El proceso de descolonización
iniciado en las primeras décadas del siglo veinte alcanzó un impulso mayor tras
la Segunda Guerra Mundial; las aspiraciones nacionalistas se reforzaban frente
a los maltrechos imperios coloniales, y un nuevo orden mundial que necesitaba
estados independientes para comerciar.
El proceso de descolonización
A partir de la Segunda Guerra
Mundial los imperios coloniales que varios países europeos mantenían en Asia,
África y Oceania comenzaron a desmoronarse.
El punto de partida se dio en
1947, cuando Gran Bretaña debió conceder la independencia a la India, Pakistán,
Birmania y Ceilán.
A lo largo de las siguientes
décadas aparecerían nuevos países independientes, nuevos miembros de las
Naciones Unidas y abundantes brotes de reacción -generalmente violenta- contra
la arrogancia hegemónica europea que le había pemitido a este continente
consolidar en el siglo XIX el control de buena parte del mundo.
Durante la
postguerra la descolonización asumió un valor inseparable del derecho a la
libertad y a la dignidad de los pueblos hasta entonces sometidos.
África, que en su casi
totalidad -a excepción de Liberia- había estado bajo el estatuto colonial a
comienzos de este siglo, fue el escenario central del fenómeno. Allí se
destacaba la presencia de Inglaterra (una cadena de posesiones desde el Cabo
hasta El Cairo) y de Francia (Argelia, El Sahara, Marruecos y la zona
ecuatorial), además de Bélgica (Congo), Portugal (Mozambique, Angola), Italia y
España.
El proceso de emancipación se
aceleró a fines de los años 50 y prosiguió en la década del '60, con la
libertad de 22 países más, entre ellos Kenia, Ghana, Madagascar, Argelia y
Nigeria. Esta separación de las metrópolis provocó luego frecuentes
inestabilidades políticas y guerras regionales, que en ocasiones se han
prolongado hasta hoy.
LA
DESCOLONIZACIÓN TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Pese a que en las primeras
cuatro décadas del siglo XX, la mayoría de los países del Cercano Oriente
habían conquistado la independencia, con el fin de la Segunda Guerra Mundial
aún quedaban vestigios en Asia y África, de los viejos colonialismos europeos
que habían dominado grandes zonas del mundo durante el siglo XIX.
UNIÓN
INDIA
La efervescencia nacionalista
fue continua en la India, aun antes del último conflicto mundial, especialmente
desde las campañas de resistencia pasiva promovidas por Gandhi, precursor del
movimiento de independencia.
Los británicos, debido a las
crecientes manifestaciones de nacionalismo indio, fueron otorgando ciertos
derechos políticos como la Ley de Gobierno de India que preveia entre otras el
establecimiento de cuerpos legislativos autónomos en las provinicias de la
India británica, la creación de un gobierno representativo de las provincias y
los estados principescos y la protección a las minorías musulmanas. También
preveía una legislatura nacional bicameral, pero con un brazo ejecutivo bajo el
control británico. Esta ley, en principio aceptada, no cambió el deseo de los
nacionalistas indios de obtener la independencia total.
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial
el virrey de la India, Victor Alexander John Hope, Marqués de Linlithgow,
declaró la guerra a Alemania en nombre de la India. Este paso, dado
de acuerdo con la Constitución de 1937 pero sin consultar a los jefes indios,
alejó a Gandhi y a importantes sectores del Congreso Nacional Indio. Los
nacionalistas indios reanudaron sus manifestaciones de desobediencia civil e intensificaron la campaña por un autogobierno inmediato, designándolo como
su precio por la cooperación en la guerra.
Terminada la guerra, el gobierno
británico no trató de eludir sus promesas de tomar en consideración las
reinvindicaciones indias. Antes de un año, eran convocadas elecciones
constitucionales en la India -julio de 1946-, y el Partido del Congreso,
dirigido por Nehru, obtuvo la mayoría absoluta de los escaños.
Los
representantes de la
Liga Musulmana no quisieron participar en aquella asamblea,
exigiendo la creación de un estado musulmán independiente y, a tal efecto, en
junio de 1947 -bajo lel auspicio de los británicos- quedó decidida la partición
en dos estados -Indostán y Pakistán-, proclamándose poco después la
independencia de los grandes dominios.
