1960.
Se inicia la verdadera expansión de la biología molecular y la terapia génica.
Por primera vez se descubre la posibilidad de la clonación de genes.
DESCUBRIMIENTO DE LA CLONACIÓN DE GENES
Aunque
el verdadero inicio de la biología molecular se dio durante la década de 1950,
con la presentación del modelo
estructural del ácido desoxirribonucleico (Ver: Primera
descripción de ADN) por Francis Harry Compton Crick y James Dewey
Watson en 1953, la verdadera expansión de esta ciencia comenzó en la década de
1960 con el descubrimiento de la clonación de genes.
Esta
técnica permitió aislar fragmentos libres de ADN puro a partir del genoma. Así,
fue posible secuenciar fragmentos de ADN, en los cuales estaban incluidos los
genes. Todo esto se completó con la puesta en marcha de la técnica de la
hibridación, que consiste en el marcaje con isótopos radioactivos de una
molécula clónica de ADN, de la cual se conserva sólo una hebra (ADN
desnaturalizado o monocatenario). Después de este tratamiento, el fragmento
sonda se emplea para detectar secuencias complementarias en presencia de ADN o
ARN.
Ed
Southern, puso en marcha un procedimiento que se llama absorción de Southern y
que se describe a continuación. Un ADN genómico que contiene un gen X, se corta
en fragmentos que se separan según su tamaño, y se transfieren a un filtro. Al
filtro con los fragmentos de ADN, se le aplica ARN o ADN marcado
radiactivamente, de secuencia complementaria a la del gen X (fragmento sonda),
que delatará al gen X al unirse a
él. El método de absorción de Nothern es similar al anterior,
el ADN que contiene el gen X, se une al ARN sonda de distintos tejidos,
permitiendo así detectar el gen y cuantificarlo en los distintos tejidos. Estas
técnicas han hecho posible recopilar una gran cantidad de información sobre la
estructura y la expresión génica.
El
empleo del método de absorción de Southern para el estudio de la estructura
génica condujo a un importante hallazgo en el campo de la biología molecular.
Éste consiste en el descubrimiento de la existencia, en los organismos
eucariotas (plantas y animales), de regiones del ADN llamadas exones (que se
expresan), que contienen información para la codificación de proteínas y están
interrumpidas por otras secuencias del ADN, llamadas intrones (que no se
expresan). Estos intrones se transcriben junto a los exones a moléculas de ARN
y son eliminados durante el proceso de maduración del ARN. Este proceso ocurre
en el interior del núcleo celular y el resultado es una molécula de ARNm sin
interrupciones, es decir, sólo con los exones. Este ARNm maduro se traslada al
citoplasma celular y se une a los ribosomas, donde tiene lugar la traducción o
síntesis de proteínas.
El
significado de los intrones no está claro, pero permiten diferentes
combinaciones de los exones presentes en el ARN inmaduro, que se procesará de
distinta manera según los tipos de células. Este sistema de maduración
alternativa produce proteínas relacionadas pero diferentes a partir del mismo
gen.
Control de la
transcripción
La
técnica de absorción de Nothern se puede emplear para detectar la presencia de
moléculas de ARNm, procedentes de genes determinados, en extractos de tejido
intacto. Estos estudios se complementan con la hibridación in situ, que detecta
el ARNm en células individuales, y de esta forma se conoce su distribución en
el tejido. La conclusión es que, en la mayoría de los casos, el ARNm
codificador de una proteína específica, está presente sólo en los tejidos y en
las células donde se expresa la
proteína. De forma similar, los precursores inmaduros de
moléculas de ARN que contengan aún intrones, no son detectados en los tejidos
si no están presentes el ARNm o las proteínas.
En
consecuencia, en la mayoría de los casos, la producción de proteínas diferentes
en los distintos tejidos está regulada por los genes que se han transcrito en
cada tejido, lo cual determina a su vez la eliminación de intrones y la
traducción de proteínas. Esto se demuestra midiendo la proporción de
transcripción de un gen específico en diferentes tejidos, donde la proteína
puede estar presente o ausente.
La
síntesis de proteínas distintas en los tejidos es vital para la comprensión de
las diferencias funcionales de los mismos y está controlada por la transcripción. Además,
la transcripción está regulada por factores de transcripción, los cuales se
unen a secuencias específicas del ADN (las regiones reguladoras) y activan este
proceso. Puede ser que cada tejido tenga los factores específicos que activan
la transcripción de genes concretos, pero también es posible que estén
presentes, de forma inactiva, en todas las células. En ese caso se activarían
por señales específicas, como una modificación posterior a su síntesis, por
ejemplo por adición de residuos fosfato (fosforilación). Esto activará la
transcripción de los genes que respondan a la señal.
De la investigación
a la aplicación terapéutica
La
producción de grandes cantidades de proteína se realiza mediante la expresión
del ADN correspondiente en grandes cantidades. Este método se utiliza con fines
terapéuticos, en individuos que sufren alguna enfermedad causada por la
ausencia de proteínas específicas. La labor de purificación de tales proteínas
se realiza a partir de animales o de cadáveres humanos. Éste ha sido el
planteamiento empleado para producir insulina en el tratamiento de la diabetes
y de hormona del crecimiento en el enanismo.
En
la actualidad, los intentos han estado encaminados a prescindir de la fase de
producción de proteínas y a tratar a los individuos con enfermedades genéticas
aportando los genes funcionales, de modo que la proteína necesaria la sintetice
el individuo afectado. La terapia génica aplicada desde la infancia ofrece a
los afectados la esperanza de un futuro mejor.
Muy bien esta información(:
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