La Segunda Guerra Mundial deja en Europa destrucciones
materiales mayores que la
primera.
Los daños, al final de la guerra, parecen tan graves
como para retrasar durante mucho tiempo la recuperación de los países
desvastados; sin embargo, por varias razones -la ayuda norteamericana vía Plan
Marshall, la favorable evolución de la coyuntura mundial por el progreso de la
técnica moderna- empieza en seguida un período de expansión económica que
impone grandes transformaciones.
La reconstrucción inglesa
Como en tiempos de las primeras leyes sanitarias cien
años antes, la urbanística inglesa sirve de ejemplo y estímulo para los otros
Estados europeos.
Se realizan estudios acerca de la distribución
geográfica de la población, la concentración de las industrias y la población
industrial en las grandes ciudades; estudios para la utilización del suelo en
áreas rurales. Realizan un plan de reordenamiento de Londres, basándose en un
detallado estudio de las viviendas, y distinguiendo varias zonas concéntricas
resuelven desconcentrar el
centro, formando nuevos centros en las afueras, pero no como
ciudades dormitorio, sino como nuevas ciudades lo suficientemente grandes para
que funcionasen de forma autosuficiente.
La realización de los planes y la construcción de las nuevas ciudades se
efectúa rápidamente. A finales de 1954, la mitad aproximadamente de la
población prevista para las siete nuevas ciudades alrededor de Londres se
encuentra ya en el lugar.
El mérito máximo de los arquitectos y de las autoridades
inglesas consistió en no haber considerado la reconstrucción de los daños de la
guerra como un problema aislado, sino como parte indivisible de un proceso
total de planificación. Por primera vez desde el inicio de la revolución
industrial, las disposiciones urbanísticas no llegan con retraso respecto a los
cambios técnicos y económicos, sino que en cierto modo se anticipan.
Edificación
escandinava: El caso
de Suecia
Suecia, al margen de la guerra, no sufre destrucciones,
ni la construcción de edificios se frena tanto como para provocar una crisis de
vivienda.
La pausa bélica ofrece el tiempo para plantear un amplio y ordenado
programa de reorganización urbanística en las principales ciudades. El problema
que tienen planteado, básicamente, es el de contener el aumento de los
alquileres, dado que los costos de construcción aumentaron más del doble
respecto a antes de la guerra.
Así, las decisiones que se piden a los urbanistas se
refieren mucho más a las formas que a los contenidos. En este ambiente se
desarrolla entonces la tendencia Neo-Empírica.
Se trata de una vuelta al sentido común.
Existe la
conciencia de que los edificios están hechos para servir a los seres humanos y
no para adecuarse a la fría lógica de la teoría. Se preguntan para qué crear una pared
enteramente de vidrio, o por qué usar tejados llanos donde se comprueban siempre filtraciones de
agua...
Las ventanas que estos arquitectos diseñan tienen
dimensiones dictadas por las necesidades y siguen una composición libre. Los
materiales autóctonos se usan tanto para el exterior como para el interior,
especialmente el ladrillo y la
madera. Los edificios se adaptan al terreno y al paisaje, y
la ordenación de los árboles forma parte integrante de la composición.
[Pregunta a los navegantes latinoamericanos que visitan este blog: ¿alguna vez ocurrió algo así en alguno de sus países? ¿será que jamás podremos ver funcionar el sentido común y la planificación a partir de los problemas por estos lares?...]
Sala interior de la escuela de Solna |
La reconstrucción
en la Unión Soviética
La mayor parte se realiza en el período comprendido
entre los años 1946 y 1950, en pleno régimen stalinista.
En los primeros años se construye un poco al azar, con
medios y diseños de emergencia para dar rápidamente vivienda a quienes se habían quedado sin techo.
Rápidamente, las autoridades confirmarían la mala calidad de este tipo de
construcciones, y a partir de 1948, la Academia de Arquitectura de la URSS se
encarga de preparar los diseños, teniendo en cuenta las diferencias climáticas,
las distintas costumbres y los recursos técnicos para cinco zonas principales:
Rusia septentrional y los Estados Bálticos, Rusia Meridional, los Urales y
Siberia, Asia Central, Transcaucasia.
El problema que
tuvo esta reconstrucción fue la ilusión de poder tratar el "estilo"
como ingrediente material y prefijado del proyecto, adaptándolo luego a las
necesidades de la técnica.
El excesivo cuidado por respetar los estilos arquitectónicos
del pasado, provocaron un alto costo en la construcción, en desmedro de la
funcionalidad, la calidad de las instalaciones internas, que generalmente
tenían bastantes problemas.
Esa preferencia por defender el estilo se ve
claramente en el rechazo que muchos arquitectos soviéticos tenían respecto al
hormigón armado, "porque su color gris verdoso, similar al de un cuartel,
eliminaría la alegre claridad del estilo"
Después de la muerte de Stalin, las cosas cambian
parcialmente. La eliminación de lo superfluo en los proyectos y en la
construcción denuncia claramente los excesos estílisticos de la reconstrucción
staliniana.
