En los
años de posguerra, el cine
norteamericano presencia el surgimiento de una vertiente realista y crítica que
describe las problemáticas sociales del presente con temas como las
dificultades de reinserción en la sociedad civil de los combatientes que
vuelven del frente ("Lo mejor de nuestra vida", William Wyler) ,y
alegatos contra la intolerancia ("Encrucijada de odios", Edward
Dmytryk).
Influenciados por el neorrealismo italiano, los norteamericanos se
aficionaron a filmar historias fuera de los estudios, aprovechando los
escenarios naturales; el "cine negro" -policíaco- fue uno de los
géneros que más rodó en las ciudades. Paralelamente realizan comedias y
musicales como meros pasatiempos para un público que lo que desea es olvidar.
Cuando
en 1947 se inicia la "guerra fría" entre Occidente y la URSS, en los
EEUU comienza un período de conservadurismo político que llega a afectar a
Hollywood, especialmente a los cineastas de izquierda, los cuales son
perseguidos, denunciados y condenados. A este período, que se prolongó
hasta 1955, se le conoce como "mccarthysmo" o "cacería de
brujas". Algunos cineastas, como Charles Chaplin y Orson Welles, optaron
por el exilio.
Los
años '50 representan para los norteamericanos una nueva época de bienestar que
cambió el estilo de vida, sobre todo en lo que se refiere al ocio.
La
adquisición de televisores supone un fuerte competidor para el cine. El número
de espectadores disminuye y hay que buscar maneras para recuperarlo.
La mejor
forma será dándole al público lo que la pequeña pantalla no puede:
espectacularidad. Es entonces cuando la pantalla crece, se proyecta en color y
el sonido se convierte en estéreo.
Marilyn Monroe en "La jungla de asfalto" |
Marilyn
Monroe tuvo su primer papel importante en "La jungla de asfalto"
(1950), de John Huston, a la que siguió "Eva al desnudo" (1950), de
Joseph L. Mankiewicz.
Su primer papel protagonista fue en "Los caballeros
las prefieren rubias" (1953, Howard Hawks), a la que seguirían varias películas no cómicas en las
que Marilyn intentó romper con la imagen de sex-symbol que se tenía de ella:
"Bus Stop" (1956, Joshua Logan), "Con faldas y a lo loco"
(1959, Billy Wilder), o, sobre todo, "Vidas rebeldes" (1961, John
Huston).
Con Marilyn Monroe se inició por primera vez en la historia la venta a
nivel masivo de un símbolo sexual femenino. Los franceses unos años más tarde,
lanzarán a Brigitte Bardot, como el ideal de mujer que se extenderá igualmente
por todo occidente.
Marlon Brando y James Dean, excelentes actores del
método naturalista, encarnaron con sus particulares estilos, el símbolo de una
juventud inconforme y rebelde de los años '50.Marlon Brando |
Marlon
Brando, (1924-2004), constituyó el paradigma del "método" del Actor's Studio
de Nueva York.
Fue descubierto gracias a su trabajo como Stanley Kowalski en
"Un tranvía llamado deseo" (1947), de Tennessee Williams, un
personaje a medida para el estilo de interpretación naturalista del método.
Esta obra se llevó a la pantalla en 1951 por el director Elia Kazan con gran
éxito.
Desde
entonces mostró su versatilidad interpretativa encarnando muy distintos
personajes, desde Marco Antonio en "Julio César" (1953) de Joseph L.
Mankiewicz, al motorista gamberro de "¡Salvaje!" (1954) de Laszlo
Benedek.
Recibió el Oscar al mejor actor en "La Ley del silencio"
(1954), de Elia Kazan, y aunque lo ganó de nuevo por su papel en "El
Padrino" (1972) de Francis Ford Coppola, lo rechazó en señal de protesta
por la explotación de los indios americanos por parte de la industria del cine.
James Dean |
En
el caso de James
Dean, su primer papel protagonista fue el hijo rebelde de "Al este del
Paraíso" (1955), del director Elia Kazan, que poco antes había lanzado a
la fama a Marlon Brando.
Con esta película y la ayuda de Kazan, Dean se
convirtió en un nuevo representante del método naturalista de interpretación como Marlon Brando.
Otro papel de adolescente problemático en la película de
Nicholas Ray "Rebelde sin causa" (1955), consolidó a Dean como
símbolo de la rebeldía romántica entre cierta juventud estadounidense de la
década de 1950.
