El
26 de abril de 1986 en la central de energía de Chernobyl ocurrió la peor
catástrofe nuclear conocida hasta la fecha en el mundo. Sus letales
consecuencias aún hoy se hacen sentir.
El
26 de abril de 1986 en la central de energía de Chernobyl, al norte de Ucrania
(URSS) ocurrió la peor catástrofe nuclear conocida hasta la fecha en el mundo.
La
realización de una prueba cuya supervisión fue incorrecta, (el sistema de
enfriamiento de agua se desconectó) provocó una reacción incontrolada, que a su
vez causó una expulsión de vapor. La capa protectora del reactor fue destruida
y lanzó una nube de gas radiactivo sobre grandes zonas de Bielorrusia, Rusia,
Ucrania y el norte de Europa.
Los datos
ofrecidos en su momento por las autoridades indicaron que 31 personas
murieron como resultado del accidente.
Según datos actuales de la Organización Mundial de la Salud, "El número total de defunciones ya atribuidas a Chernobyl, más las
muertes de trabajadores de servicios de emergencia y residentes de las
zonas más contaminadas que se producirán en el futuro como consecuencia
del accidente, se estima en 4 000 aproximadamente. Esta cifra comprende
los 50 agentes de servicios de emergencia que sucumbieron al síndrome de
irradiación aguda y los nueve niños que murieron de cáncer de tiroides,
así como un total estimado en 3 940 defunciones por cáncer y leucemia
provocados por la radiación entre los 200 000 trabajadores de servicios
de emergencia que intervinieron en los años 1986 y 1987, los 116 000
evacuados y los 270 000 residentes en las zonas más contaminadas (un
total de aproximadamente 600 000 personas). Estas tres principales
cohortes recibieron dosis más altas de radiación que el resto de las
personas que estuvieron expuestas a la radiación de Chernobyl."
Más de 100.000 ciudadanos ucranianos fueron
evacuados de las áreas situadas alrededor del emplazamiento del reactor, y
Chernobyl y otras regiones cercanas, permanecieron deshabitadas durante un año
después del accidente. Los funcionarios responsables del reactor fueron
procesados en 1987. Los tres reactores restantes de la central volvieron a
entrar en funcionamiento ese mismo año y, más tarde, la zona de evacuación
inmediata del desastre fue declarada parque nacional con el fin de evitar el
regreso de la población.
En 1991 el gobierno prometió la clausura de toda la
central de Chernobyl, pero la demanda de energía retrasó su cierre. A mediados
de 1994, los estados occidentales, alarmados por la falta de seguridad de la
central, tomaron una serie de medidas para asegurar su cierre. Los
ecologistas, por su parte, exigieron a todos los países industrializados la
renuncia total al uso de este tipo de energía.
En 1998, el ministerio de Sanidad de Ucrania anunció que
las enfermedades relacionadas con la radiactividad casi se han cuadruplicado en
el país desde la explosión de la central en 1986. Ha relacionado la muerte de
casi 3.600 personas con la catástrofe de Chernobyl y estima que, en 1997, la
tasa de mortalidad en la zona del siniestro superó la media nacional en más de
un 18 por ciento.
Ha habido un incremento significativo de casos de
alteraciones neurológicas, cardio-vasculares y del aparato digestivo. Los niños
son los que más sufren este tipo de enfermedades; el cáncer de tiroides entre
los más jóvenes alcanza un nivel diez veces superior al de 1986.
Sólo uno de los cuatro reactores nucleares del complejo
de Chernobyl sigue en funcionamiento y su cierre está previsto para el año
2000. Pero el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, ha anunciado que dicho
cierre podría retrasarse si no llega la ayuda occidental necesaria para completar
el sellado de esta central y la construcción de otros dos nuevos complejos
nucleares.
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