El
permanente conflicto árabe israelí desde la creación del Estado de Israel,
condujo a un tercer conficto bélico: la llamada "Guerra de los Seis
Días". La incapacidad de dar una solución equitativa para árabes y judíos,
prolongará la situación de violencia constante en Oriente Medio.
Guerra de los Seis Días
Recibe
esta denominación la tercera Guerra Árabe-israelí, que enfrentó en junio de
1967 a Israel con los siguientes países árabes: Egipto, Jordania y Siria, con
el apoyo de Irak, Kuwait, Arabia Saudí, Sudán y Argelia.
La
guerra estalló como consecuencia del persistente enfrentamiento árabe-israelí
que, en los primeros meses de 1967, condujo a una postura cada vez más hostil
por ambos bandos. A mediados de mayo, todos los contendientes estaban
movilizados. Egipto bloqueó el golfo de Aqaba, ruta vital para la navegación
israelí, acto considerado por Israel como una agresión.
Las
hostilidades se iniciaron el 5 de junio con un masivo ataque preventivo israelí
que destruyó la capacidad aérea de los países árabes.
Las tropas israelíes avanzaron
rápidamente, ocuparon la franja de Gaza y alcanzaron el Sinaí. Al mismo tiempo
luchaban contra los jordanos en la parte antigua de Jerusalén y avanzaban hacia
Siria.
Cuando el 10 de junio cesaron los combates, Israel controlaba la
totalidad de la península del Sinaí, la franja de Gaza, Cisjordania (con la
totalidad de la ciudad de Jerusalén) y los estratégicos altos del Golán en
Siria.
Había
conquistado un territorio cuatro veces mayor que el suyo propio en 1949, y
albergaba en sus nuevas fronteras una población árabe de 1,5 millones de
personas. Otra consecuencia de la guerra fue el bloqueo del tráfico en el canal
de Suez por parte de Egipto, que no se resolvió hasta 1975.
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