6 de octubre de 1973. Fecha de Yom Kippur. El día de
ayuno sagrado para los judíos, Egipto y Siria iniciaron una ofensiva por
sorpresa sobre Israel para recuperar los territorios que habían perdido en 1967
tras la Guerra de los Seis Días. El conflicto tendrá importantes repercusiones
y tardará mucho tiempo en resolverse.
La
guerra del Yom Kippur y sus repercusiones
Tres años de relativa calma en las fronteras fueron
destrozados en Yom Kippur (Día de la Expiación), el más sagrado día del año
judío, cuando Egipto y Siria lanzaron un sorpresivo ataque coordinado contra
Israel el 6 de octubre de 1973, para recuperar los territorios que habían
perdido en 1967 tras la Guerra de los Seis Días, cruzando el ejército egipcio
el Canal de Suez, y penetrando las tropas sirias en los Altos del Golán.
Durante las siguientes tres semanas, las Fuerzas de Defensa de Israel
invirtieron el sentido de los combates y repelieron a los atacantes, cruzaron
el Canal de Suez hacia territorio egipcio y avanzaron hasta 32 km. de la capital siria,
Damasco.
El Ejército israelí venció a sus atacantes pero a
costa de muchas bajas y de que las fuerzas árabes se granjearan el apoyo de la
URSS y de la mayor parte de los países en vías de desarrollo.
Arabia Saudita y
Kuwait financiaron al ejército árabe, haciendo posible que Egipto y Siria
recibieran las armas soviéticas más sofisticadas, y los Estados árabes
productores de petróleo iniciaron el embargo de sus exportaciones de crudo a
Estados Unidos y a otros Estados occidentales como represalia por su ayuda al
Estado judío.
Israel, con la ayuda financiera y militar de Estados Unidos pudo hacer que se equilibrara
la balanza, pero ni siquiera la ayuda estadounidense pudo sacar a la economía
de Israel del espiral descendente en la que se hallaba.
Richard Nixon encargó a su secretario de Estado Henry
Kissinger la tarea de negociar los acuerdos de paz entre Israel por un lado y
Egipto y Siria por otro. En 1974, Kissinger consiguió la retirada militar de
Israel y Egipto del Sinaí, y de Israel y Siria de los Altos del Golán.
A la guerra del Yom Kippur siguieron crecientes disturbios en Israel y constantes críticas a sus dirigentes políticos.
A la guerra del Yom Kippur siguieron crecientes disturbios en Israel y constantes críticas a sus dirigentes políticos.
Entre
los resultados del "terremoto" (así se denominó a los sucesos de
1973) una comisión de investigación, dirigida por el presidente del Tribunal
Supremo de Israel, fue muy crítica con los mandos del Ejército debido a su modo
de dirigir la guerra. El
descontento generalizado llevó a la dimisión de la primera ministra, Golda
Meir, y de su gabinete en abril de 1974. Meir (que había sido la sucesora de
Eskhol en 1969) fue sustituida por Isaac Rabin.
Rabin fue incapaz de detener la inflación y el deterioro
de la economía y su reputación quedó dañada al descubrirse que él y otros
miembros del Partido Laborista estaban involucrados en transacciones
financieras ilícitas. Como resultado de esto, la Alineación Laborista
perdió las elecciones a la Kneset de 1977. Menachem Begin, el nuevo primer
ministro, encabezó el movimiento Likud, bloque formado en 1973 por grupos
nacionalistas que se oponían a cualquier concesión territorial a los árabes.
El
gobierno de Begin
El programa económico de carácter liberal de Begin no consiguió evitar el aumento de la inflación y que
continuara el deterioro de la economía, causado en gran parte por la escalada
de los gastos militares. Sin embargo, Begin fue el primer dirigente de Israel
que firmó un acuerdo de paz con un Estado árabe.
Esto fue el resultado de una
iniciativa sorpresa del presidente de Egipto, Anwar al-Sadat, que, en noviembre
de 1977, voló hasta Jerusalén, se dirigió a la Kneset y solicitó a Begin que se
iniciaran conversaciones de paz. Tras largas y arduas negociaciones ante la
presencia del presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter en Camp David
(Maryland), se firmó finalmente el tratado de paz egipcio-israelí en la ciudad
de Washington, el 26 de marzo de 1979.
Aunque el tratado puso fin a las
posibilidades de guerra entre Egipto e Israel, quedaron muchos temas pendientes
por solucionar entre ambos Estados, entre ellos el problema de disponer la
autonomía árabe en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania.
