Las
drásticas reformas iniciadas por Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética
generaron una reacción en cadena que provocó la demolición del muro de Berlin,
la reunificación alemana, la aparición del pluripartidismo en Europa Oriental y
el desmoronamiento de la propia Unión Soviética.
La Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas feneció a causa de convulsiones eslavas tres semanas antes de cumplir 69 años.
La URSS, establecida formalmente el 30 de diciembre de
1922 tras cinco años de revolución bolchevique y guerra civil, heredó del
derrocado imperio zarista las fronteras que, desde Europa Oriental hasta el
estrecho de Bering y Vladivostok, y desde el Mar Ártico hasta el paralelo 45 en
Asia central, incluían múltiples nacionalidades y religiones en un sexto de la
superficie del planeta.
Los drásticos cambios económicos iniciados por Mijail
Gorbachov en la década de 1980 desataron fuerzas en pro de transformaciones en
el país y reavivaron el tema de la autonomía de las nacionalidades, provocando
cambios similares en el resto del este europeo.
La distensión con Occidente
En
la década de 1970 la URSS llevó a cabo una activa política internacional
respaldada por un creciente poderío militar, pero también se inclinó hacia la
distensión con Occidente y en especial con Estados Unidos.
En mayo de 1972 el
presidente Nixon visitó la URSS. Los acuerdos entre ambas potencias abarcaron
diversos temas: la cooperación en investigación médica, la limitación de
armamento, la protección del medioambiente, ciencia y tecnología, la
exploración espacial y las medidas tendientes a evitar los incidentes
marítimos. A estos programas de colaboración le siguieron la condonación por
parte estadounidense de la deuda soviética por los préstamos y arriendos de la
Segunda Guerra Mundial, un pacto comercial de tres años y una serie de
programas de intercambios culturales.
Los
esfuerzos para lograr un nuevo tratado de limitación de armas estratégicas,
después de 1975, fueron obstaculizados por la represión de los disidentes en la
URSS y en Europa del Este, por la participación soviética en Angola y en otros
estados africanos y por el continuo apoyo a la causa árabe contra Israel.
A
pesar de esos focos de tensión, los negociadores soviéticos y estadounidenses
alcanzaron un acuerdo que se materializó en el nuevo tratado SALT en mayo de
1979.
Un mes más tarde Brezhnev se reunía con el presidente de Estados Unidos
Jimmy Carter en Viena para la firma formal. Sin embargo, la intervención del
Ejército soviético en Afganistán en diciembre de ese año, hizo que el Congreso
de Estados Unidos no ratificara dicho acuerdo.
Las
relaciones entre Estados Unidos y la URSS empeoraron al iniciarse la década de
1980. Estados Unidos condenó el papel desempeñado por la URSS en la represión
de la disidencia en Polonia y por el derribo, en setiembre de 1983, de un avión
civil de las líneas aéreas coreanas en el espacio aéreo soviético.
Después
de la muerte de Brezhnev (1982), los gobiernos de Yuri Andropov y Konstantín
Chernenko fueron virtuales interregnos antes de consagrarse el irresistible
ascenso de una nueva generación renovadora encarnada por Mijaíl Gorbachov.
La era de
Gorbachov: Glasnost y perestroika
Tras
consolidar su poder al modificar la composición del Politburó, Gorbachov inició
una campaña con el objetivo de reformar la sociedad soviética.
Sus planes exigían la perestroika (en ruso, reestructuración) de la economía nacional y una glasnost (en ruso, 'transparencia') en la vida política y cultural.
En el congreso del PCUS celebrado a finales de junio de 1988, Gorbachov propuso una serie de reformas constitucionales que trasladarían el poder del partido a una asamblea legislativa elegida por sufragio universal, reducirían el papel del partido en la gestión económica y aumentarían considerablemente los poderes presidenciales.
Tres meses después, Andréi A. Gromiko abandonó su cargo de jefe del Estado (que desempeñaba desde 1985) y Gorbachov le sucedió en el puesto.
En marzo de 1989 el pueblo soviético participó en las primeras elecciones libres celebradas desde 1917 y eligió un renovado Congreso de Diputados del Pueblo. Este Congreso, convocado en mayo, constituyó el Soviet Supremo y eligió a Gorbachov presidente para un mandato de cinco años.
Dos trágicos sucesos, el grave accidente ocurrido en abril de 1986 en la central nuclear de Chernobyl, que causó serios daños al medioambiente y reveló grandes deficiencias en el programa nuclear soviético, y el terremoto de Armenia en diciembre de 1988, que provocó más de 25.000 muertos y dejó al menos a 400.000 personas sin hogar, obstaculizaron el proceso de reforma de la economía nacional preconizado por Gorbachov.