Los ingleses abandonaron
desde el punto de vista político la península indostánica, pero las tensiones
producidas por la abolición del régimen de castas, la absorción de los estados
principescos, las transferencias y cambios de tribus y poblaciones de unas
comarcas a otras, provocaron motines, persecusiones y matanzas.
En enero de 1948, Gandhi
sucumbía asesinado por un partidario del sistema de castas y, en setiembre del
mismo año, fallecía Ali Jinnah, dirigente de la Liga Musulmana y
del Pakistán. Aunque luego la hostilidad entre los dos estados disminuyó algo,
continuaron observándose con recelo, porque ambos reivindicaban para sí -y siguen
reivindicándola- la zona de Cachemira, situada al norte del país.
Los nuevos estados de
la India y Pakistán fueron creados a partir de criterios religiosos. Las áreas
habitadas sobre todo por los hindúes fueron asignadas a la India y aquellas con
una mayoría de población musulmana a Pakistán.
Debido a que la abrumadora
mayoría de la población del subcontinente indio es hindú, la división dio como
resultado la inclusión dentro de la Unión India, como se llamaba el país entonces, de
la mayor parte de los 562 estados principescos que existían antes del 15 de
agosto de 1947 así como la mayoría de las provincias británicas.
El fin del mandato británico
fue recibido con entusiasmo por indios de cada fe religiosa y creencia
política. El 15 de agosto de 1947, señalado oficialmente como el día de la
independencia india, tuvieron lugar ceremonias de celebración en todas las
partes del subcontinente y en las comunidades indias en el extranjero. Estas
ceremonias, sin embargo, tuvieron lugar en contraste con un fondo ominoso de
antagonismo entre los hindúes y musulmanes, y entre los sijs y los musulmanes,
especialmente enconados en regiones compartidas casi por igual por miembros de
las diferentes creencias. Esto tuvo como consecuencia migraciones de pueblos
hacia uno y otro lado de la frontera entre los dos nuevos países.
Guerra en Cachemira
Cachemira, un estado
principesco habitado sobre todo por musulmanes pero gobernado por un hindú, se
convirtió en el siguiente gran foco de fricción entre la India y Pakistán.
El
24 de octubre de 1947 insurgentes musulmanes apoyados por correligionarios
invasores procedentes de la provincia de la Frontera Noroccidental
de Pakistán, proclamaron el establecimiento de un gobierno provisional de
Cachemira. Tres días más tarde Hari Singh, el maharaja hindú de Cachemira,
anunció la entrada de Cachemira en la Unión India.
Al
aprobar la decisión del maharaja y con la promesa de un plebiscito después de
restaurar la paz, el gobierno indio mandó tropas a Srinagar, capital de
Cachemira y principal objetivo de los insurgentes. La agitación política en
Cachemira estaba dirigida por Sheikh Abdullah, el dirigente del mayor partido
secular de la región, quien estaba a favor de la entrada de Cachemira en la India. Las hostilidades
pronto adquirieron proporciones serias y en el año nuevo de 1948 el gobierno
indio formuló una queja formal ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en el
que acusaba a Pakistán de prestar ayuda a los insurgentes musulmanes.
A pesar de los
repetidos intentos del Consejo de Seguridad para obtener una tregua en el área
en conflicto, las luchas continuaron durante todo 1948. Los esfuerzos
pacificadores del Consejo de Seguridad al final tuvieron éxito en enero de
1949, cuando tanto la India como Pakistán aceptaron las propuestas de un
plebiscito sobre el futuro político de Cachemira, que se realizó bajo los
auspicios de la ONU. Ambos
gobiernos emitieron las órdenes de alto el fuego el mismo día. Entre otras
cosas, el plan de la ONU estipulaba la retirada de las tropas de combate del
estado, la vuelta de los refugiados deseosos de participar en el plebiscito y
un voto libre e imparcial bajo la dirección de una personalidad de alto
prestigio internacional. En marzo de 1949 el Secretario General de la ONU,
Trygve Lie, eligió al almirante norteamericano Chester W. Nimitz como
administrador del plebiscito de Cachemira.
