Estados Unidos. 22 de
noviembre de 1963. En pleno día y ante la vista de una multitud que lo había
ido a vivar mientras se paseaba en auto descapotable, fue asesinado el primer
mandatario John Fitgerald Kennedy.
El asesinato de JFK
El más carismático mandatario
norteamericano de este siglo, John Fitgerald Kennedy, es asesinado en pleno día
mientras realizaba una gira política en Dallas. El origen de los disparos aún
sigue siendo un enigma.
El 22 de noviembre de 1963,
en pleno día y ante la vista de una multitud que lo había ido a vivar mientras
se paseaba en auto descapotable por Dallas (Texas), fue asesinado John
Fitgerald Kennedy.
El origen de los disparos es
uno de los mayores enigmas de este siglo y aquella fecha se recuerda como uno
de los días más aciagos de la historia de los Estados Unidos, porque John F.
Kennedy era "el presidente diferente".
La muerte del joven
presidente de Estados Unidos marcó a una generación, no solo por la popularidad
del mandatario, sino por las misteriosas circunstancias de su muerte.
En otoño de 1963
Kennedy comenzó a planificar su estrategia para la reelección. Viajó por todo
el país alabando la mejora de relaciones con los soviéticos. El 22 de
noviembre, mientras viajaba en un automóvil descapotable por Dallas (Texas),
Kennedy recibió varios disparos en la cabeza y en el cuello, a consecuencia de
los cuales falleció. Una comisión encabezada por el presidente del Tribunal
Supremo Earl Warren (Comisión Warren), llegó a la conclusión en setiembre de
1964 de que el único asesino había sido Lee Harvey Oswald, antiguo soldado
estadounidense. Oswald, que fue detenido horas más tarde del asesinato en un
cine próximo, fue asesinado dos días después por el propietario de varios
locales de strip tease en Dallas, Jack Ruby, mientras era conducido desde la
ciudad a la prisión del condado. Ruby declaró que deseaba ahorrar a la viuda de
Kennedy la penosa circunstancia de un proceso contra el hombre que dado muerte
a su marido, lo que no muchos creyeron.
Lo cierto es que el
asesinato de Oswald impidió una investigación profunda del asesinato de
Kennedy, dejando para siempre las dudas en cuanto a la verdadera participación
de Oswald en el mismo.
Investigaciones posteriores sugirieron la
firme posibilidad de que a Kennedy le dispararan al menos dos francotiradores,
de frente y por detrás, lo que confirmaba las impresiones de la mayoría de los
testigos oculares. Se identificaron varios posibles promotores del magnicidio,
incluida la mafia y los exiliados cubanos descontentos.
Los mil días de gobierno de John Fitzgerald Kennedy
En
1960, John Fitzgerald Kennedy tenía 43 años, era senador por Massachusetts,
católico, de familia adinerada, tenía una bella esposa y era ex héroe de
guerra; su aire juvenil lo hizo inmensamente popular durante su meteórica
campaña para alcanzar la
presidencia. Su rival en los comicios fue el entonces
vicepresidente Richard Nixon, a quien venció por ajustado margen. Aun se
insiste en que el debate que ambos sostuvieron por televisión (la primera vez
en la historia que así se hacía) fue fundamental para volcar a los electores a
favor del joven de aspecto deportivo y encantador antes que al cansado y
enfermizo candidato oficialista.
En 1961, su primer año
en el cargo, Kennedy fue criticado ásperamente por una serie de acontecimientos
internacionales adversos. Heredado del gobierno anterior un plan secreto para
derrocar al régimen cubano de Fidel Castro, Kennedy aprobó la invasión de Cuba
por refugiados que operaban con la ayuda de algunas agencias estadounidenses.
El fracaso de la invasión en la bahía de Cochinos se convirtió en una
frustración personal para el presidente.
Ese mismo año, en
primavera, Kennedy consideró la posibilidad de enviar tropas a Laos, que estaba
siendo amenazado por insurgentes comunistas. Voló a Viena en junio para
entrevistarse con el primer ministro soviético Nikita Kruschev y ambos
acordaron un la neutralidad de esta cuestión, surgiendo, en cambio, el problema
de Berlín.
El 10 noviembre de 1958, Kruschev decidió traspasar en el plazo de 6 meses la
plena soberanía sobre Berlín a la RDA, renunciando a la zona de ocupación
soviética. Los norteamericanos, ingleses y franceses deberían hacer lo mismo en
sus zonas respectivas. Si no lo hacían lo consideraría un acto de agresión
contra la URSS y el Pacto de Varsovia.
El rechazo al
ultimatum realizado por Kruschev a las potencias aliadas no trajo consecuencias
inmediatas pero la tensión comenzó a crecer hasta su punto más álgido: en mayo
de 1960, una conferencia de los cuatro grandes se malogró antes de comenzar por
una cuestión de espionaje realizado con aviones U2 contra la Unión Soviética.