Sus planes exigían la perestroika (en ruso, reestructuración) de la economía nacional y una glasnost (en ruso, 'transparencia') en la vida política y cultural.
En el congreso del PCUS celebrado a finales de junio de 1988, Gorbachov propuso una serie de reformas constitucionales que trasladarían el poder del partido a una asamblea legislativa elegida por sufragio universal, reducirían el papel del partido en la gestión económica y aumentarían considerablemente los poderes presidenciales.
Tres meses después, Andréi A. Gromiko abandonó su cargo de jefe del Estado (que desempeñaba desde 1985) y Gorbachov le sucedió en el puesto.
En marzo de 1989 el pueblo soviético participó en las primeras elecciones libres celebradas desde 1917 y eligió un renovado Congreso de Diputados del Pueblo. Este Congreso, convocado en mayo, constituyó el Soviet Supremo y eligió a Gorbachov presidente para un mandato de cinco años.
Dos trágicos sucesos, el grave accidente ocurrido en abril de 1986 en la central nuclear de Chernobyl, que causó serios daños al medioambiente y reveló grandes deficiencias en el programa nuclear soviético, y el terremoto de Armenia en diciembre de 1988, que provocó más de 25.000 muertos y dejó al menos a 400.000 personas sin hogar, obstaculizaron el proceso de reforma de la economía nacional preconizado por Gorbachov.
Todavía
en 1988, Gorbachov aseveraba a una importante publicación norteamericana que
era un comunista convencido en el triunfo eventual de los reajustes que
salvarían el régimen.
La reforma económica, que consistía en la apertura al capital extranjero y el retorno al libre mercado, aceleró el proceso de transformaciones y produjo una reacción en cadena que ni el propio inspirador había calculado: de 1989 en adelante, esa reacción provocó la reunificación alemana, la demolición del muro de Berlin, la aparición del pluripartidismo en las naciones satélite de europa Oriental y la desintegración del mosaico de nacionalidades que formaban la propia Unión Soviética.
La reforma económica, que consistía en la apertura al capital extranjero y el retorno al libre mercado, aceleró el proceso de transformaciones y produjo una reacción en cadena que ni el propio inspirador había calculado: de 1989 en adelante, esa reacción provocó la reunificación alemana, la demolición del muro de Berlin, la aparición del pluripartidismo en las naciones satélite de europa Oriental y la desintegración del mosaico de nacionalidades que formaban la propia Unión Soviética.
Iniciativas en
política exterior
En
abril de 1988 se llegó a un acuerdo para la retirada de las tropas soviéticas
que ocupaban Afganistán.
Las estadísticas oficiales publicadas en mayo indicaban que habían muerto 13.310 soldados y 35.478 resultaron heridos durante la guerra. La retirada finalizó en febrero de 1989. En octubre los dirigentes soviéticos reconocieron que la intervención en ese país había "violado las normas de comportamiento correcto".
Las estadísticas oficiales publicadas en mayo indicaban que habían muerto 13.310 soldados y 35.478 resultaron heridos durante la guerra. La retirada finalizó en febrero de 1989. En octubre los dirigentes soviéticos reconocieron que la intervención en ese país había "violado las normas de comportamiento correcto".
Entre
1985 y 1991 Gorbachov celebró diversas reuniones en la cumbre con los
presidentes estadounidenses Ronald Reagan y George Bush.
En el encuentro de Reykjavík (Islandia) con Reagan, en octubre de 1986, los dos líderes intercambiaron audaces propuestas de reducción de armas, pero las negociaciones se rompieron a causa de la demanda soviética de la limitación de las investigaciones y pruebas de la Iniciativa de Defensa Estratégica. Los dos presidentes firmaron un acuerdo en diciembre de 1987 por el que se eliminaban los misiles de alcance medio y algunos tipos de los de corto alcance. En mayo de 1990 Gorbachov y Bush firmaron un tratado que ponía fin a la producción de armas químicas y reducía los arsenales de este tipo de armas. En julio de 1991 ambos mandatarios volvieron a firmar otro acuerdo por el que se recortaban sustancialmente las armas nucleares estratégicas.
En el encuentro de Reykjavík (Islandia) con Reagan, en octubre de 1986, los dos líderes intercambiaron audaces propuestas de reducción de armas, pero las negociaciones se rompieron a causa de la demanda soviética de la limitación de las investigaciones y pruebas de la Iniciativa de Defensa Estratégica. Los dos presidentes firmaron un acuerdo en diciembre de 1987 por el que se eliminaban los misiles de alcance medio y algunos tipos de los de corto alcance. En mayo de 1990 Gorbachov y Bush firmaron un tratado que ponía fin a la producción de armas químicas y reducía los arsenales de este tipo de armas. En julio de 1991 ambos mandatarios volvieron a firmar otro acuerdo por el que se recortaban sustancialmente las armas nucleares estratégicas.
Las
iniciativas de Gorbachov en otros aspectos de política internacional fueron
igualmente sorprendentes.
En diciembre de 1988 anunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas la reducción unilateral de armas convencionales, en especial en Europa del Este y en la frontera chino-soviética.
Durante su visita a Pekín en mayo de 1989, China y la URSS acordaron reanudar unas relaciones normales tras treinta años de conflicto.
En un encuentro con el papa Juan Pablo II, celebrado en Roma, Gorbachov prometió garantizar la libertad religiosa en la URSS. La URSS y el Vaticano acordaron establecer relaciones diplomáticas. Las relaciones con Israel también mejoraron notablemente, al flexibilizar las restricciones de migración a los judíos rusos. Al crecer la tensión en el golfo Pérsico desde agosto de 1990, la URSS apoyó en general la política, encabezada por Estados Unidos, de utilizar la presión económica y militar para forzar la retirada iraquí de Kuwait.
En diciembre de 1988 anunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas la reducción unilateral de armas convencionales, en especial en Europa del Este y en la frontera chino-soviética.
Durante su visita a Pekín en mayo de 1989, China y la URSS acordaron reanudar unas relaciones normales tras treinta años de conflicto.
En un encuentro con el papa Juan Pablo II, celebrado en Roma, Gorbachov prometió garantizar la libertad religiosa en la URSS. La URSS y el Vaticano acordaron establecer relaciones diplomáticas. Las relaciones con Israel también mejoraron notablemente, al flexibilizar las restricciones de migración a los judíos rusos. Al crecer la tensión en el golfo Pérsico desde agosto de 1990, la URSS apoyó en general la política, encabezada por Estados Unidos, de utilizar la presión económica y militar para forzar la retirada iraquí de Kuwait.
La desintegración del bloque
socialista
Entre
las más importantes novedades de la nueva política soviética, destacó la
negativa de la URSS a intervenir, a diferencia de épocas pasadas, en Europa del
Este entre 1989 y 1991 en el desarrollo de los movimientos reformistas que
pusieron fin a los gobiernos comunistas de Polonia, Hungría y Checoslovaquia y
que culminaron con la reunificación de Alemania.
El COMECON y el Pacto de Varsovia, dos de las piedras angulares de la política exterior soviética, fueron disueltos. Tampoco el comunismo soviético era inmune a las fuerzas que habían hundido a los regímenes de los países del Este.
En febrero de 1990 y en un proceso de deterioro cada vez mayor de la economía soviética, el Partido Comunista acordó ceder su monopolio político. En marzo, cuando Gorbachov era el presidente ejecutivo del país, grupos insurgentes lograron un significativo ascenso en las elecciones locales. Gorbachov había perdido considerable apoyo entre la población por su política interna. El 11 de marzo Lituania declaró su independencia, desafiando las sanciones impuestas por Moscú.
Los grupos nacionalistas y los movimientos independentistas también actuaron en otras repúblicas y los estallidos de violencia étnica cada vez se hicieron más frecuentes. En noviembre, Gorbachov intentó de nuevo ampliar sus poderes presidenciales para ejecutar sus reformas políticas y económicas.
El COMECON y el Pacto de Varsovia, dos de las piedras angulares de la política exterior soviética, fueron disueltos. Tampoco el comunismo soviético era inmune a las fuerzas que habían hundido a los regímenes de los países del Este.
En febrero de 1990 y en un proceso de deterioro cada vez mayor de la economía soviética, el Partido Comunista acordó ceder su monopolio político. En marzo, cuando Gorbachov era el presidente ejecutivo del país, grupos insurgentes lograron un significativo ascenso en las elecciones locales. Gorbachov había perdido considerable apoyo entre la población por su política interna. El 11 de marzo Lituania declaró su independencia, desafiando las sanciones impuestas por Moscú.
Los grupos nacionalistas y los movimientos independentistas también actuaron en otras repúblicas y los estallidos de violencia étnica cada vez se hicieron más frecuentes. En noviembre, Gorbachov intentó de nuevo ampliar sus poderes presidenciales para ejecutar sus reformas políticas y económicas.
