El arte de la posguerra y de los años sesenta se vió
fuertemente influenciado por los acontecimientos históricos y sociales de la época. La evolución y el
surgimiento de nuevas corrientes plásticas; el auge de la música joven a nivel
masivo; el desarrollo del cine como expresión artística, ilustraron con gran
riqueza los fermentales tiempos que se vivían.
El
arte de la segunda posguerra
Introducción
Al final de la Segunda Guerra Mundial se produjo entre
los artistas una reacción psicológica ante lo que éstos años habían traído
consigo. Muchos pintores, la mayoría jóvenes, intentaban exorcizar en sus telas
la variedad de la existencia, la desesperación que todas las cosas del mundo
parecían proclamar. Presentan a los ojos del espectador una realidad mezquina;
el silencio que invade estos cuadros es la mudez de la desesperanza, nacida de
la descepción, de la confesión de que toda esperanza ha muerto.
Paralelamente se pone en circulación la idea de que, al
comienzo de su acto creador, el artista no tiene un concepto claro de lo que va
a salir de su tela. Es algo totalmente diferente de lo hecho por las generaciones
anteriores, que trabajaban partiendo de un concepto para llegar a su
realización de la manera más clara posible.
Muchas de las corrientes surgidas en las primeras
décadas del siglo continuaron su evolución y sus diferentes manifestaciones;
otros se transformaron y tal vez influenciados por los acontecimientos
históricos, generaron nuevos movimientos.
El movimiento cultural
se desarrolló con mayor intensidad en los Estados Unidos, debido a la presencia
de numerosos artistas europeos exiliados durante la guerra. Allí surgirán
movimientos relacionados estrechamente con la coyuntura económica y social y,
particularmente, el gran desarrollo de la sociedad de consumo.
Panorama
de la pintura europea
Fueron los pintores europeos los que expresaron con más
desazón las angustias y la desesperanza tras los sucesos vividos con la guerra.
Francis Bacon. "Figura tendida" (1966) |
La obra del pintor británico de origen irlandés Francis
Bacon es la que mejor expresa la ansiedad y el sentimiento de opresión de
nuestros tiempos, obsesionados por la amenaza de extinción total que surge de
las armas que nosotros mismos hemos creado.
Por medio de su peculiar manipulación del espacio y del
uso de colores lívidos y fantasmales, sus telas evocan ese terror paralizante
que conoce tan bien nuestra época. El espacio en los cuadros de Bacon es como
una jaula cerrada en torno a figuras que, en su angustia y desesperación,
intentan forzar sus barrotes.
Limitando su técnica a unos contornos osados y sinuosos,
y a zonas de color fluído, destaca la espantosa fuerza de temas que ya de por
sí angustian al espectador.
El sentimiento romántico de que la esperanza ha muerto,
se puede apreciar en las pinturas y grabados figurativos del francés Bernard
Buffet, los cuales expresan un sentimiento de ansiedad asociada al movimiento
filosófico existencialista, que concibe a los hombres como seres que crean su
propio mundo al rebelarse contra la autoridad y aceptan la responsabilidad
personal de sus acciones, sin el respaldo ni el auxilio de la sociedad, la
moral tradicional o la fe religiosa; sólo les queda negarse y rebelarse.
Entre las pinturas que exponen su mensaje por medio de
símbolos caligráficos, las de André Masson son testimonio de un mundo
sentimental turbulento e intranquilo.André Masson. "Génesis I" (1958) |
Estos jeroglíficos poseen un conocimiento propio, una
emoción casi caótica. Masson, que durante largo tiempo ha sentido la opresión
de las cosas reales, siente el caótico torbellino del mundo como una amenaza.
Otros pintores se volcaron más a tomar como punto de
partida el color.
Es el caso por ejemplo, del ruso nacionalizado francés
Nicolás de Staël, cuya obra está en la frontera entre la abstracción y el
realismo. El color abstracto es su base, y éste hace salir, como por arte de
magia, una gama de formas. Esta metamorfosis confiere a sus telas una
significación que en último término proviene de su sentimiento panteista de la
vida. El color es la materia prima con la que el artista crea su mundo.
Nicolás de Stael. "Paisaje siciliano" (1955) |
También el pintor holandés Gerrit Benner usa el color
como punto de partida y construye sus armonías basándose en él. Su mundo es el
de un niño que contempla admirado hombres y animales, y la armonía que su
espíritu descubre es el sencillo ambiente en que se desarrolla la vida
diaria. Como los pintores del Blaue reiter, intenta descubrir la unidad que
enlaza todas las cosas de la naturaleza unas con otras y con el hombre.
Gerrit Benner. "Granja" (1954) |
En el caso de Ernst Wilhelm Nay pasó lentamente desde el
expresionismo a la abstracción. Después de la guerra, Nay descartó todo lo que
pudiera hacer pensar en objetos reales y dejó que el color llevara su propia e
independiente vida. Sus colores se despliegan con toda su fuerza en un himno
dionisíaco, en radiantes racimos de color y sólo color.
Ernst Wilhelm Nay. "Parábola" (1958) |
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