La cuestión alemana
entonces es resuelta de la peor manera. En 1961, el fundador de la RDA Walter Ulbricht
propone la construcción del muro de Berlín: el sector oeste de la ciudad fue
separado del resto de la ciudad por un muro. Kennedy respondió enviando un
contingente militar a la ruta terrestre hacia Berlín para reafirmar los
derechos de acceso.
En octubre de 1962, un
reconocimiento aéreo confirmó que se estaban crando una base para la
instalación de misiles soviéticos en Cuba, por lo que el 22 de octubre el presidente Kennedy
anunció su intención de establecer el bloqueo naval alrededor de la isla para
evitar la llegada de material soviético que pudiera hacer operativos los
misiles y exigió que la
Unión Soviética desmantelara las bases descubiertas. Los
contactos entre Kruschev y Kennedy se desarrollaron a través de canales
diplomáticos. El 28 de octubre Kruschev accedió a las demandas estadounidenses;
Kennedy interrumpió el bloqueo y dio garantías de que Estados Unidos no
invadiría Cuba. La retirada soviética se consideró un triunfo personal del
presidente.
La política exterior
de Kennedy tuvo mejores resultados en 1963. Durante un triunfal viaje a Europa
fue calurosamente recibido en Berlín Occidental, donde prometió continuar su
apoyo a la República
Federal de Alemania. En junio pronunció un innovador discurso
de política exterior en el que pedía el fin de la Guerra fría. Las dos
superpotencias acordaron establecer un "teléfono rojo" entre Moscú y
Washington, para facilitar la comunicación inmediata en el caso de crisis que pudieran
resultar fatales. En julio se llegó a un acuerdo con la Unión Soviética y
Gran Bretaña sobre un tratado de prohibición de pruebas nucleares. Estos hechos
se vieron empañados por el empeoramiento de la situación en Vietnam del Sur,
donde Kennedy había enviado 17.000 soldados estadounidenses en ayuda de un
régimen inestable acosado por la corrupción y una creciente insurgencia comunista.
Política latinoamericana
Respecto a América
Latina, Kennedy propugnó cambios en la política tradicional de Estados Unidos
hacia los Estados latinoamericanos.
Kennedy trabajó para
invertir la política de Truman y Eisenhower de ayuda militar más que económica.
En varios discursos
señaló la necesidad de apoyar el desarrollo económico de los países
latinoamericanos, bajo sistemas democráticos, en un contexto regional en el que
el éxito de la revolución cubana -asentada tras la fracasada invasión de bahía
de Cochinos- contaba con numerosos simpatizantes en América central y
meridional.
En agosto de 1961 se
celebró en Punta del Este (Uruguay) una reunión del Consejo Interamericano
Económico y Social (CIES) en donde había delegados de todos los países miembros
de la Organización de Estados Americanos (OEA), incluida Cuba (representada por
Ernesto Che Guevara). En esta reunión se aprobó la creación de la Alianza para
el Progreso (ALPRO); en el texto oficial de su constitución se establece su
objetivo general: "mejorar la vida de todos los habitantes del
continente"; para ello se proclamaron varias medidas de carácter social
(educación, sanidad, vivienda), político (defendiendo la formación de sistemas
democráticos, según el principio de autodeterminación de los pueblos) y
económico (limitación de la inflación, mejora de la balanza de pagos, siempre
bajo la iniciativa privada). Para garantizar estos objetivos, Estados Unidos se
comprometía a cooperar en aspectos técnicos y financieros. La opinión pública
recibió con entusiasmo esta declaración, pero el programa fracasó debido a que,
tras el asesinato de Kennedy, sus sucesores limitaron la ayuda financiera
estadounidense en América Latina, prefiriendo acuerdos bilaterales en los que
primaba la cooperación militar.
Asuntos nacionales
Kennedy tuvo problemas
en el Congreso de Estados Unidos, donde sus propuestas más importantes para el
estímulo económico, la reforma fiscal, la ayuda a la educación y un bienestar
ampliado quedaron obstruidas. Tuvo mejor suerte con sus acciones ejecutivas,
persuadiendo a importantes compañías siderúrgicas para que dieran marcha atrás
en los aumentos de precios en abril de 1962 y estimuló la carrera para llegar a
la Luna. Kennedy
respondió enérgicamente contra los esfuerzos para frustrar la integración de
los negros en las universidades de los estados del Sur amenazando incluso con
el envío de tropas federales si no se cumplían las leyes antirracistas. Para
reforzar los derechos civiles, Kennedy envió al Congreso un mensaje especial solicitando
una legislación para acabar con la segregación en los servicios públicos y dar
al Departamento de Justicia autoridad para llevar a cabo acciones en favor de
la integración escolar. La mayor parte de sus propuestas fueron promulgadas en
última instancia en 1964 en la Ley de Derechos Civiles.
El "sueño
americano" encarnado en el más joven presidente norteamericano de su
historia, acabó sorpresivamente un 22 de noviembre de 1963,cuando tres disparos
acabaron con su vida. El enigma sobre los responsables de su muerte aun se
mantiene, y esa fecha sigue siendo recordada como una de las más aciagas de la
historia de los Estados Unidos.
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