Arquitectura alemana
A nivel urbanístico, Alemania sufrió mayores daños que
ningún otro país: de los diez millones y medio de viviendas de Alemania
occidental, casi cinco millones sufrieron daños, y 2.350.000 quedaron
completamente destruídas.
Pese a ello, la reconstrucción se llevó adelante con
rapidez fundamentalmente con la ayuda norteamericana y luego con las reformas
económicas impulsadas.
La reconstrucción intentó conservar todos los aspectos
antiguos y tradicionales de Alemania, llevándose adelante construcciones de
tipo artesanal con muros de ladrillo y tejados inclinados, para luego
experimentar una tendencia opuesta, hacia una arquitectura altamente
modernizada.
La arquitectura en Francia: Le Corbusier
Después
de la Segunda Guerra Mundial, estudiando un nuevo sistema de viviendas de
emergencia en serie, Le Corbusier realizó distintas versiones de la Unidad de
habitación (1946-1952), comenzando por el edificio de Marsella.
Por entonces, el arquitecto
estaba explotando todas las posibilidades plásticas del hormigón armado como
material de construcción.
En lugar de seguir los métodos de cerramiento
habituales en los rascacielos, consistente en ligeras membranas montadas sobre
estructuras invisibles, Le Corbusier puso de nuevo énfasis en la expresividad
de los cerramientos, concibiendo el
edificio como un objeto esculpido. De este modo inspiró a
otros arquitectos, sobre todo ingleses, a trabajar en un estilo que se
denominaría brutalismo, un término derivado del francés béton brut (hormigón
bruto o visto).
"La
Unité d'habitation de grandeur conforme" que comprende alrededor de 400 viviendas y contiene en su
interior o en sus prolongaciones todos los servicios para completar la vida
familiar, representa la célula fundamental para el ejido de la ciudad moderna.
Durante
la década de 1950, Le Corbusier realizó la ciudad de Chandigarh, la nueva
capital del Punjab, en el noroeste de la India. Sus tres grandes edificios
gubernamentales, levantados en la plaza del Capitolio, se cuentan entre los
ejemplos más dramáticos de la arquitectura del siglo XX.
Dos edificios
religiosos en Francia culminaron la extraordinaria carrera de Le Corbusier: la
capilla de peregrinación de Nôtre Dame du Haut (1950-1955) en Ronchamp, en el
Alto Saóne, y el monasterio dominico de La Tourette (1956-1960), en Eveux
(Rhône).
La capilla está compuesta por unas expresivas formas curvas que
encierran un espacio recogido, matizado por las sutiles luces que penetran por
los cristales coloreados, mientras que el monasterio, revestido de hormigón
visto, contiene espacios complejos para la vida en comunidad, organizados en
torno a un patio rectangular.
El hormigón armado con Nervi, Candela,
Torroja y Saarinen
El
empleo del hormigón armado continuó su perfeccionamiento técnico gracias a los
esfuerzos de una serie de ingenieros, como es el caso del italiano Pier Luigi
Nervi y del hispano-mexicano Félix Candela, discípulo en España de Eduardo
Torroja, autor de las impresionantes cubiertas del hipódromo de la Zarzuela en
Madrid (1935). Independientemente de la preocupación por el hormigón, Eero
Saarinen pulió el modelo del muro-cortina de acero y cristal en el centro técnico de la General Motors
(1957) en Warren, Michigan, en un intento de minimizar el delgado esqueleto
arquitectónico. Sin embargo, el mayor éxito lo consiguió con el aeropuerto
internacional de Dulles, cerca de Washington D.C., acabado en 1963, dos años
después de su muerte.
Arquitectura
posmoderna
En
la década de 1960 surgió entre muchos arquitectos un sentimiento de rechazo hacia
el International Style, que había degenerado desde su pureza inicial hacia
fórmulas que parecían monótonas y estériles.
Una de las corrientes
arquitectónicas que va a reaccionar contra la ortodoxia del racionalismo será
la denominada posmoderna, ligada al movimiento filosófico del mismo nombre.
El
posmodernismo en arquitectura no pretendió ser un movimiento conexionado, sino una
serie de actitudes individualistas que varían desde las tendencias
neohistoricistas de Ricardo Bofill o de Óscar Tusquets hasta los extremados
rasgos del deconstructivismo que practican Frank Gehry o Zaha Hadid, pasando
por la ironía de Robert Venturi, Helmut John o Michael Graves.
El polifacético
Philip Johnson dio un espaldarazo a la corriente posmoderna con la erección del
edificio AT & T (1982) de Nueva York, un rascacielos coronado por un
frontón partido.
El nuevo ambiente internacional
Cuando
empieza la Segunda Guerra Mundial, el movimiento moderno ha producido sus
efectos en todos los paises del mundo, pero lo que sucede fuera de Europa y
América del norte aparece solo como una consecuencia de las experiencias
europeas y norteamericanas.