Aunque la India y
Pakistán acordaron, en julio de 1949, una línea que demarcara sus zonas
respectivas de ocupación en Cachemira, las dos naciones fueron incapaces de solucionar
sus diferencias sobre los términos del plebiscito propuesto. El punto muerto se
debía sobre todo a la insistencia de la India de que las tropas pakistaníes
abandonaran el territorio en disputa antes del plebiscito y la negativa de
Pakistán de salir de allí a menos que los indios hicieran lo mismo.
Primeros años como República
La
Asamblea Constituyente India aprobó una Constitución
republicana para la Unión el 26 de noviembre de 1949. Estaba compuesta por un
preámbulo, 395 artículos y 8 apéndices; el documento demostró ser más
voluminoso que cualquier otro cuerpo de leyes orgánicas existentes. Una de las
características de la Constitución es un cláusula declarando ilegal la
intocabilidad, antigua costumbre de las castas que había condenado a unos 40
millones de hindúes a la degradación social y económica. El discípulo de Gandhi
y líder del Congreso de toda la India, Rajendra Prasad, fue elegido como primer
presidente de la república en enero de 1950. Tal como estaba previsto por la
constitución, la república se proclamó el 26 de enero. La Asamblea Constituyente
se reconstituyó entonces en un parlamento provisional y Jawaharlal Nehru fue
elegido primer ministro.
No alineamiento
Durante su primer año
como república, la India fue adquiriendo un papel más destacado en los asuntos
internacionales, en especial en las deliberaciones y actividades de la ONU. El gobierno de Nehru,
que se había adherido a políticas que se desarrollaron en el periodo anterior a
la república, mantuvo una posición neutral con respecto a la Guerra fría entre el bloque soviético y las
democracias occidentales.
Durante su período
gubernamental, Nehru osciló entre los dos bloques, el norteamericano y el
soviético, observando una política de neutralidad, lo que le granjeó cierto
influjo y simpatías.
Junto con Josip Broz (Tito)
presidente de Yugoslavia y Gamal Abdel Nasser de Egipto, formaron la Organización de Estados no-Alineados, un grupo de
Estados que declaraban su neutralidad ante el enfrentamiento Este-Oeste durante
la Guerra Fría.
Ayuda extranjera
Hay que destacar entre
los asuntos nacionales que tuvieron lugar durante el primer año de mandato
republicano una serie de desastres naturales, sobre todo una sequía prolongada
en el sur de India y fuertes terremotos e inundaciones en Assam. De acuerdo con
una estimación oficial hecha en noviembre de 1950 se perdieron unos 6 millones
de toneladas de grano y otros alimentos. Durante el periodo de hambre que
siguió, gran parte de la población se vio obligada a subsistir con una ración diaria
de 57 gramos
de arroz.
El gobierno comenzó a
aplicar políticas de control de la natalidad, así como una reestructura de los
métodos tradicionales agrícolas, planes de irrigación y proyectos
hidroeléctricos así como de fomento al
desarrollo industrial.
En diciembre de 1950,
la India pidió a Estados Unidos ayuda en alimentos por un valor de 200 millones
de dólares. En febrero de 1951 el
presidente norteamericano Harry S. Truman solicitó al
congreso que promulgase una legislación que proporcionase dos millones de
toneladas de grano para ayuda a la India. Esta petición levantó una oposición
considerable en el Congreso, en especial a causa de la política india respecto
a la guerra de Corea. Las restricciones indias a la exportación de ciertos
materiales estratégicos también provocaron la oposición en el congreso a las
medidas de ayuda. Nehru declaró que la India rechazaría aceptar ayuda
"atada con hilos políticos" y en junio de 1951 el congreso aprobó por
fin un préstamo de socorro de 190 millones de dólares. Así también durante el
año 1952 aceptó cargamentos de alimentos, para socorrer el hambre, que
procedían de la
República Popular China y la Unión Soviética,
pero sólo después de que ambos países accedieran a las estipulaciones indias en
contra de unos posibles ‘hilos políticos’.
PAKISTÁN
La división del
subcontinente indio -como ya se ha mencionado- provocó el traslado de la población.
Aproximadamente 6 millones de hindúes y sijs salieron de
Pakistán hacia la India, mientras que otros 8 millones de musulmanes hicieron
el viaje contrario.
El traslado
demográfico estuvo acompañado por un brote de violencia interétnica que provocó
masacres y que reforzó el odio entre los dos países. La enemistad se
intensificó más debido a los conflictos sobre la posesión de los antiguos
estados nativos de la
India. Casi la totalidad de esas 562 formas de gobierno
ampliamente dispersas se unieron bien a la India o a Pakistán; sin embargo, los
príncipes de Hiderabad, Junagat y Cachemira decidieron no unirse a ningún país.
