sostener en lo alto una gigantesca clave. Un caso más complejo es el del proyecto de Robert Stern para la torre del Chicago Tribune, donde las referencias históricas a una columna triunfal dórica se entremezclan con las del conocido proyecto dadaísta que propuso el arquitecto austriaco Adolf Loos en 1922.
Portland Public Service Building

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