El
ascenso en 1978 de Karol Wojtila como Juan Pablo Segundo modificó de manera
importante, y sin precedentes, la imagen de la Iglesia Católica hacia el mundo.
Juan Pablo II, nuevo pontífice del
Vaticano
En
1978 murió el Papa Pablo VI y un primer cónclave eligió como sucesor a Albino
Luciani, quien adoptó el nombre de Juan Pablo I. Pero al cabo de 33 días de
reinado el flamante pontífice falleció, tejiéndose variadas hipótesis en torno a su muerte, entre ellas un presunto envenenamiento nunca
probado aunque denunciado por un libro profusamente documentado.
Un
segundo cónclave designó entonces al polaco Karol Wojtila como nuevo Papa,
quien subió al trono como Juan Pablo II en homenaje a su antecesor.
Se
convirtió así en el segundo pontífice romano de nacionalidad no italiana,
después del holandés Adriano VI en 1522.
La
orientación enérgica y eficaz de su pontificado, su firme conservadurismo y sus
viajes por todo el mundo -sin precedentes- han realzado la importancia del
Papado tanto dentro como fuera de la Iglesia católica.
El
13 de mayo de 1981, cuando entraba en la plaza de San Pedro del Vaticano, fue
víctima de un atentado del que logró recuperarse.
Como
Papa ha realizado más de 40 viajes al extranjero, incluidas visitas a África,
Asia y América.
Ha influido en la restauración de la democracia y la libertad
religiosa en Europa del este, sobre todo en su Polonia natal.
Ha tratado de
luchar con energía contra los disidentes en el seno de la Iglesia; reafirma la
posición católica a favor del celibato sacerdotal y contra la homosexualidad,
el aborto y los métodos artificiales de reproducción humana y el control de
natalidad. A este respecto, en 1994 realizó gestiones controvertidas en unión
con los musulmanes conservadores en un esfuerzo por aminorar las declaraciones
de la
Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de las
Naciones Unidas en El Cairo. En su libro más conocido, "Cruzando el umbral
de la esperanza" (1994), desarrolla y reincide en muchas de las posturas
que caracterizan su papado.
Juan
Pablo II se ha opuesto a la secularización en la Iglesia. Redefiniendo
las responsabilidades de los laicos, los sacerdotes y las órdenes religiosas,
ha rechazado la ordenación de las mujeres y el nombramiento de sacerdotes para
ocupar cargos oficiales o su participación directa en la política. Sus
gestiones ecuménicas iniciales se han dirigido más hacia la ortodoxia oriental
y el anglicanismo que hacia el protestantismo occidental.
El
progresivo deterioro de su salud no ha impedido a Juan Pablo II continuar las
líneas maestras de su pontificado durante los últimos años. Así, se pueden
considerar como históricas la entrevista que mantuvo, en noviembre de 1996 en
el Vaticano, con el líder cubano Fidel Castro, la reunión celebrada en Roma, en
diciembre de ese mismo año, con George Leonard Carey, arzobispo de Canterbury,
y sus posteriores visitas a Líbano y Sarajevo y Cuba.
Un hecho significativo de reconocimiento de errores
pasados se dio en 1992, cuando el papa Juan Pablo II pidió perdón por el
proceso seguido contra Galileo Galilei y le restituyó su nombre y saber.
Como muestra del "examen de conciencia" de la Iglesia Católica
ante la llegada del nuevo milenio, en 1998, un portavoz oficial del Vaticano
anunció que se iban a abrir al público (investigadores y estudiosos) muchos de
sus archivos, entre ellos los de la Inquisición romana.
Ese mismo año, hizo público un documento, enumerando los
"fracasos de los católicos y los errores que cometieron" durante el
Holocausto, la campaña nacionalsocialista (nazi) para exterminar a los judíos
de Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Muchos líderes judíos han criticado el informe y
consideran que la Iglesia católica debería haberse responsabilizado como
institución y no limitarse a una mera excusa genérica. Los más críticos también
resaltan que el informe elogia las acciones del papa Pío XII, cabeza de la
Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial, cuando sobre este pontífice
pesan graves acusaciones de haber mantenido una postura pasiva, incluso
condescendiente, respecto al régimen alemán. Pese a todo, estos hechos hay que
situarlos dentro del largo proceso realizado por la Iglesia Católica
para abrirse hacia sí misma y al mundo.
Juan Pablo II falleció en 2005 a los 84 años y será canonizado por la Iglesia Católica en 2013.
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