Israel
en la década de 1980
El Likud ganó por un estrecho margen en las elecciones
de junio de 1981 y Begin fue reelegido primer ministro. Poco antes, Israel
había inquietado a la comunidad internacional al enviar bombarderos para
destruir un reactor nuclear que se estaba construyendo cerca de Bagdad (Irak)
alegando que éste se estaba construyendo con la intención de producir armas
nucleares para ser utilizadas posteriormente contra Israel.
La anexión de los
altos del Golán, que tuvo lugar en el mes de diciembre de ese mismo año, hizo
que las relaciones
exteriores de Israel se volvieran tensas con países con los
que
antes habían sido amistosas. A pesar de estos acontecimientos y de las
complicaciones ocasionadas por el asesinato de Anwar al-Sadat en octubre de
1981, la retirada final de Israel de la península del Sinaí se produjo en la
fecha en que estaba prevista por el tratado de paz, abril de 1982.
Dos meses
más tarde Israel invadió Líbano con el objetivo de acabar con la presencia de
la Organización de Liberación Palestina (OLP), que tenía allí bases desde las
que realizaba numerosos ataques contra territorio israelí. A mediados de
agosto, tras una intensa contienda que tuvo lugar en Beirut y en los alrededores
de la ciudad, la OLP hubo de abandonar Líbano, a pesar de lo cual las tropas
israelíes permanecieron en el sur del país y el costo de la guerra y la
ocupación posterior dejaron sentir sus efectos sobre la economía israelí, que
ya estaba atravesando momentos difíciles y problemáticos. Por otro lado, el
conocimiento de las matanzas de palestinos en los campos de Sabra y Chatila por
parte de milicias cristianas libanesas, que habían sido aliados de los
israelíes, provocó duras condenas en el ámbito internacional y entre la opinión
pública israelí.
Begin anunció su dimisión como primer ministro y jefe
del Likud en agosto de 1983, y le sucedió en ambos cargos el ministro de
Asuntos Exteriores Issac Shamir. Las elecciones de julio de 1984 no fueron
concluyentes: el Partido Laborista consiguió 44 escaños y el Likud 41 de los
120 que componían la
Kneset. Como ninguno de los partidos mayoritarios conseguía
formar un gobierno de coalición por sí mismo, los laboristas y el Likud
formaron un gobierno de unidad nacional.
Simón Peres, líder del Partido
Laborista, fue primer ministro hasta octubre de 1986, año en que Shamir
reasumió el cargo.
Alzamientos
palestinos
Las relaciones entre Israel y los palestinos entraron en
una nueva fase a finales de la década de 1980, con la aparición de la intifada. una serie de levantamientos
populares que tuvieron lugar en los territorios ocupados y en los que se
produjeron manifestaciones, huelgas y ataques con piedras a los soldados y
civiles israelíes. La dura respuesta del gobierno israelí generó críticas tanto
por parte de Estados Unidos como de la ONU.
La coalición entre el Likud y los laboristas se deshizo
en marzo de 1989. Entonces, Shamir encabezó un gabinete provisional hasta junio
de 1990, momento en que formó un nuevo gobierno.
En 1989 y 1990 más de 200.000
judíos procedentes de la entonces disuelta Unión Soviética se establecieron en
Israel. Esta nueva oleada migratoria -alentada por el gobierno de Shamir, pero
que fue mal acogida por palestinos y por árabes residentes en Israel- minó la
economía nacional.
Durante la guerra del Golfo Pérsico, en la que muchos palestinos apoyaron de forma abierta a
Irak, misiles Scud alcanzaron Israel en repetidas ocasiones, hiriendo a más de
200 personas y destruyendo casi 9.000 viviendas en la zona de Tel Aviv. Israel,
contrariamente a su política habitual, no tomó represalias, en parte porque
Estados Unidos estableció bases de misiles tierra-aire Patriot para destruir
los misiles iraquíes.
Hacia
la paz
Las primeras conversaciones de paz global entre Israel y
delegaciones que representaban a los palestinos y a los Estados árabes vecinos
se iniciaron en octubre de 1991, en Madrid, en la Conferencia de Paz sobre
Oriente Próximo. Después de que el Likud perdiera las elecciones parlamentarias
en junio de 1992, el líder del Partido Laborista, Isaac Rabin, formó un nuevo
gobierno.
Los acontecimientos en Oriente Próximo dieron un giro
inesperado en 1993. Tras unas negociaciones secretas, el primer ministro
israelí, Rabin, y el
presidente de la OLP, Yasser Arafat, se reunieron en la
ciudad de Washington, y acordaron firmar un histórico tratado de paz. Israel
permitió la creación de un gobierno autónomo, primero en la franja de Gaza y en
Jericó, en Cisjordania, y más tarde en las demás zonas de Cisjordania en las
que no hubiera población judía.