El 15 de agosto de
1947 esos tres estados pasaron a ser técnicamente independientes, pero cuando
el dirigente musulmán de Junagadh (de población predominantemente hindú) se
unió a Pakistán un mes más tarde, la India se anexionó su territorio. El
príncipe musulmán de Hiderabad (con mayoría de la población hindú) intentó
posponer cualquier decisión, pero en setiembre de 1948 la India también se
anexionó el territorio. El mandato hindú de Jammu y Cachemira, con un 85% de
población musulmana, decidió unirse a la India.
Pakistán protestó ante
estas anexiones que no respetaban los deseos y estalló la guerra entre ambos
países. Aunque las Naciones Unidas posteriormente resolvieron que debía
mantenerse un plebiscito bajo los auspicios de la ONU que determinara el futuro
de Cachemira, la India continuó ocupando aproximadamente los dos tercios del
estado y se negó a mantener
el plebiscito. Este punto muerto, que todavía se mantiene, ha
intensificado el recelo y el antagonismo entre los dos países.
El primer gobierno
independiente de Pakistán estuvo encabezado por el primer ministro Liaqat Ali
Khan. Muhammad Ali Jinnah fue el gobernador general hasta su muerte en 1948.
Desde 1947 hasta 1951 el país tuvo una época de verdadera inestabilidad. El
gobierno tuvo que repartir sus esfuerzos entre organizar los órganos e
instituciones del nuevo Estado con la acogida de gran número de refugiados
procedentes de la India, a los que se unió la actitud de dirigentes de los
anteriores estados, que desafiaban su autoridad. Además, no consiguió atraer la
esperanza popular, al fracasar el programa de reformas económicas y sociales.
En su política
exterior Liaqat estableció relaciones amistosas con los Estados Unidos, con la
visita al presidente Harry S. Truman en 1950. La visita de Liaqat a Estados
Unidos ocasionó un distanciamiento entre las relaciones de Pakistán y la URSS,
porque Liaqat había aceptado con anterioridad una invitación de Moscú que nunca
realizó. Los Estados Unidos no dieron ayuda sustancial a Pakistán hasta tres
años después, pero la URSS, el
vecino más próximo a Pakistán, se sentía ofendido.
Después del asesinato
de Liaqat en 1951, Jawaya Nazim al-Din, un paquistaní oriental que había sido
gobernador general desde el fallecimiento de Jinnah, se convirtió en primer
ministro. Sin embargo, incapaz de evitar el desgaste de la popularidad de la Liga Musulmana en
Pakistán Oriental, fue obligado a
ceder el cargo a otro paquistaní oriental, Muhammad Ali
Bogra, en 1953.
Tras la derrota de la Liga Musulmana en
las elecciones de Pakistán Oriental en 1954, el gobernador general disolvió la
Asamblea constituyente por considerarla no representativa. La Liga Musulmana
tampoco dominó la nueva
Asamblea que se reunió en 1955. Chaudhri Muhammad Ali, un
paquistaní occidental, sustituyó a Muhammad Ali Bogra. Al mismo tiempo,
Iskandar Mirza se convirtió en el gobernador general del país.
La
nueva Asamblea
constituyente promulgó un proyecto de ley que organizaba las cuatro provincias
de Pakistán Occidental en una unidad política y administrativa que se hizo
efectiva en octubre de 1955. La Asamblea también promulgó una nueva
Constitución, que se adoptó el 2
de marzo de 1956 y declaraba Pakistán como una república islámica. Mirza fue
elegido presidente provisional.
A pesar de la nueva Constitución,
la inestabilidad política continuó debido a que no hubo ningún partido
mayoritario estable en la Asamblea Nacional. La inestabilidad política
culminó con la toma del poder por parte del general Muhammad Ayyub Kan,
comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, quien gobernó en forma absolutista
durante más de diez años. Pese a ciertos progresos, como la formación de las
"democracias básicas" -una especie de descentralización gubernamental
con responsabilidades particulares de acuerdo a la escala en el gobierno- no
logró resolver los problemas endémicos de la sociedad pakistaní.
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