Con
una combinación fulminante de sensualidad e ingenuidad, Brigitte Bardot con su
cabello rubio, grandes ojos de gato y labios carnosos se transformó en el
símbolo sexual de los años sesenta.
La
actriz francesa considerada el gran mito erótico de los últimos años de la
década de 1950 hasta los años '70, encarnaba la fantasía colectiva de la
"esposa-niña", que se exportaría a todo el mundo después de que Roger Vadim (con el
que se casó) la dirigiera en 1956 en "Y Dios creó a la mujer".
Con
una combinación fulminante de sensualidad e ingenuidad Brigitte Bardot con su
look-cabello rubio, grandes ojos de gato y labios carnosos- enloquecieron al
público en todo el mundo.
Nacida
en Neuilly en 1934, un lujoso barrio de París, soñó con dedicarse al ballet
clásico, por lo que ingresó en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático de
la capital francesa. Muy pronto, sin embargo, en 1952, su carrera se orientó
hacia la interpretación cinematográfica, actuando en comedias como "Le
trou normand", de Jean Boyer.
A
pesar de que trabajó con directores prestigiosos como Claude Autant-Lara,
Christina-Jaque, Louis Malle, o Jean Luc Godard, el público se interesaba más
por la "estrella" y su apariencia física que por la actriz, por lo
que abandonó el cine. Retirada en Saint Tropez se ha distinguido por su
dedicación a la protección de los animales.
Entre
sus mejores películas están "La verdad" (1960) de Henri G. Clouzot;
"Vida privada" (1961) de Louis Malle y "El desprecio"
(1963) de Jean Luc Godard.
En El desprecio, por lo menos, Godard la explotó como producto sexual en forma explícita.
A
pesar de varios años de inactividad cinematográfica, Bardot ha conservado el
estatus de una estrella.
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