El 9 de setiembre de 1993, Arafat envió una carta al
primer ministro Rabín en la que declaraba inequívocamente que la OLP:
§
Reconoce el derecho de Israel a existir en paz y
seguridad
§
Acepta las resoluciones 242 y 338 del Consejo de
Seguridad de la ONU
§
Se compromete a una solución pacífica del conflicto;
§
Renuncia al uso del terrorismo y otros actos de
violencia
§
Asume la responsabilidad de todos los elementos de la
OLP para asegurar su cumplimiento, evitar las violaciones y disciplinar a los
infractores
§
Afirma que aquellos artículos de la Carta Constitucional
de la OLP que niegan el derecho de Israel a existir son ahora inoperantes y
caducos
§
Se encargará de presentar los cambios necesarios de la Carta Constitucional
al CNP para su aprobación formal.
En respuesta, Israel reconoció a la OLP como el
representante de los palestinos en las negociaciones de paz.
El 13 de setiembre de 1993, las dos partes firmaron una
Declaración de Principios (DDP) conjunta israelo-palestina en Washington,
delineando los arreglos propuestos para un autogobierno interino, según fueron
previstos y acordados por ambas partes. Los arreglos contenidos en la DDP
incluyen el inmediato autogobierno palestino sobre Gaza y Jericó, la toma de
control anticipada de los palestinos en la Margen Occidental,
y un acuerdo sobre el autogobierno y la elección de un Consejo Palestino.
Además, la amplia cooperación económica entre Israel y los palestinos juega un
importante papel en la DDP.
A comienzos de 1994, las negociaciones sobre la
autonomía se interrumpieron temporalmente después de que un colono judío matara
al menos a 29 palestinos árabes en una mezquita en Hebrón, en Cisjordania. En
mayo de 1994, las tropas israelíes se retiraron de Jericó y de las ciudades y
campos de refugiados de la franja de Gaza y esta área quedó bajo la
administración de la Autoridad Nacional Palestina.
En julio de 1994, el primer ministro Rabin y el rey
Hussein de Jordania firmaron un tratado de paz que ponía fin a 46 años de enfrentamientos
entre ambos Estados. El acuerdo, que se firmó en la Casa Blanca en
presencia del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, asentó las bases para
un tratado de paz definitivo.
El primer ministro israelí, Isaac Rabin, fue asesinado el 4 de noviembre de 1995 en Tel
Aviv por un judío perteneciente a
un grupo de extrema derecha hasta entonces desconocido. Fue
sustituido por Simón Peres. Los sucesivos atentados terroristas indiscriminados
llevados a efecto por miembros del grupo fundamentalista islámico Hezbolá,
provocaron en 1996 el bombardeo israelí del sur del Líbano como represalia.
En las elecciones celebradas en mayo de ese mismo año,
Simón Peres resultó derrotado por el candidato derechista del Likud, Benjamín
Netanyahu, por un estrecho margen de votos.
Mientras la juventud religiosa está organizada en
movimientos políticos y escuelas que propugnan una visión activista y de
derecha -en la que la orden del rabino es más importante que la ley del
Estado-, los jóvenes laicos temen realizar cualquier acto que pudiera ser o
parecer subversivo contra el Estado, contra la sociedad o contra la democracia.
De esta forma, en buena parte de la población que
apoyaba el proceso de paz de Rabín, se produjo una pérdida de fe en la
posibilidad de cambio; y como contraparte, el triunfo en las elecciones de
1996, de las posturas más conservadoras y duras con Benjamín Netanyahu a la
cabeza.
La victoria de la derecha israelí significó un paso atrás en el proceso de paz iniciado con los palestinos. Las conversaciones entre Netanyahu y Arafat por el cumplimiento de los tratados de paz se vieron obstaculizados por la presión de los grupos ortodoxos.
La victoria de la derecha israelí significó un paso atrás en el proceso de paz iniciado con los palestinos. Las conversaciones entre Netanyahu y Arafat por el cumplimiento de los tratados de paz se vieron obstaculizados por la presión de los grupos ortodoxos.
La ultraderecha amenazó con romper la coalición que
preside Netanyahu si éste acepta evacuar el 13% de Cisjordania y cederlo a los
palestinos.
La victoria en las elecciones de 1999 del laborista Ehud
Barak como Primer ministro y del Shass, partido que representa a los judíos de
origen árabe, ha representado todo un cambio en el mapa político israelí.
