EL RENACIMIENTO DE JAPÓN
Japón salía de la
guerra derrotado y humillado.
En menos de cuatro
años había perdido casi dos millones de hombres, mientras su flota -que había
sido una de las mayores del mundo- y su aviación quedaban reducidas
prácticamente a nada.
La ocupación
norteamericana, que convirtió el imperio del Sol Naciente en una monarquía
constitucional de tipo ioccidental, realizó una intensa campaña
tendiente a difundir el
concepto de la
democracia.
Paralelamente se introdujeron reformas en los
órdenes económico, jurídico y social, con el objetivo de reactivar los
mecanismos productivos de un país postrado y desorientado por el desastroso
descenlace de la
guerra.
Paradógicamente, la economía japonesa pudo
recuperarse gracias a un nuevo conflicto bélico, la
guerra de Corea, a la que sin embargo Japón se mantuvo ajeno: en efecto,
los pedidos norteamericanos de material bélico crearon las premisas para un
rápido proceso de expansión industrial.
En el plano político, el país, tras la
firma de los tratados de paz que le devolvían la soberanía plena, se encontró
frente a la necesidad de crearse una posición internacional que le permitiera
desempeñar un papel propio en el complejo juego del equilibrio mundial. El
problema se resolvió -no sin tensiones internas- mediante la aceptación de una
relación privilegiada con los Estados Unidos, concretada en 1960 con el tratado
de seguridad nipon-norteamericano.
La abundancia de mano
de obra calificada permitió al país, pobre en materias primas, especializarse en
una producción industrial basada sobre todo en las actividades de
transformación. Con su elevadísima productividad, el Japón logró contener los
precios y conquistar importantes mercados en Asia, América y Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario