Del
mismo modo que el arte contemporáneo, a partir de un rechazo de los estilos
históricos del siglo XIX, aparecieron los principios de la arquitectura
contemporánea que nació de una ruptura con los revivals.
La
arquitectura en el último tercio del siglo XIX seguía aferrada a los estilos
del pasado, basándose en sistemas de composición, técnicas y materiales de la
tradición académica, como el uso de los órdenes clásicos, bóvedas y columnatas
que formaban parte de la sintaxis clasicista.
Frente
a ello, la nueva arquitectura propuso otros principios estéticos basados en el
empleo consecuente de las nuevas técnicas y materiales industriales, como el
hormigón, el acero laminado y el vidrio plano en grandes dimensiones.
Orígenes de la arquitectura contemporánea
En
Inglaterra, el escritor John Ruskin y el diseñador William Morris, fundador del
movimiento Arts & Crafts, sostenían que los objetos producidos por la
máquina estaban desprovistos de significado cultural y por ello carentes de
cualidades estéticas.
Inspirados
en el pasado medieval y en la ideología socialista afirmaron la importancia del
artesanado y buscaron la implicación directa de los obreros en la producción de
artefactos de uso cotidiano y doméstico.
En
el terreno de la tecnología, el Crystal Palace de sir Joseph Paxton, un enorme
espacio para exposiciones temporales construido en ocasión de la Exposición Universal
de Londres en 1851, representó un notable avance en el desarrollo de la
arquitectura contemporánea. Realizado enteramente con elementos prefabricados
de acero y cristal, su belleza debía ser algo secundario. Sin embargo, una de
las ideas persistentes de la arquitectura del siglo XX es la creencia,
compartida por arquitectos e ingenieros, de que la belleza reside en la
claridad estructural y en el uso coherente de los nuevos materiales.
El
hierro, el vidrio y el acero se fabricaban masivamente y se generalizó su uso
en la edificación.
Dos estructuras erigidas para la Exposición Internacional
de París de 1889 mostraron sus posibilidades tecnológicas. La Galería de las
Máquinas, del arquitecto C.L.F. Dutert y la empresa de ingenieros Contamin,
Pierron y Charton, salvó una luz estructural de 117 m , mientras que la torre Eiffel , de
Alexandre Gustave Eiffel, alcanzó los 305 m de altura.
La
tecnología pronto afectaría al diseño de edificios en aras de conseguir un
mayor funcionalismo. La invención del ascensor en Estados Unidos, unido a la
carestía del suelo edificable, alentó la posibilidad de construir edificios en
altura. Para ello se inventó un sistema reticular de acero -una especie de
rejilla tridimensional- a la que se añadieron suelos, ventanas y muros como
simples cerramientos. El prototipo de rascacielos de oficinas tomó forma en
Chicago en torno a 1890 y se difundió rápidamente por otros lugares. Entre los
arquitectos involucrados en esta investigación destacaron Louis Sullivan y el
resto de los miembros de la escuela de Chicago.
Art Nouveau
El
estilo conocido como Art Nouveau, nombre acuñado a partir de la tienda parisina La Maison
de L´Art Nouveau, apareció a principios de la década de 1890 en diversos
países.
Se manifestó en un amplio abanico de formas artísticas -arquitectura, interiorismo, mobiliario, carteles, vidrio, cerámica, textiles e ilustración de libros- y se caracterizó por su tendencia a utilizar líneas curvas y ondulantes semejantes a latigazos.
A
la vista del incremento de la producción en serie, y de la mala calidad de los
diseños y la realización que ello conllevaba, este movimiento pretendió
recuperar los diseños y la elaboración de buena calidad. Basándose en los
postulados del Arts & Crafts, el Art Nouveau los reelaboró para crear un
estilo completamente nuevo que, en oposición al historicismo ecléctico de la
época victoriana, no hiciera referencia a estilos del pasado.
Hacia
1910 este estilo estaba en decadencia y tras la Primera Guerra Mundial fue
reemplazado por la impecable elegancia del Art Déco. Nunca fue un estilo
generalizado, ya que las mejores obras resultaban costosas y no podían
producirse en serie, pero volvió a estar en boga a mediados del siglo XX
gracias a la exposiciones de Zurich de 1952, de Londres (1952-1953) y de Nueva
York (1960). El Art Nouveau tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la
historia del arte, sobre todo en el campo de la arquitectura. Con
su rechazo del estilo convencional y su nueva interpretación de la relación
entre arte e industria, los seguidores de este estilo prepararon el camino para el arte y la
arquitectura contemporáneas.
Antoni Gaudí
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