En cambio, en la segunda posguerra se inicia un
vasto movimiento de revisión de los aportes recibidos y, al menos en dos
casos -Brasil y Japón- se obtienen resultados de valor internacional, desligado
de los movimientos europeos o estadounidenses y capaces, sin embargo, de
estimular las experiencias en curso tanto del Viejo como del Nuevo Mundo.
Brasil
El
vuelco decisivo coincide con la revolución de Getulio Vargas de 1930. La clase
política que accede al poder sale del mismo mundo en que se apoyan los artistas
de vanguardia, que a partir de ese momento pasan a formar parte de la élite
dirigente.
La
adaptación de los aportes internacionales al clima y costumbres locales se
aprecia sobre todo en aquellas obras cuyo proyecto arquitectónico se relaciona
con el proyecto urbanístico.
Una
de las obras más importantes de este período es la construcción del Ministerio
de Educación y Sanidad. Los arquitectos Lucio Costa, Oscar Niemeyer, A. Reidy y
E. Vasconcellos son los responsables de la obra, con la participación de Le
Corbusier como consejero invitado.
Los
modernos arquitectos brasileños tuvieron buenas oportunidades de realización en
este período, y el proyecto sin duda más ambicioso fue el de la construcción de
la nueva capital del estado: Brasilia.
La construcción de los dos primeros
edificios (la casa del gobernador, y un hotel para los huéspedes oficiales) se
le encarga a Niemeyer; y el proyecto ganador en el concurso fue el de Lucio
Costa.
Costa
diseñó la ciudad trazando dos ejes que se cruzan en ángulo recto en forma de
cruz. El eje norte-sur, tratado como una moderna autopista que conduce el
tráfico exterior al corazón de la ciudad, mientras el eje este-oeste, une las
áreas rectoras y forma la directriz monumental el nuevo centro político, con
los principales edificios gubernamentales en una plaza de forma triangular.
El
principal problema que se presentó consistió en que mientras la ciudad diseñada
tomaba su forma, muchas iniciativas de edificación fueron apareciendo por otro
lado y ocupan las orillas del "lago" artificial.
Así, la figura
geométrica pretendida no ocupa ya la totalidad del organismo urbano, sino sólo a su núcleo, en cuyo
derredor se extiende una periferia totalmente desconectada.
Costa
y Niemeyer tratan de crear un nuevo paisaje urbano, experimentando a una nueva escala las
fórmulas de composición ya descubiertas. Con ese mismo objeto, Niemeyer fuerza
los efectos que puede conseguir con los elementos constructivos comunes hasta
el punto de deformar su significado, presentándolos aislados del contexto
habitual, como si se tratara de enormes objetos encontrados. Sus arquitecturas
adquieren así, una entonación surrealista, asemejándose a las pinturas de Dalí o
de Andreade Filho.
Se
ha discutido la naturaleza de los instrumentos adoptados, indudablemente
artificiosos, y se ha estado acerca de los resultados de la aplicación de estos
nuevos instrumentos, que de hecho, se anticipan en muchos aspectos a los
problemas de la planificación de las ciudades del futuro.
La caída del sistema democrático y el inicio de la
dictadura militar en 1964, dispersó a los arquitectos modernos e impidió que se
desarrollaran con continuidad los proyectos iniciados.
Japón
Japón
constituye el único país donde una tradición distinta a la occidental, -y no
naturalista o primitiva, sino ilustre y sumamente refinada- ha sido sacudida
por los aportes occidentales y ha podido desarrollarse de forma original,
alcanzando resultados de valor internacional.
Mientras
que en occidente el arte chino y japonés actúan como estímulo indirecto desde
las experiencias vanguardistas de la primera posguerra, en el Japón, el
repertorio del arte occidental se utiliza en una primera etapa, al estricto pie
de la letra.
Entre
1930 y 1937 el movimiento moderno japonés produce las primeras obras
importantes: algunas casas de S. Horiguchi, en las cuales se consigue por
primera vez una verdadera integración estructural entre los aportes
occidentales y orientales.
Japón
sufre muchos daños materiales tras los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra
mundial. La reconstrucción -lenta al principio- se vió promovida por las
fuerzas de ocupación norteamericana, y se intensificó a partir de 1950.
Pese
al reconocimiento de la modernidad de la casa tradicional japonesa, con sus
elementos unificados, la continuidad entre interior y exterior, y la capacidad
orgánica de ampliación, la nueva generación de arquitectos está convencida de
que es imposible basarse en la conservación de aquella antigua armonía, ya imposible
de reproducir en el mundo actual. Debido a esto, se vuelcan a una ruptura
parcial haciendo gravitar la importancia de los contenidos y no de las formas.
Hiroshima |
Se construyen edificios de vivienda colectivos de hormigón armado, con amplias zonas peatonales, cubiertas y
al aire libre,
con el objetivo de crear un auténtico centro cívico, en el sentido europeo.
Entre
las obras más importantes se destacan "el memorial de Hiroshima"; las
oficinas de la Prefectura en Kagawa, el Palacio Municipal de Tokio, de Kenzo
Tange.
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