1948. Tras el holocausto
sufrido por el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial,
la antigua reivindicación de tener un lugar en el mundo es escuchada. La ONU
legitima entonces la creación del Estado de Israel en Palestina.
La
creación del Estado de Israel
La creación del Estado de Israel legitimada por parte de
las Naciones Unidas en 1948, como consecuencia del holocausto sufrido por la
población judía europea en la Segunda Guerra Mundial, constituía una
reivindicación específica desde fines del siglo XIX.
El
fundamento ideológico del Estado, de la mayor parte de sus partidos e
instituciones políticas contemporáneas y de los individuos que las han
establecido proviene del movimiento sionista, que adoptó como objetivo principal
el crear "para el pueblo judío una patria en Palestina, afianzada por el
derecho público".
El período anterior
a la independencia
A
comienzos del siglo XX no había muchos judíos en Palestina; su número en esta
zona aumentó de 12.000 en 1845. hasta aproximadamente 85.000, en 1914.
La
mayoría de los habitantes de Palestina eran árabes musulmanes y cristianos. El
respaldo al movimiento sionista procedía sobre todo de los judíos de Europa y
Estados Unidos.
Durante
la Primera
Guerra Mundial (1914-1918) el movimiento sionista consiguió
el respaldo de Gran Bretaña, que buscaba el apoyo del pueblo judío en su lucha
contra Alemania. El gobierno británico manifestó sus intenciones en 1917 en
forma de carta del ministro de Asuntos Exteriores Arthur James Balfour a los
dirigentes sionistas en Gran Bretaña. Según este documento, el gobierno
británico aprobaría el establecimiento en Palestina de una patria para el
pueblo judío y no regatearía esfuerzos para facilitar la consecución de este
objetivo, quedando muy claro que nunca se haría nada que perjudicara los
derechos religiosos y civiles de las comunidades no judías existentes en
Palestina o los derechos y el estatus político de los judíos residentes en el
extranjero.
Tras
la Primera
Guerra Mundial, los términos de la Declaración de Balfour se
incluyeron en el Mandato de Palestina aprobado por la Sociedad de Naciones en
1922. El Mandato encargó a Gran Bretaña la gestión de Palestina y le confió la
tarea de ayudar a los judíos para "reconstituir su patria en ese país".
Durante el periodo del Mandato británico, que duró hasta
1948, comenzaron a realizarse asentamientos judíos de gran envergadura y a
desarrollarse grandes empresas agrícolas e industriales sionistas. La comunidad
judía se multiplicó por diez durante este periodo, especialmente en la década
de 1930, en la que un gran número de judíos huyeron de las persecuciones nazis
en Europa. Tel Aviv se convirtió en la comunidad judía más importante del país,
se fundaron docenas de ciudades y pueblos y se establecieron centenares de
colectividades agrícolas judías (kibbutzim) y de cooperativas.
La
comunidad judía amplió sus instituciones representativas y democráticas tras la Guerra Mundial. Entre
estas instituciones figuraba una asamblea electiva, el Consejo Nacional, que
se ocupaba de los asuntos cotidianos de la comunidad en lo referente a
educación, salud, servicios sociales, asistencia y otros servicios.
La vida
religiosa judía la controlaba un Consejo de Rabinos que supervisaba y se
ocupaba de matrimonios, divorcios y otros asuntos familiares. Las instituciones
del gobierno local también se desarrollaron para administrar la vida de Tel
Aviv y de otros pequeños pueblos judíos. El sistema educativo, que cultivaba la
lengua y la cultura hebreas, se expandió y se fundó la Universidad Hebrea
de Jerusalén. La Organización Sionista Mundial y la Agencia Judía de
Palestina ayudó a la comunidad, consiguiendo fondos en el extranjero,
reclutando inmigrantes judíos y buscando el apoyo político de los gobiernos
occidentales.
Revueltas árabes y
judías
Los
funcionarios británicos, dependientes del Alto Comisionado para Palestina,
nombrados por el gobierno de Londres, eran los responsables de la defensa y la
seguridad, de la inmigración, del servicio de correos, del transporte y de las
instalaciones portuarias. Eran la máxima autoridad y los responsables del
gobierno del país.
Los
británicos intentaron mantener el frágil equilibrio entre los intereses y
reivindicaciones de la comunidad judía y los de la población predominantemente
árabe del país.
La
oposición árabe al gobierno británico y al sionismo fue creciendo a medida que
aumentaba la inmigración judía a Palestina y se extendían los asentamientos
judíos. Durante el Mandato británico, el estallido de numerosos alzamientos de
carácter nacionalista culminó con un levantamiento árabe (1936-1939) que fue
finalmente reprimido por el Ejército británico en vísperas de la
Segunda Guerra Mundial.
Con
el ascenso del nazismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial,
los líderes sionistas se percataron de las dimensiones de la persecución y de
los asesinatos de judíos realizados por la Alemania nazi; como consecuencia
directa se intensificaron sus reivindicaciones para conseguir un régimen de
autogobierno y facilitar la inmigración a Palestina que permitiera el
asentamiento de judíos en esta tierra.
En
Palestina, la comunidad judía se unió a esta postura oponiéndose a las
autoridades británicas e intentando favorecer la inmigración de refugiados (a la que Gran Bretaña
se oponía) provenientes de una Europa destrozada por la guerra. Al finalizar la
guerra, la mayor parte del "Yishuv"(comunidad judía) se levantó
contra la dominación británica.
La consecución de
la independencia
En
1947, Gran Bretaña, exhausta tras siete años de guerra, decidió abandonar
Palestina y recurrió a las Naciones Unidas (ONU) en busca de asesoramiento.
Como respuesta, la ONU convocó su primera sesión especial en 1947 y el 29 de
noviembre de 1947 adoptó un Plan de Partición que proyectaba la división de
Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, con Jerusalén como zona
internacional bajo la jurisdicción de la ONU; ambos tendrían una organización
económica conjunta.
La resolución de la división fue aprobada en el seno de la
ONU por 33 votos favorables frente a 13 en contra, y contó con el apoyo de
Estados Unidos y la
Unión Soviética. Los británicos se abstuvieron.
En
Palestina, las protestas árabes contra la partición estallaron con violencia,
se produjeron ataques contra los asentamientos judíos que pronto adquirieron
las dimensiones de una auténtica guerra.
Cuando
quedó claro que los británicos tenían la intención de abandonar el país, hacia
el 15 de mayo, los líderes del Yishuv decidieron llevar a cabo la parte del
plan que tenía como finalidad establecer un Estado judío. En Tel Aviv, el 14 de
mayo de 1948, el Consejo Provisional del Estado, antiguo Consejo Nacional, en
representación del pueblo judío de Palestina y del movimiento sionista mundial,
proclamó el establecimiento del Estado judío de Palestina, que se llamaría
Medinat Israel (Estado de Israel) y estaría abierto a la inmigración de judíos
dispersos por todo el mundo.
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