Uno de
los descubrimientos más espectaculares de la biotecnología se llevó adelante
por primera vez en la historia: un equipo de científicos en Escocia pudo clonar
con éxito a un mamífero adulto. "Dolly" es la réplica exacta de otra
oveja con la que comparte la totalidad de sus genes.
Dolly: la
primer oveja clonada en la historia de la humanidad
El descubrimiento de la clonación de genes en la
década de 1960 logra su primer éxito revolucionario en 1997, cuando
mundialmente se conoce la primera clonación exitosa de una oveja, genéticamente
igual a otra.
El procedimiento para conseguir la copia fue el
siguiente: se extrajo una célula de la glándula mamaria de la oveja
"madre" y se introdujo su ADN en un óvulo al que previamente se había
vaciado de su ADN original. Una vez que el embrión logró desarrollarse en las
condiciones especiales de un laboratorio, los investigadores lo implantaron en
otra oveja que hizo el papel de madre de alquiler, y finalmente dio a luz a la
pequeña Dolly en junio de 1996.
Poco después, un análisis de ADN de la recién nacida
confirmó que, en efecto, Dolly era una reproducción exacta de la oveja
original.
Muchos científicos llevaban años intentando clonar
animales adultos. En anteriores ocasiones, la técnica se había probado con
ranas, pero siempre morían cuando aún eran renacuajos.
Dolly, sin embargo, está sana y salva. Sus creadores
tiene pensado, incluso, aparearla con algún macho para comprobar si es capaz
de ser madre. Le pusieron Dolly en homenaje a la cantante Dolly Parton.
El doctor Ian Wilmut, jefe del equipo de
investigadores del Roslin Institute de Edimburgo, justifica la clonación de
animales diciendo que podría servir para liberar a la humanidad de muchas enfermedades. Gracias a esta
técnica, por ejemplo, se podrían clonar ovejas que producirían proteínas
eficaces con las que conbatir enfermedades como la hemofilia.
En primer lugar, se manipularían los genes de una
célula de oveja de tal forma que produjesen una proteína anti-hemofílica. Luego
se clonaría esta célula utilizando el
mismo
proceso con el que fue clonada Dolly, y de esta manera nacerían ovejas que fabricarían en su leche fármacos con los que combatir la hemofilia.
proceso con el que fue clonada Dolly, y de esta manera nacerían ovejas que fabricarían en su leche fármacos con los que combatir la hemofilia.
La misma técnica podría utilizarse también para
engendrar animales que naciesen con enfermedades humanas, como la fibrosis
quística. Los animales clonados se utilizarían para probar la eficacia de
diferentes terapias. El procedimiento podría emplearse también para crear
animales que naciesen con hígados o corazones de diseño humano, que podrían
transplantarse a personas enfermas que los necesitaran.
Para la ingeniería genética todo es posible, y esto
genera diversas polémicas a nivel ético y religioso.
En los últimos años, los científicos lograron ratones
sin cabeza, moscas bisexuales con 14 ojos, gusanos nonagenarios, ratas con mal
de Parkinson, ratones con una oreja humana injertada y un largo etcétera de
criaturas de laboratorio. El mundo futurista planteado por el escritor Aldous
Huxley en su novela "Un mundo feliz" es una realidad.
El experimento que llevó a la creación de Dolly conmocionó
tanto a biólogos como a expertos en
ética.
Wilmut afirmó que "sería repugnante" hacer
clones de seres humanos, y añadió que desea fervientemente que a nadie se le
ocurra siquiera intentarlo. No son pocos los que sostienen que la clonación de
seres humanos será inevitable, a pesar de que haya países que la prohíban.
Sobre todo cuando la tecnología esté más desarrollada.
Patrick Dickson, autor del libro "La revolución
genética", señaló que la normativa
sobre experimentación genética no está regulada en todos los países, y
que sería posible que se llegara a experimentar con humanos. El investigador
contó que una semana antes de la difusión del experimento lo llamó "una
mujer cuyo padre había muerto, y quería saber si podría conseguir una reproducción
clónica". "Quería regresarlo al mundo como un bebito, quizás incluso
llevarlo en su vientre. Al saber de este experimento, le envié un mensaje de
que su sueño está más cerca de lo que se pueda pensar".
El científico agregó que "probablemente podremos
recuperar a los muertos de sus cuerpos antes de que mueran. De este modo un
padre podría reproducir una copia idéntica de un hijo muerto trágicamente"
Para muchos integrantes de la comunidad científica,
estas prácticas atentan contra la biodiversidad de la especie, y están al filo
de lo éticamente permitido. La eugenesia -la aplicación biológica de las leyes
de la herencia al perfeccionamiento de la raza- pueden producir alteraciones
para la vida, además de quitar lo más valioso de ellas, la individualidad y -por
ende- la diversidad de las especies.
El riesgo de la clonación humana es una realidad, e
incluso muchas podrían ser clonadas sin su consentimiento, ya que para ello
sólo son necesarias unas cuantas células para obtener una réplica exacta de un
ser humano. Y si actualmente existen bancos de semen que comercializan los
espermatozoides de grandes personalidades, no sería extraño que alguien
estuviese interesado en adoptar un niño réplica de un gran pensador, un famoso
futbolista o una top model.
Conscientes de los problemas éticos que el éxito de
la experiencia trajo consigo, el equipo de investigadores encabezado por
Wilmut, ha puesto a disposición de especialistas en ética y a la Autoridad
Embriológica Humana, toda la información sobre el tema.
Como otras veces en la historia de la humanidad,
descubrimientos científicos han sido puestos en tela de juicio debido a su
posible mala utilización. El desarrollo científico tiene estas contradicciones,
pero el avance en el conocimiento no tiene nunca un signo negativo. El
problema, como siempre, es el hombre, y el uso que incorrectamente haga de
ello.
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