En 1973 se produce
la segunda gran conmoción mundial después de la caída de la bolsa en 1929. La
crisis del petróleo provocada por el aumento del precio del barril, se tradujo
en recesión y crisis en todo el mundo occidental.
LA
CRISIS DEL PETRÓLEO DE 1973
El conflicto
acerca de la regulación de precios del crudo entre las transnacionales y los
países petroleros organizados en torno a la OPEP (Organización Países
Exportadores de Petróleo), se resolvió en 1973, cuando las trasnacionales
perdieron el poder de fijar los precios.
La breve guerra árabe-israelí de octubre condujo a un embargo de las ventas de crudo árabe a Israel y sus aliados. El aumento de la demanda condujo a nuevas alzas y el 16 de octubre, en Kuwait, la OPEP decidió, por primera vez, fijar ella los precios. A fin de año el barril ya costaba 11,65 dólares.
En 1974, se
consolidaron las conquistas de los países petroleros, que recibieron la
solidaridad unánime del Tercer Mundo en su lucha por la recuperación del poder
adquisitivo de sus riquezas, después de 14 años de precios congelados. Pero
también empezaron las campañas anti OPEP de los países industrializados.
Directamente
relacionada con el mercado petrolero, la situación mostraba el serio
enfrentamiento de los países árabes con los Estados Unidos, debido al apoyo de
éste a Israel. Los árabes exigían que se les devolviera los territorios
ocupados tras "la Guerra de los Seis Días". De esta forma, la
posición norteamericana le valió un embargo petrolero por el cual, los países productores
del Oriente Medio dejaron de proveerlo del vital consumo energético.
Mientras las
acciones, tanto militares como diplomáticas, se ejecutaban en el hemisferio
norte y en EEUU se sustanciaba el escándalo "Watergate", en el sur
las cosas tampoco estaban tranquilas.
La economía
mundial se contrajo violentamente: se redujo el comercio, creció la inflación,
tambalearon las divisas, subieron las tasas internacionales de interés. La
recesión se instaló y demandó más de una década superar el choque violento de
la primera crisis petrolera, a la que se sumó una segunda en 1979. La situación
se agravó en el resto de los países del Tercer Mundo, que tenían una economía
dependiente de las grandes metrópolis, y pese al apoyo otorgado a la OPEP, no
lograron concretar precios preferenciales para sus países. Un problema para
concretarlo era que la distribución en dichos países estaba en manos de los
grupos transnacionales, las cuales podrían darle otro destino al petróleo
subvencionado. El único acuerdo estipulado para este fin -el acuerdo de San
José- entre México y Venezuela para favorecer a los países más empobrecidos de
América, tuvo entre otras consecuencias, la de revender el petróleo
subvencionado en el mercado libre, como fue el caso de Haití, que vendió su petróleo subvencionado
al régimen racista de Sudáfrica.
En 1976, la OPEP
se dividió: 11 países volvieron a aplicar 10% de aumento, mientras que Arabia
Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (los dos miembros del grupo con mayores
inversiones de petrodólares en el mundo occidental) sólo aumentaron 5%. En
1977, después de arduas negociaciones, se llegó a un compromiso. Arabia Suadita
y los Emiratos volvieron a
subir el precio, hasta igualar los 12,70 dólares por barril
de los restantes y éstos -a su vez- se comprometieron a un congelamiento. De
hecho, esos dos países producen 30% del petróleo de la OPEP, lo que los coloca
en una fuerte posición negociadora.
Los
efectos combinados de las medidas de ahorro que se aplicaron en las naciones
consumidoras de petróleo y de la recesión económica hicieron disminuir la demanda. La presión a
la baja de los precios se vio potenciada por el hallazgo de nuevos campos
petroleros y por la incapacidad de varios miembros de la OPEP de cumplir con
las cuotas de producción impuestas por la organización con el fin de defender
los precios. A comienzos de 1986 el precio del barril había descendido a menos
de 10 dólares. Los precios subieron más tarde, aunque rara vez han pasado de 20
dólares el barril, excepto durante el periodo (1986-1991) que culmina en la
guerra del Golfo Pérsico, en el que los precios aumentaron de forma temporal
hasta alcanzar los 25 dólares el barril.
Con
esta dramática reducción de sus ingresos comenzaron a recortarse las grandes
obras faraónicas en países del Golfo Pérsico y la mayoría de los miembros de la
OPEP volvieron a enfrentarse con su triste realidad de países pobres: ocho de
los trece miembros de la OPEP se volvieron deudores del mercado internacional y
no tienen condiciones de pagar el servicio de sus deudas.
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