Queda por saber qué está preparando Barak. Tiene los
medios para llevar a cabo un giro radical tanto respecto a Netanyahu como a
Yitzhak Rabin. El impresionante número de generales que le rodean, incluso en
el parlamento, puede provocar escepticismo en cuanto a sus intenciones de ir
con determinación hacia una solución política aceptable para los palestinos.
Pese a ello, las negociaciones se volvieron a encaminar, y con conflictividad
el proceso de paz sigue en marcha.
La Intifada
"Intifada" (en árabe,
"levantamiento"), se llama a la campaña palestina de manifestaciones,
huelgas, disturbios y violencia dirigida contra el gobierno de Israel en Gaza y
Cisjordania (territorios ocupados por Israel tras la guerra de los Seis Días,
en 1967), que se inició a finales de 1987.
La intifada se distinguió de anteriores movimientos
contra la ocupación israelí por la importante participación de la población (en
especial la población más joven), su larga duración y su componente islámico.
La intifada se organizó de manera imprecisa, entrando a
formar parte tres grupos principales: el Mando Nacional Unificado, que incluía
las facciones principales de la Organización para la Liberación de Palestina
(OLP); el Movimiento de Resistencia Islámica o Hamas, fundado en 1988, bajo la
dirección de Shaykh Ahmad Yasin, de una rama de los Hermanos Musulmanes
anteriormente implicada en el trabajo religioso, social y educativo en Gaza; y la Lucha Islámica
(Hezbolá), dirigida por Fathi Shiqaqi. Estos dos últimos grupos defendían la
creación de un Estado islámico en toda la antigua Palestina,
que se conseguiría, si fuera necesario, a través de la lucha armada.
La intifada comenzó en la franja de Gaza en diciembre de
1987, con la desobediencia civil y manifestaciones contra el dominio israelí, y
rápidamente se propagó por los territorios ocupados. El apedreamiento de las
fuerzas de seguridad y civiles israelíes por parte de jóvenes palestinos fue
una práctica muy característica. Israel primero respondió con medidas
represivas como acciones policiales y militares contra los manifestantes, el
cierre de universidades, deportaciones, sanciones económicas, una tributación
agresiva y una aceleración del programa de establecimiento de colonos judíos en
los territorios ocupados. Sin embargo, como la insurrección palestina no cesó,
muchos israelíes fueron persuadidos de que sería mejor buscar una solución
política que les liberara al menos de la responsabilidad directa de Gaza. Así,
la intifada fue un factor importante para el acuerdo de 1993 firmado en Oslo
por el líder de la
OLP Yasser Arafat y el ministro de Asuntos Exteriores
israelí, Simón Peres, y la formación en 1994 de una entidad palestina
autogobernada en Gaza y Jericó.
Hubo otra consecuencia importante de la intifada en la
correlación de fuerzas entre los palestinos: en primer lugar, aumentaron las
diferencias dentro de la OLP entre los dirigentes en el exilio (con Arafat a la
cabeza) y aquellos que permanecían en los territorios ocupados; en segundo
lugar, supuso el aumento de afiliados en las organizaciones más radicales y de
carácter fundamentalista (como Hamas, la Yihad Islámica o
Hezbolá), claramente enfrentadas con la política apaciguadora de la OLP. Así, aunque las
manifestaciones populares contra la presencia israelí fue disminuyendo a medida
que avanzaba el proceso de paz, aumentaron las confrontaciones entre los
partidarios de la OLP y los elementos fundamentalistas. Con la creación de la Autoridad Nacional
Palestina en 1994, las divisiones entre quienes apoyaban el
final de la lucha armada y quienes se oponían a esta solución se agudizaron y
surgió la amenaza de la guerra civil y el fin del proceso de paz. En enero de
1996, Arafat fue elegido presidente -ya con el reconocimiento expreso de
Israel- de la
Autoridad Nacional Palestina.
No obstante, el proceso de paz palestino resultó
profundamente alterado con la victoria electoral del dirigente del partido
derechista Likud, Benjamín Netanyahu, en mayo de 1996. El 18 de marzo de 1997,
dieron comienzo una nueva serie de enfrentamientos entre jóvenes palestinos y
tropas israelíes, con motivo de la construcción de un barrio judío en la zona
árabe de la ciudad de Jerusalén. Una semana más tarde, los alzamientos en Belén
y Hebrón se extendieron a Ramala, en lo que se dio en llamar la "segunda
intifada", que se cobró su primer muerto el 29 de marzo, al fallecer un
palestino por un disparo efectuado por soldados israelíes en una aldea próxima
a Ramala.
No hay comentarios:
Publicar un comentario