En su siguiente y última película continuó encarnando esta
rebelión, interpretando un papel desafiante en "Gigante" (1956), de
George Steven, largometraje épico sobre el moderno Texas.
Tras
su muerte, en setiembre de 1955, el culto a su figura mítica se reforzó,
llegando a ser casi místico. Fue nominado para el Oscar al mejor actor a título
póstumo por "Al este del Paraíso" y de nuevo por "Gigante".
Los
jóvenes se convierten en un público potencial importante; es la época del rock.
Es también la década de los grandes melodramas y de la consolidación de los
géneros, como en el caso
del thriller; un buen ejemplo de éste último lo tenemos en los films de
Hitchcock, "Vértigo" (1958) o "La ventana indiscreta"
(1954).
Cine bélico
Paralelamente,
un capítulo especial tiene el
cine bélico, provocado fundamentalmente por las guerras de
Corea y Vietnam.
A diferencia de las películas realizadas
durante la
Segunda Guerra Mundial -bàsicamente productos de propaganda-,
y paralelamente a los títulos a favor de la intervención, la guerra de Corea se
muestra de forma más realista y, en ocasiones, con toda su crudeza. Surge una
concientización acerca de la inutilidad de las guerras y la necesidad de
denunciarlas. Obviamente, además de los largometrajes de ficción se filmaron
numerosos noticiarios.
Uno de los primeros realizadores -y
cinematográficamente más relevante- en mostrar el conflicto fue Samuel Fuller,
combatiente en el mismo.
En 1950 dirige "Casco de acero", acerca de
las escaramuzas de un sargento y su pelotón, y un año más tarde "Fixed
bayonets". En ambos films Fuller hace gala de un realismo bélico inusual,
mostrando la crueldad de la guerra, pero a la vez captando la psicología del
combatiente; en realidad, casi le interesa más la narración de la aventura
individual que colectiva.
Una de las críticas que se le ha hecho a Fuller ha
sido su ambigüedad en el tratamiento visual de la guerra ya que, por una parte,
la denunciaba verbalmente, pero, por otra, la violencia gratuita en sus films
le contradice.
Igualmente "hazañas bélicas"
hicieron Joseph H.Lewis, director de "Paralelo 38" (1952); Tay
Garnett, con su "Corea, hora cero" (1952); Richard Brooks en
"Battle circus" (1952); o Hal Bartlett en "El paso de la
muerte" (1960).
Uno de los primeros films en donde se
intuye una velada culpabilidad fue "Los puentes de Toko-Ri" (1954) de
Mark Robson, acerca de la estrecha amistad -truncada con la muerte- de dos
pilotos encargados de bombardear Corea.
Dos films, ambos de 1961, con la
desmitificación del héroe por delante, fueron "War heroe", de Burt
Topper, de carácter marcadamente antibelicista, y "War hunt", de
Denis Sanders, que aporta un agudo retrato psicológico del héroe militar al
presentárnoslo como un individuo patológico para quien el acto de heroísmo
bélico es una forma de autorealización personal inconsciente.
Todos estos títulos tuvieron un tratamiento
realista, en donde los personajes se comportan gravemente.
En plena guerra aún no declarada por los
EE.UU. a Vietnam, y ante un público dividido entre la intervención o no, el film de George Englund
"Su excelencia el embajador" (1963) supone un alegato en favor de los
neutralistas vietnamitas aunque tratado de forma paternalista. Pero exceptuando
este título, si tenemos en cuenta que los anteriores conflictos en el Pacífico
generaron un buen número de películas de ficción sobre los mismos, en el caso de Vietnam se da un
cierto desinterés por abordar el momento político y bélico en el Sudeste
asiático. La única excepción fue "Boinas verdes" (The green berets,
1968) de/y con John Wayne, y que representa una apología de la intervención
estadounidense en Vietnam, visceralmente anticomunista.
Esa actitud de no tratar la guerra en el cine, no fue la misma en el
género de reportaje-documental. Ejemplos del interés por el conflicto desde
sectores básicamente informativos fueron "Western-Eye in the North of
Vietnam" (James Cameron, 1966), documental que elogia el esfuerzo del Vietcong
por repeler la invasión americana; o "Inside North Vietnam" (Felix
Greene, 1967).
El tratamiento informativo dado a estas
cintas fue distinto -por supuesto- al de "Why Vietnam?" (1965) o
"Vietnam, Vietnam" (John Ford, 1971), films propagandísticos encargados
por el Departamento de Defensa para contrarrestar el resto de productos,
fundamentalmente pacifistas.
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