El
sector duro comunista, en el que se encontraban muchos de los altos cargos del
gobierno, dieron un golpe de Estado, mantuvieron a Gorbachov bajo arresto
domiciliario e intentaron reinstaurar el control centralizado comunista.
En tres días los reformistas encabezados por Boris Yeltsin detuvieron el golpe y comenzaron a desmantelar el aparato del partido.
Con la URSS al borde del colapso, el Congreso de Diputados del Pueblo acordó el 5 de setiembre establecer un gobierno provisional en el que el Consejo de Estado, encabezado por Gorbachov y compuesto por los presidentes de las repúblicas participantes, ejercería poderes de emergencia. Al día siguiente el Consejo reconoció la independencia de Lituania, Estonia y Letonia. La creciente influencia de Yeltsin acabó con la de Gorbachov y el gobierno de la Federación Rusa asumió los poderes que había ejercido el desaparecido gobierno soviético.
En tres días los reformistas encabezados por Boris Yeltsin detuvieron el golpe y comenzaron a desmantelar el aparato del partido.
Con la URSS al borde del colapso, el Congreso de Diputados del Pueblo acordó el 5 de setiembre establecer un gobierno provisional en el que el Consejo de Estado, encabezado por Gorbachov y compuesto por los presidentes de las repúblicas participantes, ejercería poderes de emergencia. Al día siguiente el Consejo reconoció la independencia de Lituania, Estonia y Letonia. La creciente influencia de Yeltsin acabó con la de Gorbachov y el gobierno de la Federación Rusa asumió los poderes que había ejercido el desaparecido gobierno soviético.
El
21 de diciembre de 1991 la URSS dejó formalmente de existir. Once de las doce
repúblicas que quedaban, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajstán,
Kirguizistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Ucrania y Uzbekistán acordaron crear
la llamada, de forma imprecisa, Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Gorbachov dimitió el 25 de diciembre y al día siguiente el Parlamento soviético
proclamó la disolución de la URSS.
En 1997, tras conversaciones mantenidas
entre Yeltsin y el presidente estadounidense Bill Clinton, Rusia pasó a
integrar la OTAN, y este hecho significó el final de la guerra fría.
La crisis
económica que vive Rusia, país cuyo producto interior bruto (PIB) se ha
reducido más de un 50% en seis años y en el que millones de ciudadanos no
cobran sus salarios desde hace meses, se materializó en la desesperación de los
responsables financieros al anular, por primera vez en su historia, el cambio
de rublos a dólares y la declaración, el 27 de agosto de 1998, de la suspensión
de operaciones con todo tipo de moneda extranjera. El día 28 el mercado de
divisas permaneció clausurado por orden del BCR y, en las jornadas siguientes,
la Bolsa de Moscú siguió inmersa en un estado de parálisis, en espera de una
solución a la crisis política derivada de la reorganización gubernativa
anunciada por el presidente Borís Yeltsin.
La gran crisis económica de la ex Unión
Soviética, que incluso llegó a sacudir la economía global, ha estado totalmente
jugada a la ayuda estadounidense y a los préstamos del FMI.
Paralelamente a ello, las luchas independentistas
de regiones como Chechenia con la represión por parte del gobierno ruso, y las
graves denuncias de corrupción y lavado de dólares en Estados Unidos y Europa
por parte de altos cargos gubernamentales de Rusia y miembros de la familia
Yeltsin por más de 200.000 millones de dólares, no hacen más que profundizar la
grave crisis del otrora estado soviético.
Crisis
del comunismo en los países del Este
El proceso de reformas y desmembramiento de
la URSS, promovió una reacción en cadena en los países de orientación comunista
de Europa oriental. En todos ellos, se dio libertad política y se abrió la
participación de sectores opositores al régimen comunista, realizándose
elecciones democráticas. Con mejor o peor suerte, se inició el camino hacia una
economía de libre mercado, se privatizó las empresas públicas, y se reorientó
la política exterior comenzando a negociar con los países de Europa occidental
y Estados Unidos; y negociando préstamos con el FMI. La mayoría de estos países
han pasado a integrar la Unión Europea.
Las luchas por el poder entre las
diferentes etnias y nacionalidades con sus diferentes grados de
industrialización, antes minimizadas por la estructura de poder comunista,
salieron a luz con tal intensidad que muchos de ellos se desmembraron como
países, como es el caso de Checoslovaquia (hoy República Checa, y Eslovaquia).
La transición hacia la economía de mercado
provocó descontento en las distintas poblaciones debido al aumento de la
inflación, el desempleo, la eliminación de antiguas subvenciones y derechos
sociales, de las que aún no se ha logrado salir definitivamente.
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